Si aquí en España las negociaciones para la reducción de la jornada semanal a 37,5 horas se están dilatando en exceso y se encuentran actualmente encalladas, en Reino Unido el primer ministro, el laborista Keir Starmer, ha lanzado una propuesta, no de reducción sino de flexibilización, para concentrar en 4 días la jornada semanal de 40 horas, siempre y cuando sea posible.
Una medida con la que se pretende aumentar la productividad y permitir una mejor conciliación de la vida laboral que posibilite tener más tiempo para dedicar a la familia, según argumenta el ejecutivo del Reino Unido.
Aun así, desde el gobierno británico se ha asegurado que antes de acometer cualquier modificación legislativa consultará a las empresas de todos los ámbitos productivos. No obstante, se prevé que los trabajadores y trabajadoras que se quieran acoger a esta medida lo hagan de forma totalmente voluntaria y además sin reducción salarial. Es decir, permitiría trabajar por ejemplo 10 horas diarias durante cuatro días.
Debate en los países de la UE
La controversia por la concentración o reducción horaria es un debate muy vivo en los países de la Unión Europea. Existen tanto detractores como defensores. Estos últimos abogan porque se mejoraría la productividad en las empresas, se lograría un mayor bienestar entre los trabajadores, se reducirían los niveles de absentismo al registrarse menos bajas por enfermedad, se propiciaría una conciliación más adecuada de la vida laboral y familiar y se fomentaría la generación de empleo al precisarse más plantilla para cubrir las mismas horas de trabajo.
Sin embargo, los críticos inciden en la idea de que, y más en el caso británico de la concentración de la misma jornada semanal en menos días de trabajo, un aumento de las horas de trabajo diarias provocarían una disminución del rendimiento e impediría el descanso adecuado entre jornada y jornada; mientras que en lo que respecta a la reducción afectaría a la productividad con un aumento de los costes empresariales.
Diferencias del modelo español y británico
Las diferencias entre los planteamientos de reforma laboral de los gobiernos de España y Reino Unido son ciertamente visibles. Mientras que Yolanda Diaz, ministra de trabajo, plantea la reducción progresiva de la jornada de trabajo de 40 a 37,5 horas semanales, la del primer ministro británico no observa esa eventualidad; se trabajarían las mismas horas pero concentradas en cuatro días.
Y otra disparidad es que la propuesta legislativa española si obligaría a las empresas a la reducción, en tanto que en la británica no exigiría el imperativo cumplimiento de la jornada comprimida.
La propuesta de Yolanda Diaz contempla que la reducción sea progresiva y además pretende incluir en el anteproyecto de ley el endurecimiento de las multas para aquellas empresas que no la establezcan y se nieguen a implantar los registros de jornada para su control.
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