Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Psicología y sexualidad
Etiquetas | Decisiones | actuar | Aprendizaje | Dilema
No vale de nada arrepentirse

​De haberlo sabido, ¿hubiera actuado de otro modo?

|

Path 4610699 1280


Tenemos la tendencia a pensar de que cuando ocurre algo, reaccionamos de la mejor manera posible pero en realidad, muchas veces, si lo pensamos en frío, pudiera suceder que si volviéramos atrás, hubiéramos elegido otra reacción. La vida está formada por multitud de situaciones ante las cuales, podemos estar preparados, y otras, a las que, directamente, tenemos que hacer frente, por mucho que nos pese o porque, simplemente, no nos queda más remedio. Podemos saber gestionar esos instantes porque la propia experiencia nos hace aprender pero aunque esta vida nos ponga las mismas lecciones una y otra vez, es posible que no seamos capaces de tomar el control de la manera que de verdad nos hubiera gustado.


¿Cuántas veces tenemos conversaciones o más bien, discusiones que derivan en otras cuestiones? Si lo pensamos horas después o incluso, días, podrán aparecer esos discursos en nuestra propia cabeza de lo que podíamos haber dicho o dejar de decir. Se nos ocurrirán cientos de ideas que hubieran sido buenas en ese momento pero que debido a las emociones que sentíamos nos dejamos llevar dejando a un lado, la lógica.


¿Cuántas veces actuamos con alguien de la manera más honesta para luego ser engañados? Y es que cuando nos enteramos de lo que ha sucedido realmente con la persona a la que la teníamos aprecio y somos conocedores de su traición, hubiéramos dado marcha atrás en la ayuda o en esas acciones sinceras que tuvimos con ella llegando, además, a arrepentirnos de muchas de las cosas que le podemos haber confesado.


¿Cuántas veces hemos prestado dinero a personas cercanas porque lo necesitaban o nos contaban su mala situación económica que luego acaba siendo utilizado en meros caprichos innecesarios? Si llega a nuestros oído en qué han empleado ese préstamo personal que hemos dado por la confianza que les teníamos, probablemente, no hubiéramos invertido ni un duro porque suponíamos que si esa persona nos lo pedía a nosotros era porque éramos algo especiales pero en realidad, es que se han reído de nosotros.


¿Cuántas veces hemos cedido por nuestra pareja para acabar rompiéndose la relación? Y es que pensaremos una y otra vez, que no teníamos que haber hecho esto o lo otro, porque nuestro sacrificio, no sirvió para nada ya que la relación, igualmente, acabó quebrándose y nos sentiremos bastante dolidos por la indiferencia.


Con esto, de lo que se trata es de entender que no podemos mirar para atrás y pensar que teníamos que haber actuado de otro modo, de haber sabido las consecuencias. Que lo importante es todo lo que nos ha aportado ese aprendizaje para futuras ocasiones que puedan ser similares. Que retroalimentarse una y otra vez, sobre ese mismo pensamiento no vale de nada porque incluso, a veces, habiendo tomado otro camino, el resultado hubiera podido ser el mismo. Nadie sabe que puede pasar en determinadas circunstancias porque la vida es impredecible.


Pensar está bien pero hacerlo en exceso sobre cuestiones del pasado, no es sano ya que eso, puede derivar en obsesión. Cada persona tiene que avanzar y ser responsable de las decisiones que toma. No vale de nada arrepentirse cuando ya hemos actuado y esos pensamientos que se pueden repetir en nuestra cabeza recreando el momento e imaginando diversos escenarios no vale más que para hacerse daño a sí mismo.


Si las cosas hubieran salido de otro modo, pudiera ser que la situación fuera distinta de la actual pero, lo cierto, es que nadie lo sabe. Tomamos decisiones todos los días, y no hay que valorar si están bien o mal, sino que cada decisión que tomemos será una pequeña aportación que nos llevará a la realidad que estamos experimentando porque lo que de verdad importa, es el presente, puesto que el pasado por más que lo traigamos a la mente, ha sido como ha sido y ya no se puede cambiar, pero sí que nos puede valer para la orientación que podemos tomar en caso de repetirse.

​De haberlo sabido, ¿hubiera actuado de otro modo?

No vale de nada arrepentirse
Violeta Torrejón
miércoles, 1 de mayo de 2024, 14:14 h (CET)

Path 4610699 1280


Tenemos la tendencia a pensar de que cuando ocurre algo, reaccionamos de la mejor manera posible pero en realidad, muchas veces, si lo pensamos en frío, pudiera suceder que si volviéramos atrás, hubiéramos elegido otra reacción. La vida está formada por multitud de situaciones ante las cuales, podemos estar preparados, y otras, a las que, directamente, tenemos que hacer frente, por mucho que nos pese o porque, simplemente, no nos queda más remedio. Podemos saber gestionar esos instantes porque la propia experiencia nos hace aprender pero aunque esta vida nos ponga las mismas lecciones una y otra vez, es posible que no seamos capaces de tomar el control de la manera que de verdad nos hubiera gustado.


