Que la luz nos guíe por los valles por donde a veces Dios Padre Todopoderoso nos permite pasar para asfixiar nuestros egos y vanidades, para que un día merezcamos permanecer en las cumbres celestiales. Así sea, un día seremos la luz que soñamos. ¿Todos saben lo que han vivido entre desafíos y superaciones? Entre ser escuchado o ser ignorado por familiares y amigos, por una sociedad enferma que no puede verse enferma.
¿Cuántas veces has ido al hospital con diversos dolores en el cuerpo y los médicos no han encontrado nada? ¿Cuál fue su reacción ante este diagnóstico? En este punto, ¿el dolor aumentó o usted se relajó, aunque el dolor persistía en su cuerpo? ¿Te detuviste al menos a investigar si podía haber otras causas o te limitaste a los aspectos físicos?
Los seres humanos hemos estado viviendo en días donde la fe en algo mayor se manifiesta de manera “parpadeante, destellante, encendiéndose y apagándose, encendiéndose y apagándose”, ya que no hay consistencia ni suficiente energía interna para mantener la llama encendida. Estos son días en los que nuestros ojos se abren a la comprensión de las batallas espirituales. Pero los seres humanos han alterado enormemente sus patrones mentales y emocionales, abriendo puertas a grandes noches oscuras de sus almas. Miren cuántos errores, ¿por qué tanta voluntad de garantizar el caos de formas extremas en las sociedades de todo el mundo?
Y para aquellos que creen, pueden ver verdugos espirituales acechando el comportamiento humano para crear nuevos desequilibrios y cometer crímenes de todo tipo. Cada uno de nosotros sabe lo que estamos sembrando, con certeza la cosecha llegará, otros no podrán cosechar lo que sólo nosotros sembramos. ¿Esta verdad te consuela o te quita el sueño? Tú sabes lo que haces y hay un ser de suma grandeza que sabe todas las cosas, no podemos ocultarle nada. ¿Quién eres cuando nadie te ve?
Prestad mucha atención, porque muchos de nosotros aún estamos en un estado letárgico de sueño, en una agradable comodidad para no poner en práctica las enseñanzas del Nazareno, el Maestro Jesucristo. El mundo, ante tantos hechos de violencia y corrupción, ha hecho tambalear la capacidad de creer en tiempos mejores. Es urgente recuperar la fe ante estos desafíos de la existencia, antes de que hoy nos sorprenda que es demasiado tarde. Cada día tenemos la oportunidad de ser mejores personas.
¿Crees que puedes vivir días mejores? Primero que todo, seamos mejores y hagamos un examen astral minucioso de nuestra vida, es decir, cuidemos nuestro carácter. Es por eso que clamo: Padre Celestial, estoy aquí y hablo directamente desde uno de los valles de la tierra, preso en este cuerpo transitorio, encarnado, al igual que lo están mis pequeños colegas que tampoco están en mejor situación que yo. soy. Padre, la mayoría de las personas fingen creer en ti, pero en los momentos de dolor depositan su confianza en su amiga inmediata, la desesperación, y en su hermana de todo tiempo, la aflicción.
Cuando cedemos a la desesperación y la angustia, afirmamos que Dios Todo poderoso es incompetente para generar las mejores respuestas a nuestros conflictos. Padre, veo a todos conteniendo su sangrado espiritual con innumerables excusas vacías para darle sentido a muchas cosas obvias. Papá, mucha gente por aquí ha llegado a vivir con sus hemorragias emocionales y mentales expuestas como polvo en el camino, pero tratan de contenerlas con algunos lujos que se oxidan, se pudren o que pueden ser robados por los frívolos y envidiosos.
Son días en los que grandes batallas rodean nuestras vidas, sin embargo, la mayoría de las personas se posicionan de manera ajena a los demás. Cada uno viviendo en el reducto de sus fétidos ombligos que aún permanecen ligados a los dolores heredados de una vasta ascendencia de un tiempo arrojado al vacío de la eternidad. De todos modos, Padre, gracias. Sólo te tengo a Ti, para apoyarme, inspirarme, confiar en mí y seguirme, porque confiar en hombres frágiles, como yo, es como aferrarse a una cuerda ante el abismo.
¿Cuántas veces has esperado a familiares y amigos y fueron desconocidos los que te extendieron la mano? ¡Espera, la justicia llegará! Ten paciencia, continúa con resignación, resistencia, altruismo y fe. No dejes de afrontar todo tipo de vicios que contribuyan a desviaciones en tu carácter. La batalla más grande hoy en día es por la mente. ¿Cuántas veces has dudado de ti mismo? ¿Cuántas veces has creído que Dios te abandonó? ¿Cuántas personas te ayudaron a mantener ese pensamiento y sentimiento de abandono? No estás solo en esta vida.
Tenemos muchos amigos a los que nuestros ojos no pueden llegar, pero todos ellos nos apoyan en la existencia para que sean testigos de nuestras victorias, para que un día seamos la luz que deseamos ver en el mundo. Sé la voz de la esperanza hoy ante tus amigos, familiares y desconocidos, siembra tus semillas de paz y la paz te encontrará de regreso. Se llama Ley de Causa y Efecto. Por lo tanto, sugiero:
Haz brillar tu luz con un apretón de manos o un abrazo fraternal. Deja que tu luz brille a través de los oídos que acogen a los afligidos. Haz brillar tu luz a través de una conversación agradable e iluminadora que haga que tu prójimo encienda la luz de la esperanza dentro de sí mismo. ¡Por fin brillemos, no estamos solos!
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