Occidente ha de cambiar de héroes y repensar sus sistemas políticos. Después de doscientos años y pico, nunca la democracia liberal ha estado en una crisis semejante. Y lo peos es que sus voceros lo ocultan. “La democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás», decía Churchill, el León del Imperio. Y sus muñidores cambiaron “peor” por mejor y anularon el resto de la frase. Quizás la pronunció en alguna isla de la Polinesia o de la Micronesia, donde los indígenas se reunían en asamblea general para deliberar y decidir, incluidos los niños, a los que escuchaban respetuosamente. Quizás pensando en Gran Bretaña, sí, pero obviando qué hacían en India o en China, entre otros lugares. Recordemos que Gandhi declaró que la India no podía ser partidaria de una guerra (la Segunda Mundial) que, aparentemente, era una lucha para la libertad democrática, mientras que esa misma libertad le era negada a la India. Hay que recordar que en aquellos tiempos había 100.000 presos políticos indios. Conclusión: el mundo no cabe en una frase. Es uno de los problemas, creer que la parte es el mundo. Ni siquiera en aquellos tiempos, Gran Bretaña, que era alimentada por tres continentes, resolvía su miseria. ¿Era esto lo mejor? Recordemos “Gente del abismo”, de Jack London, contemporáneo de Churchill. O la vida de los mineros ingleses. La Dama de Hierro acabó con sus problemas y con sus sindicatos.
Democracias iliberales
Hoy han ganado los laboristas --¿recordarán algo de todo aquello?-- pero Gran Bretaña seguirá queriendo ser un león, aunque desdentado, en detrimento del gasto público y de la paz, Todo esto no suena a nada mientras no se experimenta la guerra en carne propia. Los 56 conflictos en el mundo son insuficientes para nuestra mermada imaginación. Querer la paz siempre ha sido sospechoso, como ahora ocurre con la pervertida Hungría. Recordemos a France (fundador de L´Humanité en 1904), Rolland, Hesse, Tagore (al que, por cierto, le han hecho un monumento en Valladolid), Mann, ¡Tolstoi! En un mundo desquiciado, lo normal es lo anormal. La cuestión es que las democracias liberales de Churchill se están volviendo descaradamente iliberales. El término no es propio, pero lo creemos muy acertado. La UE ha colaborado mucho en esto. Es indiscutible que se ha producido una absoluta desconexión entre los pueblos, sus élites y la información que se prodiga. Esto último es muy importante: es la envoltura del producto. Una Europa a la deriva
En las elecciones europeas participó un 49.2 por ciento (es decir, se abstuvo el 50,8 por ciento). Haciendo concesiones a diestro y siniestro (una macedonia de posturas encontradas entre sí y en su propio seno) Layen ha logrado un 55,69 por ciento del total de los escaños. Es decir, un 44,31 por ciento no la ha apoyado, lo que significa que entre abstenciones electorales, inasistencias, expulsiones y oposición a su presidencia cuenta en el Europarlamento para sus megaplanes con poco más de un cuarto del espectro general europeo. A pesar de ello decidirá nuestro futuro por encima de la voluntad de las naciones en cosas muy graves (como la guerra) sin cortapisa alguna dados los mecanismos de la UE. Ya ha nombrado a un comisario de Defensa a pesar de que las competencias en esa materia corresponden a los estados miembros. Un periodista americano (C. Caldwell), más motivado que nosotros, dijo hace poco en el New York Times: “Los europeos, en su mayor parte, no eran conscientes de que habían sido reclutados para un proyecto que tiene como punto final la extinción de Francia, Alemania, Italia y el resto de las naciones históricas de Europa, como unidades políticas significativas”. No son sólo los extremistas quienes sospechan tales maniobras. Datos electorales en Gran Bretaña
