La serie televisiva sobre el famoso “coche fantástico” ha dejado de ser una serie y se ha convertido con los años en una realidad. Con un título como “Knight Rider”, castellanizado como “El coche fantástico”, la película ocupó las tardes televisivas de los años ochenta, cuando nuestros ojos de jóvenes y adolescentes se dejaban convencer por los numeritos de transformación y magia que sólo un coche excepcional como Kitt, acrónimo de las Industrias Knight Dos mil, podía depararnos. Aún estábamos en los últimos años del siglo XX pero a nivel tecnológico ya estaba a la puerta de la esquina el nuevo siglo haciéndonos guiños.
Fue para muchas personas el coche de sus sueños, unido al noble fin para el que fue creado; esto es, el coche de una fundación benéfica que ayudaba a los demás y con un equipo y labor de equipo, donde el conductor, un jovencísimo David Hasselhoff, junto con su gran coche salvaba a inocentes y desvalidos, sobre todo desvalidas.
Michael Knight no es sólo un conductor ayudando al necesitado, un equipo ambulante es el que elige el caso en cuestión del que el coche saldrá ileso junto a su conductor la mayoría de las veces. Quien conduce a Kitt debe estar convencido de que está ahí para luchar contra el mal. En aquella época coche y conductor eran productos de lo que ahora se llama inteligencia artificial, ayudada por un equipo humano e inteligente que hacía lucirse a una máquina rodada, cuando el mundo del automóvil no era tan aerodinámico ni tan fantástico.
Pasados más de cuarenta años, en nuestro siglo XXI hay coches silenciosos como Kitt, casi tan especiales como Kitt, casi tan fantásticos como Kitt... Coches que con ayuda del teléfono móvil, se convierten en GPS para la familia. Coches que se atreven a avisarte de una curva o incluso de que puede por sí mismo tomarla con manos libres con un sinfín de precauciones. Coches que te avisan de prohibiciones de velocidad, o de la proximidad de otros coches u obstáculos. Coches que te saludan con música incorporada, ya son viejos los coches que te ayudan a aparcar ayudándote a flipar en colores por cada uno de los ángulos de su carrocería, para evitar que dañes la ídem. Coches que tan pronto toman gasolina como energía eléctrica, tan pronto sólo electricidad, y tan pronto te rebajan el precio del aparcamiento, o el parking te sale gratuito por no contaminar.
Si en la serie era el mal el protagonista, y Michael y Kitt los héroes defensores, junto a la chica ingeniera mecánica, harían falta hoy muchas más chicas ingenieras mecánicas y chicos, para entender lo complejo de un coche tan fantástico como son los nuevos cuatro ruedas que ruedan por el mundo. En la actualidad es la contaminación la que se llevaría la palma y algunos conductores como mis compañeros y mis familiares dotados de coche nuevo, los protagonistas de salvar este mundo tan híbrido.
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