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La Barbie abortista se pone tetas

Pedro de Hoyos
Pedro de Hoyos
miércoles, 27 de mayo de 2009, 22:23 h (CET)
No sé si es verdad que cualquiera puede ser presidente, pero quizá lo peor es que cualquiera puede ser ministra de Igualdad, la prueba es Bibiana, la Barbie abortista. Si este es el futuro del PSOE España lo lleva claro. Sería difícil poder pensar que la cantera socialista andaluza nos dejara alguien más incapaz, más disparatada… si no fuera por Magdalena Álvarez, la tumbatúneles.

Comparar la cirugía estética con abortar o con la píldora poscoital es de una simplificación machista propia de la caverna más retrógrada, hablar con semejante frivolidad de “ponerse tetas” es de un machismo propio de las culturas más retrógradas, cavernícolas y atrasadas. Que se nos venda envuelto en el papel de colorines del progresismo y que el pueblo, dócil, inconsecuente y palurdo se lo trague dmuestra a la claras las limitaciones de esta sociedad nuestra. Que todo ello venga avalado por una ministra que se supone debe procurar la igualdad dentro de la sociedad es como nombrar a Florentino Pérez presidente del Barcelona. Bibiana Aído es muestra de la dejación de funciones neuronales en acto de servicio.

La memez de Bibiana va a superar la de Magdalena Álvarez, este tipo de vocabulario más propio de arrabaleros y verduleras suburbanas que de gente de cultura, gente que tenga que liderar la sociedad, marcar el rumbo de los que voluntaria o involuntariamente tenemos que escucharla, va a calar entre los más indefensos intelectualmente y “si la ministra se expresa así por qué los demás no vamos a poder hablar como ella”.

Ése es el progreso del PSOE, ése es el camino por el que el zapaterismo, que no el socialismo, quiere llevarnos. El PSOE zapateril quiere ser más progresista que nadie, pero todavía no sabe hacia dónde debe progresar. La moda está en progresar, progresar, progresar, ya veremos después hacia dónde. El pueblo español, tantos años escamado pero tan paciente con Franco, está encantado con tanto progreso, cualquier cosa que lleve a etiqueta de progresismo es adorada por un pueblo que se niega a pensar y sigue con devoción a su líder, a su gran timonel, progresando a grandes zancadas, avanzando a gran velocidad… sin preocuparse de su destino final.

Cuando los parias de la Tierra eran los obreros era muy fácil saber qué se tenía que hacer para ser progre: defender a la famélica legión, impedir el avance de las hordas salvajes del neocapitalismo despilfarrador y devora trabajadores. Entonces todos lo teníamos claro, sabíamos por dónde había de ir la igualdad, sabíamos por dónde seguir para encontrar la justicia, sabíamos dónde estaba el Bien, la defensa de los desheredados.

Pero, ah, hete aquí que el obrero alcanzó una situación aburguesada, todos tenían coche, televisión en color y vacaciones en el Caribe. Viva la democracia capitalista que permitió el desnudo en el cine, los concursos de televisión tipo Gran Hermano y que “Marca” fuese el periódico más leído de España. El PSOE creyó quedarse sin nada que defender, si los obreros se aburguesaban y alcanzaban un nivel de vida superior… ¿Cómo atacar al capitalismo que los había enriquecido, cómo mantener la llama de la progresía si al cabo de once meses de trabajo el obrero se iba al Caribe a tumbarse de la mañana a la noche al sol tropical con una pulserita en la muñeca? Era imprescindible buscarse nuevas metas, aunque fuese debajo de las piedras.

Ah, les quedaba Bibiana, la Barbie abortista, la pija del PSOE. Nada de luchar por una sanidad que operara a los obreros enfermos en quince días en vez de en quince meses; nada de educar a los futuros obreros para que además de irse una semana al Caribe se fueran unos días a ver museos, a ver iglesias románicas o a escuchar algún concierto; ¿Para qué luchar porque desaparecieran los mileuristas, para qué luchar para conseguir mejores jubilaciones, para qué buscar mayor cultura popular? No, no, las mejoras sociales se centran en abortar más, más deprisa y más barato, eso es avance social, eso es nivelazo de vida, eso es progresía.

Y la Barbie disparatada cogió su fusil y empezó a disparar perlas que defendieran tamaño avance social. Empezó por pegarle patadas al diccionario en plan “miembra” sabelotodo para defender la igualdad; después defendió el enorme progreso que supone el aborto diciendo que las señoras embarazadas de 13 semanas llevan en su seno un extraterrestre. Aún más, arrancó a los padres la patria autoridad entregándosela al Estado en plan Esparta, porque conseguir que las menores puedan abortar sin conocimiento de sus padres es un gran avance para la sociedad.

Hoy la Barbie tonta del gobierno ha comparado “ponerse tetas sin permiso de sus padres” con el aborto a los dieciséis años. Barbie abortista, Barbi disparatada, Barbie miembra… y Barbie frívola, inconsciente e inconsistente. ¿Esto es todo lo que Zapacejas puede ofrecernos para luchar por la igualdad? ¿No tiene nada más que hacer para defender la igualdad de los dos sexos? Oiga ¿Y que las mujeres ganen lo mismo que los hombres por igual trabajo, acaso está alcanzado?

Bueno, pues ahí tienen ustedes a la oposición, ahí tienen ustedes las encuestas, ahí tienen ustedes al pueblo soberano, encantado de haberse conocido.

Mientras tanto el zapaterismo, que no el socialismo, está dejando un rastro de más de cuatro millones de parados. Y nosotros enredados con la Barbie pija. ¿Cuándo volverá el PSOE a darse cuenta de dónde están los problemas de la calle, cuándo volverá a caer en la cuenta de lo que demanda la calle? Ah, dejo para otro día la impagable labor de los callados, entregados, disciplinados, sindicatos-correa de trasmisión. ¿Impagable? ¡Bien que la están cobrando!

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