Los expertos están observando un aumento de los casos de insomnio, sobre todo, en jóvenes entre los 18 y los 32 años de edad*. La causa: internet y las redes sociales. En esta nueva sociedad hiperconectada con autoservicio de información y entretenimiento 24h, dedicamos el poco tiempo de descanso que tenemos a ver vídeos y series online, sin límites de horarios de emisión o accesibilidad. El Dr. Javier Brualla, responsable de la Unidad de Sueño del Hospital Vithas Alicante y miembro de Top Doctors® (www.topdoctors.es), explica cómo, sin darnos cuenta, nos exponemos, cada vez en mayor medida, a los trastornos del sueño.
‘Conectados’ al insomnio
Los datos de consumo de ocio por internet, ya sea a través de dispositivo móvil, tablet, PC o TV van al alza. Hasta un 30% de las personas han dejado de ver en la televisión tradicional los contenidos que pueden ver de forma online. Los estudios predicen un aumento de consumo de vídeo online del 19,8% en 2016. Cine, series y YouTube encabezan la lista**. Y así, al mismo ritmo que aumenta el uso de redes sociales, youtube, plataformas de vídeo bajo demanda y televisiones conectadas, crece el número de personas expuestas al insomnio. “El problema no está en consumir ocio online sino en que, como no tenemos tiempo durante el día, lo hacemos durante el que debería ser nuestro tiempo de descanso”, explica el Dr. Brualla.
Al tradicional espíritu trasnochador de los españoles se suma ahora la facilidad de acceso a cualquier tipo de contenido. “Antes, terminaba la serie que ponían en la televisión y nos íbamos a dormir. Ahora, cuando termina un capítulo, nos ponemos el siguiente. O nos quedamos hasta la 1 de la mañana viendo y comentando vídeos que nos pasan por Whatsapp o redes sociales. No somos conscientes de lo que puede suponer en el organismo este tipo de disfunción del ritmo de sueño y la reducción de horas de descanso”.
Sobre-estimulación y reducción de melatonina que controla nuestro reloj biológico
El insomnio se define como la incapacidad para dormir cuando se dan las condiciones adecuadas para hacerlo. “Se ha demostrado que las personas que están demasiado tiempo ‘conectadas’ a dispositivos móviles y, en concreto, a redes sociales, sufren mayores trastornos del sueño. Las causas: la luz azul que emiten las pantallas y la generación de estímulos continuos en el momento en que deberíamos desconectar”, explica el Dr. Brualla.
El uso de dispositivos electrónicos antes de acostarnos afecta al sueño por partida doble. Por un lado se generan estímulos continuos (información nueva, mensajes de WhatApp, etc.) en un momento en el que deberíamos estar desconectando y preparándonos para lo que debería ser una transición gradual hacia el sueño. Esto produce un estado de mayor activación mental que va a dificultar el posterior inicio del sueño. Por otro lado, la luz que emiten las pantallas de estos aparatos (sobre todo la luz azul) reduce drásticamente la secreción de melatonina.
“Esta hormona es básica para el sueño, ya que es el mensajero que utiliza el cerebro para decirle a nuestro cuerpo que se prepare para dormir, ayudándonos así a conciliar el sueño. Además también regula nuestro reloj biológico, el que nos indica el ritmo sueño-vigilia, marcando un tiempo para dormir y un tiempo para estar despierto. Las consecuencias son que aparece un insomnio de conciliación (se retrasa el inicio del sueño) y el sueño va a ser también más superficial y de peor calidad, con el consiguiente impacto que esto tiene tanto en la salud como en nuestro estado de ánimo”.
La falta de sueño afecta a nuestro día a día
La falta de descanso durante la noche afecta también durante el día ya que suele ir unido a un aumento de la somnolencia diurna, cansancio, pensamiento lento e impreciso, irritabilidad, mayor dificultad para realizar las tareas diarias... Con el tiempo, este déficit de sueño es también el origen de diversas alteraciones metabólicas, con un mayor riesgo de padecer obesidad, diabetes y accidentes cardio y cerebrovasculares. “También nos hace más vulnerables a sufrir un cuadro de ansiedad o una depresión o a padecer una enfermedad de Alzheimer”.
Por eso, los expertos aconsejan dejar de utilizar todos los dispositivos electrónicos por lo menos una hora antes de irnos a dormir y, por supuesto, nunca llevárselos a la cama.
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