A pesar de que la voluntad popular debería ser el elemento principal de la democracia, al liberal-individualismo a la hora de la verdad no le interesan los datos que la miden. Con relación a las últimas elecciones en el Reino Unido, por ejemplo, se habla sólo de escaños, obviando los votos. No deberíamos aceptar un enfoque que desmedula a la democracia. Veamos ambos componentes: Laboristas: casi 9 millones 700 mil votos, 411 escaños. Conservadores, poco más de 6 millones 800 mil votos, 121 escaños. Liberal demócratas: casi 3 millones 500 mil votos, 71 escaños. Reform UK, poco más de 4 millones de votos, 4 escaños. Es decir, que la aritmética no es un elemento importante en la legitimidad de la representación. Lo de demos, pueblo, es la envoltura. ¿Cuestionamos el éxito laborista? En absoluto, cerca de diez millones de votos es su triunfo; pero un triunfo que representa un 20 por ciento escaso del electorado británico, lo cual oculta la prensa grandilocuente. Cuestionamos unas reglas, unas políticas desmovilizadoras. Por lo tanto, mejor buenas políticas y reglas que victorias esporádicas. De ochenta contiendas electorales en ese país, los laboristas sólo han ganado nueve veces (lo demás se lo han repartido torys, wights y liberales). ¡Y qué hipotecas sobre sus escasas victorias! Es evidente que a los políticos burocratizados no les preocupa la legitimidad de la que procede su poder. Les basta con estar encantados de conocerse y saber que son la voz de las verdaderas élites (algunos comentaristas hablan del pantano). No sabemos si estas son vulgares, porque al contrario de sus pupilos, son discretas. Cundo vemos a Borrell, ya caducado, seguir disertando sobre la guerra, sin consultar a nadie, ni de su país ni de su partido ni de la totalidad de los países de la UE, nos admiramos. Nos ocurre como cuando pensamos en Napoleón dejando atrás a 300 mil soldados muriendo en las estepas, dispuesto a levantar otro ejército para seguir combatiendo. ¡Qué salud mental! ¡Qué ánimo! ¡Qué amor por esa Europa que quería unida… bajo Francia, sí! Encuestas ignoradas, resultados electorales absurdos
La cuestión es que recurrir a Churchill para justificar nada, resulta anacrónico. Las claves de hoy son otras. Las encuestas sobre la aceptación popular de los dirigentes occidentales dan en su mayoría resultados negativos (más gente que los rechaza que los apoya). Pero esto no significa nada para una cultura política que acepta como normal que 4 millones de votos obtengan 4 diputados. ¿Qué pensarán estos mismos electores sobre la democracia? Aquí también ocurre: Cataluña suele estar sobrerrepresentada. En un país tan subjetivista como el nuestro hemos de aclarar que se trata de un partido que no nos gusta nada en cuanto propugna disminuir el papel del Estado y reducir la carga fiscal sobre las grandes empresas. Desconexión entre dirigentes y dirigidos
Ese sistema “el peor-mejor”, desde un principio creo las bases de su futuro, es decir, derivar en un poder económico incontrolable. Es extraño que a los liberales no les haya preocupado nunca lo que representa para la libertad la acumulación del poder económico en unas pocas manos. A los laboristas antes sí les preocupaba. Lo de un hombre un voto no siempre ha sido exacto, hoy menos que nunca. Mejor millones de euros que millones de votos. Feudocapitalismo o algo así. En el mundo que nos está dejando, la política tenía un espacio. Había partidos diferenciados, programas distintos, dirigentes con criterio autónomo, pluralidad, conciencia de clase, cierta división de poderes (no se había judicializado la política: otra perla made in USA), prensa diversa (dicen que la prensa obrera del XIX era sorprendente por su calidad y pluralidad), cultura autónoma al margen del poder de las editoriales, competencias nacionales plenas, ¡naciones! Todo esto se está diluyendo en un mundo ininteligible de finanzas, bancos, megacorporaciones, incluidas las de la guerra. La desconexión entre dirigentes y dirigidos cada día es mayor, y el poder de estos, insignificante. Inesperadamente, la mayoría de la prensa oficializada ha magnificado los resultados electorales en Inglaterra (¡Contundente victoria¡ ¡Supermayoría! “Histórica victoria! ¡Histórico triunfo!), sin aclarar los milagros de los sistemas mayoritarios y de los sistemas de voto uninominal por el cual el candidato que consiga la mayoría simple de los votos se lleva ¡todo! Para él solo el escaño (“first past the post”). El dato de un 40 por ciento de abstención (en Gran Bretaña) es difícil de encontrar. Extraños titulares entre supuestos contendientes que luego se ponen a matar. Algo parecido a lo de Meloni, que es una extrema derecha distinta (es disciplinada). ¿Y por qué? ¿Quizás porque Corbyn ha sido expulsado del partido por el actual ganador? ¿Era indisciplinado el tal Corbyn que, por cierto, ha conseguido escaño como independiente frente al aparato de sus expulsores? Un candidato locuaz
Repetimos, han ganado los laboristas. Pero, una de dos, o el pueblo británico es declaradamente belicista, o el dirigente laborista ha hablado antes de preguntar a su pueblo. Creemos que este asunto de la guerra no es tomado en serio por quienes la padecerían, y demasiado en serio por quienes no irán a ella. Los gobiernos belicosos de ese país han ido cayendo uno tras otro, sin cambios sustanciales sobre la belicosidad. Desde septiembre de 2022 cuatro presidentes (Johnson, Truss (que ha perdido su escaño, lo nunca ocurrido), Sunak y el actual). ¿Es sintomático? Los progresistas de medio orbe han alzado la voz de alegría. De acuerdo: por fin Camerón callará. Pero hay que decir que el dirigente laborista, Sir Keir Starmer, no parece un pacifista. ¿Un nuevo Tony Blair? Curioso: los barrios ricos le han votado. No le ha faltado tiempo para expresar "(un) apoyo inquebrantable a la OTAN". "Fuimos orgullosamente uno de los países que estuvo presente en la fundación de la OTAN. Estamos orgullosos de esa historia". Hay que añadir su disposición a aumentar al 2,5 por ciento el gasto en defensa (los conservadores están en el 2,3 por ciento), por encima del 2% establecido por la OTAN. No nos engañe ese 0,2: representa 18 mil millones de libras que luego se regatearan para necesidades más perentorias. ¿Gasto en defensa? ¿Quién amenaza? ¿De cuándo defensa son submarinos y portaviones nucleares? ¿Desde cuándo incluye países como Irak, Australia? Defensa son sistemas antimisiles en la patria. Defensa no es Boris Johnson deshaciendo acuerdos de paz. No una, sino tres veces: lo reconocieron explícitamente Merkel y Holland. Si hubiera verdadera amenaza ese 0,2 sería ridículo. (Por cierto, el pacifismo acaba de abrir una oficina de la OTAN en Jordania). Esto en un periodo en el que se espera que el crecimiento europeo no supere el 3 por ciento y en el que el Banco Mundial prevé las peores tasas de crecimiento en 30 años. Hay que añadir que no creemos que EEUU permita, mientras pueda, un ejército y una industria militar europeas independientes. Una cosa es vender armas a Europa y otra que las venda ella y le hagan sombra. Sorprendente prisa por aumentar ese gasto en el dirigente “obrero” de un país que por ley la sanidad pública no puede atender por más de cinco minutos a cada paciente ni por más de dos enfermedades (dudamos si no es por una sola, según el canal DW). Peores índices de supervivencia de cáncer y accidentes cardiovasculares entre 18 países del mundo desarrollado. Siete millones de pacientes en lista de espera. Siete de cada diez británicos asegura que el sistema está “roto”. El Nuffield Trust (la organización sanitaria sin ánimo de lucro más importante en el Reino Unido) considera que los planes del gobierno supondrán