San Rafael Arnaiz Barón, Estudiante de Arquitectura y finalmente monje Trapense en el Monasterio de Dueñas. Falleció a los 27.
“Suspiro todo el día por Cristo (...). El monasterio va a ser para mí dos cosas. Primero: un rincón del mundo donde sin trabas pueda alabar a Dios noche y día; y, segundo, un purgatorio en la tierra donde pueda purificarme, perfeccionarme y llegar a ser santo. Yo le entrego mi voluntad y mis buenos deseos. Que Él haga lo demás”.
Palabras del “Hermano Rafael”, Dios era su TODO.
Su permanente conversación con Jesús ante el Sagrario, su permanente recorrido del Vía Crucis, reviviendo los pasos de su Señor y Amigo, su constante búsqueda de la voluntad de Dios, juntamente con su FE, su ESPERANZA y su CARIDAD hicieron de su vida un recorrido “escondido” en DIOS y un camino silencioso de enseñanza mística de JESUS.
Enamorado de María, madre de su Señor y madre suya, la convirtió en “refugio de su sufrimiento, de su cansancio, de su miedo a perderse, de la aceptación paciente de su enfermedad...”.
Ejemplo de una juventud moderna, que mira siempre su interior e interpreta la vida agarrada al misterio que rodea toda la Creación. Vivió entre amigos y todos vieron en él la voluntad y la determinación en la búsqueda de “SU DIOS”.
“SÓLO DIOS”... “SÓLO DIOS”...
“Hermano Rafael”, escúchame; creo que estamos un poco desorientados. Creo que caminamos sin pararnos a hablar un rato Jesús; creo que pasamos ante muchas Iglesias y sólo vemos un edificio, cerrado, que no nos dice nada; creo que agarramos manos que sujetan voluntades y que no suelen ser la VOLUNTAD DEL MISTERIO DE JESÚS.
“Hermano Rafael”, ¡AYÚDANOS! ¡QUÉ, COMO TÚ, MIREMOS LA CRUZ, HABLEMOS CON JESÚS Y HAGAMOS LO QUE ÉL NOS DIGA!
“Hermano Rafael”, hoy es tu fiesta. ¡FELICIDADES!... Da un abrazo a todos tus compañeros trapenses, que, hoy, igual que nosotros, te felicitaran, allá, en el misterio de TÚ DIOS... en el MISTERIO DE LA ETERNIDAD.
¡Pasa un día acompañado de todos tus recuerdos y no te olvides de nosotros!
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