En las frías aguas de la costa atlántica y cantábrica, en las más cálidas del Mediterráneo, en las inmediaciones de las islas Baleares y del archipiélago canario se ubican los destinos más idóneos para practicar submarinismo en aguas españolas, privilegiadas por tener un clima benévolo y nutridas reservas marinas protegidas.
Comenzando por la costa gallega sorprenden, sobremanera, los fondos marinos entorno a las Islas Cíes (Pontevedra), en la Isla de Ons y en la Isla de Onza, incluidas en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Una zona de exuberante flora y fauna, con tupidos bosques de algas y variada fauna piscícola. En la cara oeste se pueden realizar inmersiones de hasta 40 metros, lo que permite visionar congrios, pulpos y rodaballos. Y en la este yerguen grandes paredes verticales que acogen un buen número de bancos de peces.
Mientras que en las costas guipuzcoanas, Hondarribia, Getaria y Zarautz conforman un triángulo marino con heterogénea fauna y zonas de inmersión que permiten practicar el buceo en todas las modalidades posibles.
En el litoral mediterráneo
En el Mediterráneo, el mejor punto de partida son los islotes que constituyen la reserva marina de las Islas Medas (Gerona), que no dejan de ser una prolongación marina de la sierra de Montgrí, con el visionado de barracudas, congrios, meros, estrellas de mar, praderas de plantas acuáticas y bancos de corales, en uno de los santuarios submarinos más espectaculares de Europa con una variada biodiversidad. Y no muy lejos de allí se encuentra la reserva del Cap de Creus, otro lugar fantástico para sumergirse, de agrestes acantilados, zonas de coral y paredes de gorgonia.
En el litoral levantino, se hallan las islas Columbretes (Castellón), de curiosa morfología volcánica y riqueza ecológica a treinta millas de la costa, cobijo de una variada vida marina de meros, sargos, jureles y pulpos y con formaciones de arcos y cuevas bajo el agua.
En la comunidad de Murcia, muy próximo al cabo de Palos, la reserva marina de Islas Hormigas, declarada como tal en el año 1995, alberga uno de los mejores exponentes del submarinismo en la península, con una profusión en sus aguas de ecosistemas exóticos, montañas submarinas y fondos marinos cuasi vírgenes, con grandes bancos de meros, barracudas y atunes. Un modelo de conservación biológica.
En tanto que en las costas andaluzas, los amantes del submarinismo encontraran interesantes escenarios para la inmersión en la reserva marina del Cabo de Gata (Almería), que se caracteriza por tener unas profundidades volcánicas con extrañas formaciones, profundas grutas y campos de posidonia habitados por meros, morenas y crustáceos; en la bahía de La Herradura (Granada), con fondos rocosos y cavidades de inusual belleza y en Tarifa (Cádiz), uno de los destinos preferidos en el que se pueden avistar tortugas, rayas o delfines, siempre y cuando las condiciones para el buceo sean benévolas.
En las islas En las Baleares los mejores parajes submarinos se emplazan en la isla de Menorca y más concretamente en la Cala de Rafalet, en la reserva marina de Cavallería, en la de Fornells y en la isla del Aire. Espacios marinos ornamentados de galerías naturales de coral, cuevas y grutas muy pobladas por barracudas, sargos y meros, además de pecios hundidos e incluso de un avión de guerra alemán, un Junker 88, que reposa a casi cincuenta metros de profundidad.
Pero sin abandonar estas islas también se pueden realizar inmersiones en localidades del litoral mallorquín como Soller o Andraitx, en Cap de Formentor o en la isla Dragonera; en la reserva marina de Ses Salines en Ibiza y en el entorno submarino de la isla de Formentera, calificado como Patrimonio de la Humanidad, donde se observan numerosas cuevas y acantilados engalanados con posidonias.
En el archipiélago canario, la isla de Hierro es la que posee las profundidades más espectaculares de formaciones volcánicas de lava, como las halladas en la reserva marina del Mar de las Calmas, además de numerosa fauna tropical.
En la isla de la Palma destacan sus cañones submarinos; en Gran Canaria, los fondos marinos de Mogán en la que se avistan numerosas embarcaciones hundidas; en Tenerife, el Tubo de Garachico, una de las cuevas más profundas del archipiélago con un túnel de más de 150 metros en los que se visionan impresionantes conductos volcánicos; y en Lanzarote, la reserva marina de la isla de La Graciosa y el Museo Atlántico en Playa Blanca, con diferentes grupos de esculturas, obras del artista Jason deCaires Taylor, sumergidas entre los 12 y 14 metros de profundidad.
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