Cuando un gobierno actúa solo para su bien económico y personal en vez de buscar el progreso y bienestar de la sociedad del país, éste irremediablemente va a la ruina y a la debacle, se destruye la democracia, en caso que la hubiera, y se instaura la dictadura.
Cuando esta circunstancia se da en países fuera de nuestras fronteras, nos parece que a nosotros nunca nos va a llegar. Sin embargo nos está llegando y no estamos poniendo remedio. Esta situación actual, en caso que se lleve a término, terminará en gran conflicto colectivo, con una revolución constitucional, monárquica y Dios sabe cuantas cosas más.
El rey emérito paró en su día el golpe de estado del 23 F, en estos momentos correspondería al actual frenar esta situación, bien sabe que no puede firmar nada que sea anticonstitucional, pero ya le darán la vuelta de una forma retórica para hacérselo más fácil. A mi modo de ver no debe caer en la trampa.
Las monarquía para que sean eficientes deben ser constitucionales porque están por encima del gobierno donde el monarca ostenta el poder ejecutivo, mientras que las parlamentarias, como la nuestra, el poder ejecutivo proviene del legislativo, según palabras de Sánchez “¿de quién depende…..?” quiso decir de él, claro está, el cual es elegido por los ciudadanos. Es en este punto donde el rey debe tener mucho carisma y mano izquierda para afrontar satisfactoriamente el embolado que le van a presentar.
Veremos que nos depara el destino a finales de mes y en los próximos, donde puede ocurrir cualquier cosa. De todos modos es lamentable haber llegado a esta situación. Sabemos los resultados en otros países donde está subyugada la libertad y vida de sus ciudadanos, de donde huyen los que pueden, buscando lo que les han arrebatado en sus países de origen y los que no dan crédito a que aquí se pueda repetir lo mismo.
El que gran parte de los votantes no sepan ni les interese saber que con sus votos se puede destrozar un país, es muy significativo. La autocracia, falta de dignidad, la amoralidad de un gobierno, el poner a un país patas arriba por conseguir cuatro votos para seguir en el poder, es también muy significativo. La historia pondrá a cada cual en su sitio pero, mientras tanto, a los que nos toca vivir el presente sintiéndonos españoles, defendiendo nuestro himno y la bandera, que somos defensores del bienestar de una sociedad trabajadora, que auna esfuerzos para contribuir a no dejar caer la economía y progreso de nuestro país, llegando con dificultad a fin de mes, vemos con total incertidumbre e impotencia el devenir de unos hechos totalmente acrobáticos, injustos y bochornosos que nos hacen irrelevantes en el seno europeo y mundial.
Ignoro cuantas personas leerán estas líneas, pero si con suerte alguna con cierto poder lo hace, pido humildemente que busquen soluciones antes de que sea irreversible lo que nos pueda ocurrir, no me gustaría irme de este mundo viendo a España en la misma situación de Venezuela, Cuba y tantos otros países que por dejadez y egoísmo patológico de sus gobernantes los han llevado a la ruina llevando ya muchos años en esa situación caótica.
No es cuestión de derechas ni de izquierdas, ni de titulillos absurdos, simplemente de sentido común.
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