¿Cuántas veces tenemos conversaciones o más bien, discusiones que derivan en otras cuestiones? Si lo pensamos horas después o incluso, días, podrán aparecer esos discursos en nuestra propia cabeza de lo que podíamos haber dicho o dejar de decir. Se nos ocurrirán cientos de ideas que hubieran sido buenas en ese momento pero que debido a las emociones que sentíamos nos dejamos llevar dejando a un lado, la lógica.


¿Cuántas veces actuamos con alguien de la manera más honesta para luego ser engañados? Y es que cuando nos enteramos de lo que ha sucedido realmente con la persona a la que la teníamos aprecio y somos conocedores de su traición, hubiéramos dado marcha atrás en la ayuda o en esas acciones sinceras que tuvimos con ella llegando, además, a arrepentirnos de muchas de las cosas que le podemos haber confesado.


¿Cuántas veces hemos prestado dinero a personas cercanas porque lo necesitaban o nos contaban su mala situación económica que luego acaba siendo utilizado en meros caprichos innecesarios? Si llega a nuestros oído en qué han empleado ese préstamo personal que hemos dado por la confianza que les teníamos, probablemente, no hubiéramos invertido ni un duro porque suponíamos que si esa persona nos lo pedía a nosotros era porque éramos algo especiales pero en realidad, es que se han reído de nosotros.


¿Cuántas veces hemos cedido por nuestra pareja para acabar rompiéndose la relación? Y es que pensaremos una y otra vez, que no teníamos que haber hecho esto o lo otro, porque nuestro sacrificio, no sirvió para nada ya que la relación, igualmente, acabó quebrándose y nos sentiremos bastante dolidos por la indiferencia.


Con esto, de lo que se trata es de entender que no podemos mirar para atrás y pensar que teníamos que haber actuado de otro modo, de haber sabido las consecuencias. Que lo importante es todo lo que nos ha aportado ese aprendizaje para futuras ocasiones que puedan ser similares. Que retroalimentarse una y otra vez, sobre ese mismo pensamiento no vale de nada porque incluso, a veces, habiendo tomado otro camino, el resultado hubiera podido ser el mismo. Nadie sabe que puede pasar en determinadas circunstancias porque la vida es impredecible.


Pensar está bien pero hacerlo en exceso sobre cuestiones del pasado, no es sano ya que eso, puede derivar en obsesión. Cada persona tiene que avanzar y ser responsable de las decisiones que toma. No vale de nada arrepentirse cuando ya hemos actuado y esos pensamientos que se pueden repetir en nuestra cabeza recreando el momento e imaginando diversos escenarios no vale más que para hacerse daño a sí mismo.


Si las cosas hubieran salido de otro modo, pudiera ser que la situación fuera distinta de la actual pero, lo cierto, es que nadie lo sabe. Tomamos decisiones todos los días, y no hay que valorar si están bien o mal, sino que cada decisión que tomemos será una pequeña aportación que nos llevará a la realidad que estamos experimentando porque lo que de verdad importa, es el presente, puesto que el pasado por más que lo traigamos a la mente, ha sido como ha sido y ya no se puede cambiar, pero sí que nos puede valer para la orientación que podemos tomar en caso de repetirse.

Noticias relacionadas

Los comienzos son siempre fáciles cuando se habla de relaciones de pareja, porque ambos dan lo mejor de sí mismos. Se esfuerzan y muestran la mejor cara. Es al principio cuando los dos integrantes se preocupan el uno por el otro, cuando se forjan los cimientos y se genera la confianza. Se establecen unos vínculos que parecen indestructibles y el cuidado está siempre presente, llegando incluso, a admirar a la otra persona.

Los colores juegan un papel fundamental en nuestra vida diaria y tienen un impacto significativo en nuestras emociones, salud y estado de ánimo. Esta es una de las razones por las que, a la hora de decorar nuestro hogar, debemos pensar detenidamente en el color. Una forma de sentirnos cómodos en nuestro hogar es elegir las tonalidades que nos aporten una mayor sensación de bienestar.

La mayoría de las veces no somos conscientes de cómo pasa el tiempo en nuestras vidas porque, de forma general, siempre estamos sumidos en una rutina constante que ocupa los días sin dejar momento alguno para la reflexión o para tomar conciencia sobre nuestra identidad reflejada en un espejo.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto