En esta fecha singular, la Agencia de Noticias Europa Press ha hecho un
desayuno en el Hotel Villamagna de Madrid al que ha invitado como ponente
a Alberto Núñez Feijóo.
Tras el paréntesis estival, en el que el quehacer informativo ha estado
subordinado a la actualidad política, el desayuno tenía un interés, casi morbo,
que arrancaba con la “no improvisación” conjunta de la Agencia de Noticias
que organizaba el desayuno y el invitado. Ambos, ¿casualidad?, habían
convenido la fecha para programar el acto cuando ha fracasado la Investidura
del Presidente en funciones, cuando éste está de viaje a China y no quita
protagonismo ni atenciones; y cuando la inmediatez de las elecciones
gallegas y vascas rebasa el ámbito autonómico.
Allí estaban, además de la prensa, los representantes del PP que debían
(Vice Soraya, Ministros Báñez, Morenés y García Tejerina, Presidenta del
Congreso, Portavoces de Congreso y Senado, Cristina Cifuentes, Esperanza
Aguirre, Romay Becaria, Cospedal...), empresarios, financieros, sindicalistas,
políticos de otros partidos...
Y hasta un miembro, o ex miembro, de Podemos, que ocupó sitio junto a
la prensa sin aclarar si su abandono del escaño europeo y las críticas a las
estrategias “podemitas” son algo más que una rabieta.
Una vez presentado, el invitado avanzó su intención de hacer “reflexiones
sobre Galicia y Política” ante la convocatoria electoral, advirtiendo, además,
que “las citas electorales son como las encrucijadas que hay en los caminos:
os cruceiros de Galicia”.
Después, antes de entrar en materia, o entrando en lo que puede ser una
especie de “gallegada con substancia”, Feijóo añadió morbo a su presencia
con una disposición binaria, que mostraba a un político dedicado a
cuestiones autonómicas, que entiende esta actividad como parte de la
política estatal.
Con esa identidad, antes de ocuparse de Galicia, trató la realidad
nacional desde la óptica de un político autonómico que hace política de
Estado:
- El Presidente autonómico es el representante máximo del Estado en la
Autonomía. Reivindico ese papel - diría Feijóo.
- Magnífico. Representante del Estado, se planta en hombre de Estado y
se ocupa de asuntos nacionales. - dijo alguien con mirada hosca.
- Preside la Xunta, candidato para sucederse a sí mismo, y recambio para
lo que venga. - contestó un periodista.
Siguiendo, antes de ocuparse de Galicia, que era lo esperado, unas
pinceladas sobre la política nacional: Crisis. Situación y forma de salir de ella
con fórmulas conocidas (“gato blanco, gato negro, pero que cace ratones”).
Rechazo a la “política negativista de algunos”, a “las 2 Españas” y a otro
Pacto del Tinell. Plumas de Caballo y el personaje de los Hermanos Marx que
se opone a todo (en alusión a Pedro Sánchez)...
Después, inmersión reivindicativa en la realidad gallega: “Galicia es una
prueba de que las políticas tienen consecuencias... La política no es un
juego... No se puede experimentar con las personas”. Bajo mínimos, lo hecho
en Galicia por el PP favorece la cohesión nacional. Los Servicios Públicos
gallegos han preparado la región para la recuperación.
Y el aporte de datos: 85.000 gallegos salieron del paro. Bajada de
impuestos cuando se pudo. Ayuda para bebés. Arreglo de un tercio de los
Colegios Públicos. No incremento la Deuda Pública. Ahorros...
Tambien, algunas frases: “Galicia no es del PP, es el PP quien pertenece
a Galicia”. “Nuestro proyecto es prosperar”. “Minifundismo político en la
izquierda gallega”. El problema para la izquierda no es el candidato (gallego o
nacional), sino el arraigo del PP. “Elevar a la categoría de normal lo que ya
está en la calle”, cita de Adolfo Suárez. “El bloqueo español es que se olvida
la realidad”. El PSOE y BNG (con Podemos) no comparten ideas. “Además,
Podemos y sus En Marea, que son 42”. “Galicia, para mí, es un país amable.
Sin conflictos. Y, recordando a Unamuno, que griten ellos”.
Unas pinceladas: “No han sido años fáciles. Sin recursos, gestionamos lo
que teníamos... Ha merecido la pena. Después de estos 8 años, lo peor que
le puede pasar a Galicia es ir hacia atrás... Hoy Galicia está mejor que en
2012... No hemos creado problemas... Hemos vivido con lo nuestro. Somos
más gallegos (y españoles) que cualquier catalán o vasco”.
Y un colofón: “Hoy la política merece la pena, más que antes. Al menos
desde la ingenuidad con la que habla este político”.
Al acabar, en el turno de preguntas de la prensa canalizadas por el
representante de la Agencia de Noticias, la reiteración de una postura. La de
un hombre en el cruce que el momento y la historia le han colocado, acaso
como “cruceiro”. O no. Porque Alberto Núñez Feijóo, que es Presidente de la
Xunta de Galicia y candidato del PP en las elecciones al Parlamento de
Galicia del 25 de septiembre, puede estar “en el cruce”, como el “cruceiro
gallego” que Castelao entendía como “perdón del cielo” erigido para hacerse
perdonar pecados. O, también, como un hito de referencia, puesto para
marcar senda y camino a los gallegos...
Y, por qué no, a los no gallegos.
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