Los judokas paralímpicos españoles se encuentran en Azerbaiyán donde a partir del próximo martes saltarán al tatami para disputar el Grand Prix de Bakú en el que vuelven a aspirar a las medallas.
El equipo español de judo estará compuesto por la vallisoletana Marta Arce, el aragonés Sergio Ibáñez, y la madrileña María Manzanero. En esta ocasión, Daniel Gavilán no ha podido viajar debido a una lesión. Serán acompañados por el entrenador Javier Delgado y la técnica de Judo de la Federación Española de Deportes para Ciegos, Marina Fernández.
La competición arrancará este martes día 26 para Arce e Ibáñez. Ambos han tenido un verano triunfal en Rotterdam donde consiguieron sendas medallas de bronce en el europeo. En el Mundial de Birmingham Arce obtuvo una séptima plaza e Ibáñez nada pudo hacer tras perder en primera ronda.
Al día siguiente (miércoles día 27) saltará al tatami del National Gymnastics Arena de Bakú María Manzanero, quien tratará de alcanzar las medallas tras conseguir el bronce en Rotterdam y la séptima plaza en el Mundial.
El objetivo del equipo paralímpico español de judo es seguir compitiendo al más alto nivel para sumar puntos de cara a la clasificación paralímpica de París 2024.
El judo, un deporte con mínimas adaptaciones
El judo es uno de los deportes con menos modificaciones para personas ciegas y sólo es preciso que los combates se inicien con los dos deportistas agarrados. Si se sueltan, el árbitro para con el objetivo de que vuelvan a cogerse.
Actualmente, existen dos categorías de competición, J1 (ciegos) y J2 (discapacidad visual) con mínimas modificaciones entre ellas como el acceso con asistencia al tatami o en cuanto al indicativo de la vestimenta.
Con esta nueva normativa, aprobada tras los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, los judokas J1 y J2 no compiten entre ellos a menos que no haya suficientes participantes, por lo que bajo mutuo acuerdo, pueden hacerlo.
Existen también, algunas otras modificaciones, relativas a la forma de transmitir por parte de los árbitros a los deportistas las señales, ya que no lo podrán hacer por gestos, tal y como se hace habitualmente. Además, en este deporte existe una alta participación de personas con sordoceguera, por lo que la forma de darles los avisos también está adaptada al tacto y recogida en el reglamento.
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