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¿Qué son los masajes tántricos y cómo inciden en la buena salud? | |||
Se practican desde hace milenios por distintas culturas | |||
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Mantener una buena salud es esencial para toda persona, por lo que siempre debe buscar por todos los medios posibles lograr que así sea. Hay muchas formas y terapias que ayudan al logro de ese objetivo, entre los que resaltan los masajes tántricos, que bien vale la pena conocer. Existe una amplia diversidad de actividades y hábitos que ayudan a preservar una buena salud. Desde salir a trotar todos los días, hasta llevar una dieta saludable, todo lo bueno que se haga a favor de mantenerse bien ayuda. También hay otros tipos de terapias alternativas que combinan el placer con excelentes técnicas corporales que benefician no solo al cuerpo, sino también a la mente. Una de ellas son los masajes tántricos, que se practican desde hace milenios por distintas culturas. ¿Qué son los masajes tántricos? Los masajes tántricos son un estilo de terapia y exploración corporal que se practica desde las antiguas tradiciones del tantra. Se diferencia de los masajes convencionales en que se centran en la conexión entre el cuerpo y la mente; además, persiguen potenciar la energía vital y la sensualidad de las personas. Estos masajes pueden realizarlos profesionales capacitados en tantra o parejas que buscan profundizar su intimidad y conexión. En un masaje tántrico, el propósito fundamental es la estimulación y el equilibrio de la energía sexual, conocida como kundalini. Se cree que esta energía está ubicada en la base de la columna vertebral y se puede motivar y dirigir a través de determinados canales y puntos energéticos del cuerpo. Al despertar esta energía, se intenta causar una relajación profunda, una mayor apertura emocional y una amplia expansión de la conciencia, que solo se puede lograr con unos buenos masajes tántricos, bien ejecutados y que estén en plena conexión con la mente y el cuerpo. Beneficios de los masajes tántricos Entre los beneficios que generan los masajes tántricos resalta la relajación profunda que brindan. Mientras más se sumerge el receptor en el momento vivido y disfruta de las caricias, libera tensiones y entra en un estado de calma y serenidad. Además, pueden ayudar a disminuir la ansiedad y el estrés, y a aliviar la carga mental y emocional que se acumulan por las presiones del día a día. También potencian la energía sexual y amplían la conciencia sensorial. Los toques y las caricias invitan a quienes las reciben a conectarse con su propia sexualidad de forma libre de limitaciones y juicios. Esto puede llevar a tener mayor confianza y aceptación del cuerpo, así como mayor intimidad y acercamiento con la pareja. Los masajes tántricos también reducen los problemas emocionales y traumas que se acumulan en el cuerpo por todo lo que diariamente se recibe con las tensiones del trabajo, estudios, etc. En la medida que la energía fluye y la mente se desbloquea, se experimenta sanación, liberación emocional y una agradable sensación de bienestar. Estos masajes son altamente recomendados para quienes han experimentado traumas sexuales o tienen problemas en desarrollar una vida sexual placentera. Consejos prácticos para disfrutar de un masaje tántrico Para vivir al máximo la experiencia de tener un buen masaje tántrico es recomendable seguir los siguientes consejos:
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La noche de Reyes es una de las festividades más esperadas por los niños, pero también puede ser un momento de gran tensión para muchos padres. La anticipación por los regalos y la preocupación por cumplir con todas las expectativas emocionales pueden generar nerviosismo y ansiedad, no solo en los más pequeños, sino también en los adultos.
En un pequeño barrio, Ana y su vecino Carlos se encontraban siempre en desacuerdo. El motivo, aunque trivial, era el ruido que Carlos hacía cada mañana al sacar su motocicleta. Ana, molesta, comenzó a evitar saludarlo y a comentar con otros vecinos lo molesto que le resultaba. Carlos, al enterarse, asumió que Ana simplemente le tenía manía. Las cosas escalaron rápidamente: Carlos se volvió más ruidoso y Ana más agresiva con sus quejas.
El manipulador emocional es, en esencia, un estratega de lo humano, un mercader del alma ajena, cuyo objetivo es someter voluntades y saquear la libertad de quienes tienen la desgracia de cruzarse en su camino. No es un ladrón de ocasión, ni un bruto que fuerza puertas; es un maestro del artificio, un alquimista de sombras que convierte tus certezas en arena entre los dedos.
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