La especialista en medicina estética Mary Amado Echenique reconoció el espaldarazo de las recientes investigaciones hacia al bótox, no solo en temas de rejuvenecimiento.
“National Geographic acaba de reconocer que las inyecciones de toxina botulínica también se utilizan para tratar afecciones no cosméticas, como las migrañas crónicas, la sudoración excesiva, la distonía cervical y la vejiga hiperactiva. Además, aunque aún no están aprobadas, las investigaciones preliminares son prometedoras para el tratamiento de la depresión o la ansiedad”, explica Amado.
La experta venezolana considera que, a pesar de que el bótox es una de las técnicas más seguras y demandadas en medicina estética para rejuvenecer el rostro, aún despierta recelos y falsos rumores.
10 mitos y verdades del bótox, de acuerdo con Mary Amado:
-Paraliza el rostro: falso. La toxina botulínica no paraliza los músculos del rostro, sino que relaja algunos. Cuando las infiltraciones paralizan el músculo por completo, se debe a que posiblemente se ha aplicado un exceso de producto. Por eso es tan importante acudir a médicos estéticos, en las dosis y lugares adecuados.
-Aumenta el volumen de los labios: falso. Es una proteína que sirve para relajar el músculo de manera temporal y eliminar las arrugas. Por ejemplo, entrecejo, frente y patas de gallo. No sirve para dar volumen ni rellenar. Para eso existen sustancias como el ácido hialurónico, que también ofrece resultados muy naturales.
-Es peligroso porque es una toxina: falso. Es una sustancia empleada en la medicina desde hace más de 20 años, en especialidades como neurología, urología, oftalmología, dermatología, cirugía maxilofacial y medicina del dolor. Las complicaciones por su aplicación son poco frecuentes y mínimas.
-Cuando se pasa el efecto, las arrugas aparecen más pronunciadas que antes: falso. Retrasa y evita la aparición de las arrugas y disminuye la profundidad de las que ya están presentes. Una vez que el efecto desaparece y se recupera la movilidad y la fuerza muscular, las arrugas de antes irán reapareciendo nuevamente, de manera progresiva, pero más suavizadas. Y desaparecerán tras la realización de un nuevo tratamiento. En caso de no querer volver a realizarlo, las arrugas seguirán su evolución natural.
-Cualquiera puede aplicar bótox: falso. Es un fármaco, y como tal solo puede ser administrado por un médico o enfermera. No tiene una venta libre al público.
-Sus efectos son temporales: verdadero. Tiene un efecto temporal que dura aproximadamente entre tres y cuatro meses. Después, los músculos recuperan su actividad habitual, sin dejar ningún efecto secundario.
-Es un tratamiento doloroso: falso. Es prácticamente indoloro, porque se utilizan agujas muy finas. También existe la opción de aplicar cremas anestésicas.
-Los resultados son visibles de forma casi inmediata: verdadero. Es un tratamiento rápido. No suele durar más de 20 minutos. Una vez aplicado, en 3-10 días se ven los resultados definitivos.
-Solo sirve para pieles maduras y arrugadas, no para jóvenes: falso. Tiene un efecto mucho más efectivo y preventivo en pieles jóvenes, que aún no presentan una fractura cutánea evidente, ni la pérdida de elasticidad característica de edades más avanzadas.
-Es adictivo: falso. No hay ninguna propiedad química en la toxina botulínica que genere adicción. Lo que puede ocurrir es que algunas personas, atraídas por el resultado en el rostro, quieran mantener su efecto intacto a lo largo del tiempo. En este caso, la labor del médico es canalizar y aconsejar al paciente para evitar tratamientos innecesarios y excesivos.
“El bienestar va más allá de una cabina de tratamiento. Aconsejo mantener hábitos saludables desde casa, para prolongar los resultados y lograr cambios definitivos, siendo clave una dieta saludable y equilibrada, consumir mucha agua y evitar el alcohol, cigarrillo y tabaco”, afirma Mary Amado, doctora en Venezuela y enfermera en Estados Unidos.
|