no salir de la austeridad. Un crecimiento anual del gasto sanitario del 0,8% sería el más ajustado de la historia. Todo esto según dicha entidad. Cuando a Romain Rolland le preguntaban cómo se negaba a la guerra (la Primera) frente al ataque alemán, él respondía que cada cual hiciera su papel: los militares la guerra, los intelectuales la paz. Hoy, repetimos, ¿quién ataca a quién? Nos preguntamos si esto se solucionará, tal como ha dicho Starmer “(con) una política que toque más ligeramente la vida de la gente”. ¿”Más ligeramente”? Frase críptica. ¿Más o menos intervención pública? Sobre la vivienda el plan dependerá de promotores privados que construirán casas con un control mínimo para las viviendas sociales. Blackrock posee allí 260 mil viviendas, un negocio de más de mil cuatrocientos millones de libras anuales. Starmer es uno de los políticos más dependientes de los grupos armamentistas y de la sanidad privada. Es la democracia que viene. Obama le apoya
Pero esto no importa. Importa el corazón. Por lo visto Obama (premio Nobel de la Paz) dijo con relación a la campaña de Starmer que “…mucha gente ha sido despreciada por el establishment y muy a menudo la gente de clase trabajadora ha sufrido para encontrar su voz”. Emocionante para quien un periódico demócrata, el New York Times, dijo: “El inesperado legado de Obama: ocho años de guerra continua”. Pero no hay problema, según el expresidente “la guerra es, de cierta manera, una expresión de desatino humano”, ¿El desatino humano o el desatino de gobiernos que no escuchan a sus pueblos? Un portavoz de Black Votes Matter (EEUU) dijo: “Si no les importan nuestras vidas, cómo les va a importar nuestro voto” Por cierto, el nuevo gobierno es multicolor (exbanquera incluida). ¿Escucharán lo que dicen hoy los pueblos sobre Gaza? Gaza ¿un termómetro para progresistas?
Respecto a Gaza, un 29 por ciento de los británicos apoya a los palestinos; un 16 por ciento a los israelitas; a ambos un 23 por ciento, y un 30 por ciento no está seguro. En cuanto a los laboristas la proporción es de 7 sobre 10 a favor de los palestinos. Sir Keir Starmer antes de las elecciones había prometido "erradicar el problema del antisemitismo". Su esposa es judía, y hemos oído que trabaja con ella en una sinagoga. No sabíamos que hubiera antisemitismo en Gran Bretaña. Una forma inequívoca de lograr éxitos: afrontar problemas que no existen. Pero la Corte Penal Internacional se lo ha puesto fácil: insta a Israel a que los colonos abandonen los asentamientos palestinos (oído en RTVE el día de tomar estas notas). Él es un abogado de los derechos humanos que puede tomar el timón británico para reconstituir los derechos de los palestinos. ¿Continuador de Tony Blair?
Aparte de que “La democracia es el peor sistema de gobierno…”, Churchill tuvo otra frase, muy animalista y acertada: “La principal diferencia entre los humanos y los animales es que los animales nunca permitirían que los lidere el más estúpido de la manada”. Esta frase, que sirve para izquierdas, derechas y centros, no es tan repetida como la de la democracia. Las gentes de derecha cuando se despachan no deberían olvidar el espejo. Hay otra frase memorable, esta vez de Margaret Thatcher, que ilustra los confusos tiempos en los que vivimos (30, 40 años son medio minuto en la Historia): “Mi mayor éxito político fue Tony Blair”. Sí. Héroe de las Azores, de las armas de destrucción masiva, de la Tercera vía (en la que seguimos); en general nefasto, salvo en prohibir la sangrienta caza del zorro (al acoso escolar se le llama bulling; también se podría haber puesto foxing; dos aberraciones más de la humanidad). Pero no hay problema, a pesar de no estar en la UE se llevará bien con Úrsula von der Leyen, Kaja Kallas y Mark Rutte.
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