Un equipo de investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado un estudio cuyos resultados confirman un significativo aumento en los últimos años de la resistencia al antibiótico eritromicina en el tratamiento de infecciones generadas por la bacteria Staphylococcus aureus, causante de enfermedades como neumonía, conjuntivitis, alteraciones gastrointestinales, meningitis y sepsis, entre otras. El trabajo aporta nuevos hallazgos que explican este aumento de las resistencias.
El artículo, publicado en la revista Frontiers in Microbiology, señala que la causa de esta resistencia, que afecta a la eficacia de la eritromicina para tratar infecciones causadas por S. aureus, está relacionada no sólo con el consumo de eritromicina, sino con cualquier antibiótico perteneciente a la familia de macrólidos, lincosamidas o estreptograminas. Las resistencias antimicrobianas, ocasionadas por el consumo excesivo o incorrecto de fármacos como los antibióticos, son uno de los principales problemas para tratar infecciones.
El trabajo está liderado desde el Centro Nacional de Microbiología (CNM) del ISCIII. Jesús Oteo, responsable del Laboratorio de Referencia de Resistencias a los Antibióticos del CNM-ISCIII, destaca el carácter cooperativo del trabajo, que se ha llevado a cabo en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) del ISCIII, mediante la participación de seis grupos del Área de Infecciosas (CIBERINFEC) y uno del Área de Enfermedades Respiratorias (CIBERES). La investigación se ha realizado en el contexto del Proyecto 'Medicina de Precisión contra la Resistencia a Antimicrobianos' (MEPRAM), financiado a través de la convocatoria de Medicina de Precisión y Personalizada del ISCIII, y cuenta con un presupuesto de más de 4 millones para los próximos tres años. También participan en el trabajo el grupo español de la Red EARS-Net, formado por 47 hospitales y ligado al Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), y la Agencia Española de Medicamentos y productos Sanitarios (AEMPS), en el marco del Plan Nacional contra la Resistencia a Antimicrobianos (PRAN). Oteo señala que este tipo de abordaje multidisciplinar "es el único posible si se pretende tener éxito en la lucha contra las bacterias multirresistentes".
Localizado un gen implicado con las resistencias
En este trabajo se observó un aumento significativo de resistencia a eritromicina, que se correlacionó con un aumento en el consumo de este tipo de antibióticos. La investigación apoya la hipótesis que señala a un clado de S.aureus resistente a eritromicina, denominado ST398 MSSA, como involucrado en esta tendencia. En el ámbito de la microbiología el término ‘clado’ se refiere a un grupo de microorganismos que comparten, en el contexto de su evolución y filogenia, un ancestro común que define las características de sus descendientes.
Oteo explica que el aumento significativo de la resistencia a este antibiótico, uno de los más utilizados para tratar infecciones respiratorias, parece directamente correlacionado con el aumento del consumo de antibióticos macrólidos a nivel de comunidad. Los análisis moleculares por secuenciación genómica sugieren que este aumento se debe a la dispersión del citado clado, ST398, que porta un gen denominado ermT que causa la resistencia a eritromicina.
En el trabajo se han recogido datos de susceptibilidad antibiótica de más de 36.000 cepas de S. aureus aisladas en muestras de sangre de pacientes de 47 hospitales españoles entre los años 2004 y 2020, de las que se secuenciaron 137 cepas representativas a nivel geográfico y temporal para un posterior análisis genómico. Los datos de consumo de antibióticos se obtuvieron de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (2008-2020).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera S. aureus resistente a meticilina (SARM), principal indicador de multirresistencia en esta especie, una de las causas más relevantes para la búsqueda de alternativas terapéuticas, ya que la resistencia a antibióticos se ha convertido en una de las principales amenazas para combatir infecciones.
El investigador del ISCIII señala la importancia de “contar con un sistema de vigilancia molecular para S. aureus resistente a meticilina que permita identificar la aparición de nuevas subpoblaciones en el entorno clínico, así como su correlación con los cambios en los patrones de susceptibilidad a los antibióticos”. Para finalizar, añade que se necesitan más estudios con secuenciación genómica para mejorar la identificación de estas subpoblaciones de bacterias especialmente resistentes en el entorno clínico, y su relación con cambios en los patrones de susceptibilidad a los antibióticos.
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