No vayamos creer que esto del feminismo es de ahora. en el siglo XVIII, empezaron estos movimientos feministas, cuyo objetivo era buscar en igualdad de condiciones en todos los conceptos de la vida a mujeres y hombres. En todo esto estaremos de acuerdo, los tiempos cambian y sobre todo para bien que, es lo esencial para la liberación del enclaustramiento al que ha estado sometida desde tiempos remotos a la mujer, a la hembra.
Hoy día, los hombres estamos sometidos a juicio en cuanto hacemos un movimiento que a este amontonado de feminismo les `pueda parecer que aún estamos en la edad de piedra. El hombre, como la mujer, por adversidades de la vida, los hay en muchas condiciones e incluso en muchos ambientes. Parece ser que el feminismo se ha topado que el buen gusto y complacencia que quiere tener el hombre para su media naranja. Ni que decir tiene que, habrá feministas que podrían encontrar como media naranja como una humillación dadas todas las adulaciones que en estos momentos dejan entrever en sus manifiestos obsoletos hacia los hombres.
De siempre el hombre por antonomasia y la caballerosidad que nos atesora a la mayoría somos respetables con las mujeres. Siempre cuando vamos por nuestra derecha por la acera y vemos que una señora viene en sentido contrario les damos el paso, con galantería y educación. O, nos destocarnos el sombrero, ahora que se lleva mucho. Me comentaba una señora en el autobús que un hombre le dejó el asiento a una dama, esta le contesto; ¿Qué, me cree inferior a darme el asiento?
La educación no debe estar sometida a examen por estas falsas maniobras de algunos sectores feministas que solo quieren enfrentarnos a una lucha que, salvo las distancias, tiene conquistadas y bien ganadas las señoras, señoritas y damas. Se puede ser feminista y fémina a la vez, basta que nos lo propongamos todos, pero la demagogia nos arrastra a un descomunal perjuicio moral que adolecemos los humanos.
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