| ||||||||||||||||||||||
San Benito es el patrón de Cabeza la Vaca y se tiene gran devoción, tanto en el pueblo como en los alrededores, de ahí el fervor con que procesiona cada año, pero actualmente la procesión es más suave para la talla, pues hasta los años 70, gran parte del Pueblo conservaba el empedrado original, hoy sustituido por un más cómodo embaldosado y asfaltado según los casos.
El transhumanismo, un movimiento filosófico y científico que busca superar las limitaciones humanas mediante la tecnología, plantea cuestiones profundas sobre el destino del ser humano. Este ideal se centra en el uso de avances como la inteligencia artificial, la modificación genética y la nanotecnología para combatir enfermedades, prolongar la vida y, en última instancia, alcanzar una especie de inmortalidad.
Ahondando en el pasado de la humanidad, podemos comprobar cómo, desde siempre, las distintas civilizaciones han vivido en la esperanza de otra vida después de la muerte. Por ello han procurado ofrecer a sus difuntos un habitad confortable, al que han rodeado de ese “ajuar” consistente en armas, alimentos, animales de compañía, joyas, ropajes, etc., que les hiciera más llevadero el paso por la “otra vida”.
Entrevistado por Lluís Alegret en una Contra de La vanguardia, Vicente Garrido, catedrático de Educación y Criminología, aporta un rayo de luz a la sicopatía. Define al sicópata: “Una configuración de personalidad caracterizada por el egocentrismo y narcicismo exagerado, una gran capacidad para la mentira y una incapacidad para percibir sentimientos morales”.
Que la luz nos guíe por los valles por donde a veces Dios Padre Todopoderoso nos permite pasar para asfixiar nuestros egos y vanidades, para que un día merezcamos permanecer en las cumbres celestiales. Así sea, un día seremos la luz que soñamos. ¿Todos saben lo que han vivido entre desafíos y superaciones? Entre ser escuchado o ser ignorado por familiares y amigos, por una sociedad enferma que no puede verse enferma.
La verdadera profecía está plasmada en la realidad cotidiana, esa nos arguye qué pasa o pasará, y en la Biblia es en donde encontramos tres inmensos pilares fundamentales: esperanza, fe e ilusión. Estos tres pilares tienen todo el contenido a saber de la vida.
Escribo gracias a la virtud brindada: "A Dios gracias, Señor mío". Toda creación es una armonía en la selva sagrada del sentimiento que me asiste de la realidad del mundo que me rodea y vivo. De ahí que busco vencer al destino, para lograr La Esperanza ofrecida, y cuya fe me guía.
Estos días celebramos la venida de la Luz al mundo. En el Evangelio de Mateo (Mt 9,27-31), encontramos un pasaje profundamente conmovedor: dos ciegos siguen a Jesús, clamando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!». Esta súplica es el grito del hombre que reconoce su necesidad y se dirige con esperanza al único que puede darle luz.
La Navidad es un recuerdo..., el que todos tenemos cuando cumplimos años. La Navidad, para los cristianos, es un recuerdo y un compromiso con la verdad. Dios, hecho hombre, nos envía un mensaje de convivencia... convivencia con el universo, con la tierra, con el hombre... se llama fe, esperanza y caridad.
Hay un amplio campo del progreso humano que recobra todo el sentido cuando se entiende con una visión cristiana. La pregunta es obligada hoy: ¿por qué ser cristiano parece ser una tacha de la que avergonzarse ante el aluvión de ideologías que solo ven en el cristianismo una forma radical de afrontar esta nueva sociedad?
El Adviento es un tiempo litúrgico profundamente marcado por la esperanza, la espera activa y la renovación espiritual. Como María y José en su camino hacia Belén, el Adviento nos invita a vivir con coraje y confianza, sabiendo que la llegada del Salvador transforma nuestras vidas.
La Medalla Milagrosa no es un simple trocito de metal con carga religiosa que alguien decidió acuñar por capricho. Se trata de un objeto que surge de las apariciones marianas de 1830 en la Rue du Bac, en París, a una joven religiosa, Santa Catalina Labouré.
El clima espiritual de noviembre, con la comunión de los santos y el recuerdo a nuestros predecesores, nos insta a digerir y nos invita a dirigir la mirada al cielo, meta de nuestra peregrinación por aquí abajo. En estos días, las gentes suelen adentrarse en la soledad de los cementerios, donde descansan los restos mortales de sus familiares, para enraizarse de aromas y repensar sobre sus propios vínculos.
El 22 de octubre se celebra la festividad de San Juan Pablo II, una figura icónica de la Iglesia y de la historia moderna. Su vida, marcada por una fe profunda y una oración inquebrantable, fue transparente para todos. Tras su caída, fue llamado “Magno”, un título que refleja el impacto global de este “atleta de Dios”.
Había una vez un pescador que vivía en una pequeña aldea junto al mar. Cada día salía con su barca al amanecer y regresaba al caer la tarde, con la pesca justa para alimentar a su familia. Nunca buscaba más de lo necesario y, aunque su vida parecía modesta a los ojos de los demás, él siempre estaba en paz.
Ayer, sentado en el parque, con Canela, mi perrita, rememorizaba algunas de las circunstancias que he vivido o, mejor dicho, que todos hemos vivido estos pasados algunos cercanos, otros un poco más lejanos. Quiero plasmar en forma resumida, las ideas principales, que de una forma u otra han podido afectar a mi realidad actual.
El calentamiento del planeta Tierra con todas las consecuencias medioambientales que le acompañan, no solo es motivo de preocupación de los científicos que estudian sus consecuencias, también lo es para los cristianos. Tanto es así que el 1 de septiembre los líderes de las diversas confesiones religiosas de todo el mundo se reunirán.
En la vida, muchos de nosotros enfrentamos dilemas morales que nos desafían a cuestionar nuestras elecciones y el sentido de nuestra existencia. La historia del joven rico, relatada en los Evangelios, es un ejemplo claro de este conflicto interno entre las aspiraciones terrenales y la llamada a una vida más elevada y comprometida con el propósito divino.
Caminando envuelto de “historia” llegué hasta aquellos años 70 del siglo pasado. Las nubes lloraban imágenes ya casi olvidadas, pero, sin comprender el cómo, vi miles de manos levantadas, gritando al unísono ¡Franco... Franco!; una multitud silenciosa pasó delante de mí, muchos lloraban, otros caminaban con la cabeza inclinada, pero la mayoría caminaban mirando lo que dejaban y buscando el listín de contactos.
Para los creyentes y no creyentes el domingo, además de ser una fiesta religiosa para celebrar el Día del Señor, es también un día de ocio y descanso laboral. Lo cierto es que millones de españoles, el domingo pasado hemos disfrutado del descanso y la festividad de una forma poco común, con ocasión de la jornada más emocionante y exitosa que, sin duda, será recordada en los anales de la historia deportiva de España.
|