Los pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES), una patología en la que el sistema inmunológico reacciona de manera “anómala” y puede provocar daño en diferentes órganos, deben prestar una atención clave a la vacunación frente a determinadas patologías infecciosas por su propia enfermedad o bien por las terapias que reciben (glucocorticoides, inmunosupresores y/o terapias biológicas), según puso de manifiesto el Dr. José Mª Pego, jefe de Servicio de Reumatología del área sanitaria de Vigo, durante un encuentro virtual organizado por la Federación Española de Lupus (Felupus), bajo el título “Paciente informado, paciente empoderado”.
En su charla, el experto recordó la importancia que tiene la vacunación en estos casos porque se pueden evitar ciertas infecciones o prevenir complicaciones graves de las mismas. “Una buena colaboración entre los Servicios de Reumatología, de Atención primaria y de Medicina preventiva, entre Enfermería y facultativos, es esencial para mejorar las tasas de vacunación en pacientes con LES”, precisó.
En concreto, el Dr. Pego hizo hincapié en que los pacientes con lupus deberían recibir la vacuna contra la gripe y el neumococo. Para la vacuna del virus del papiloma humano (VPH) se deben seguir las recomendaciones de vacunación indicadas en población general. Sin embargo, “en las pacientes con LES debería individualizarse la decisión en función del riesgo previo y futuro de exposición al virus VPH”, recalcó y se refirió al mayor riesgo de sufrir infección por virus de herpes zóster (VHZ), debido a características del lupus o por el empleo de ciertos fármacos, “por lo que resulta recomendable vacunarles con la vacuna recombinante”.
“En los últimos años ha habido nuevas vacunas o actualizaciones en las recomendaciones como son los casos de la vacuna del neumococo o del VHZ”, explicó el Dr. Pego, quien también destacó el documento elaborado por la Sociedad Española de Reumatología y publicado en 2022: ‘Recomendaciones SER sobre prevención de infección en enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas’, que incluye numerosas referencias a pacientes con lupus.
En España se estima que el Lupus Eritematoso Sistémico (LES) tiene una prevalencia del 0,21% de adultos, lo que supone más de 75.000 afectados aproximadamente, según el estudio EPISER. No obstante, esta patología también puede debutar en edad pediátrica.
Visión de Felupus
La presidenta de la Federación Española de Lupus (Felupus), Silvia Pérez, aseguró: “En los últimos años estamos viviendo con gran esperanza una intensa investigación con resultados que evidencian mejoras en el abordaje del lupus, como es el caso a modo preventivo, a través del incremento en las vacunas recomendadas. No tiene sentido tener un sistema inmune mermado para evitar que ataque a su propio organismo, como enfermedad autoinmune que es, y no prevenir en infecciones potenciales que pueden complicar la evolución del lupus y comprometer la vida del paciente”.
Asimismo, -insistió- “lo importante es que cada avance se refleje en la disposición sanitaria a cada paciente en equidad y en el caso de la prevención, derivar al paciente a Medicina Preventiva para que se realice un estudio y calendario vacunal individualizado según evolución del lupus y tratamiento de éste”.
Terapia celular con CAR-T: presente y futuro
Durante el encuentro virtual organizado por Felupus, el Dr. Íñigo Rúa-Figueroa, reumatólogo del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, explicó que “en la actualidad, la terapia celular con CAR-T solo se está llevando a cabo con una modalidad específica (CAR-T CD19), usada con éxito para tratar linfomas refractarios, resultando eficaz en casos aislados de lupus. Aunque ha despertado gran expectación, esta terapia estaría justificada solo en pacientes muy refractarios a los tratamientos habituales, que en la actualidad son, con frecuencia, eficaces y seguros. De hecho, a día de hoy, CAR-T no tiene indicación aprobada para pacientes con lupus e, idealmente, su uso debería restringirse al marco de estudios piloto o ensayos clínicos en centros con experiencia en este tipo de terapia, que es muy sofisticada”.
“En los pocos pacientes tratados hasta la fecha se han observado remisiones prolongadas de la enfermedad, sobre todo renal. Además, parece que los linfocitos B autorreactivos (las células “anómalas” que atacan los propios tejidos) no se detectan tras la terapia, circunstancia que no se da con las terapias previas basadas en anticuerpos monoclonales (como rituximab). El significado y alcance de este fenómeno aún no se entiende bien, pero resulta esperanzador como hito importante hacia lo que se podría calificar como ‘curación’ o, al menos, la posibilidad de conseguir un control exhaustivo y duradero de la enfermedad”, ha precisado el especialista, quien también advirtió sobre “la preocupación que suscita la seguridad a largo plazo, además del alto coste de la terapia”.
A corto plazo, no parece causar efectos adversos importantes, que impidan o cuestionen el desarrollo de esta terapia, pero los casos tratados han sido pocos y el seguimiento relativamente corto. En este sentido, -añadió-, “hace pocas semanas, la Agencia Española del Medicamento (haciéndose eco de lo publicado por la EMA) ha llamado la atención sobre el desarrollo de linfomas T, muchos de ellos a partir del linfocito T modificado, en algunos pacientes oncológicos tratados con CAR-T. La frecuencia es baja (estimada en 0,8 por cada 1.000 pacientes tratados), pero se requieren más estudios para poder conocer la magnitud real del problema. En definitiva, esto obliga a ser cautos y establecer una estricta vigilancia en términos de seguridad”.
Por último, en opinión del Dr. Rúa-Figueroa, las perspectivas “son enormes”, porque la biotecnología está siendo capaz de desarrollar CAR-T mucho más “selectivas”. Aunque puede llegar a suponer un “abordaje revolucionario” se trata de una modalidad terapéutica aun en fases muy iniciales de desarrollo.
Por parte de Felupus, celebran el avance positivo de esta terapia y que va evolucionando y reduciendo los efectos adversos, protagonizando un futuro esperanzador. “Confiamos plenamente en la búsqueda científica para mejorar o conseguir la cura final para el lupus entre las distintas líneas de investigación abiertas, consiguiendo de este modo dar una calidad de vida digna a las personas que la padecen y evitar la mortalidad”, concluyó Silvia Pérez.
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