El mieloma múltiple es una enfermedad de la médula ósea cuya incidencia supone el 10% de las neoplasias hematológicas. En la actualidad no tiene cura, pero sí tratamientos cada vez más eficaces que tratan de abordar la enfermedad desde diferentes puntos de vista. Entre las nuevas opciones terapéuticas destacan los anticuerpos biespecíficos, frente al antígeno de maduración de célula B (BCMA), que están consiguiendo prolongar la supervivencia de los pacientes y mejorar su calidad de vida.
La Dra. Rebeca Iglesias, jefa de la Unidad de Mieloma Múltiple y Gammapatías de MD Anderson Cancer Center Madrid, subraya que la reciente aprobación de este tipo de terapias ha supuesto una gran oportunidad para los pacientes refractarios a los tratamientos clásicos (inhibidores del proteasoma, Inmunomoduladores y anticuerpos monoclonales anti-CD38), también llamados triple refractarios.
“Este tipo de terapias, que se dirigen frente al antígeno BCMA de las células plasmáticas y el antígeno CD3 de los linfocitos T facilitando la respuesta inmune, han conseguido prolongar la supervivencia libre de progresión (SLP) de nuestros pacientes, así como mejorar la tasa de respuestas (TR) y la calidad de las mismas”, señala la especialista.
Historia natural del paciente con mieloma múltiple
El mieloma múltiple continúa siendo una enfermedad incurable, que alterna periodos de remisión con recaídas. Por ello, explica la Dra. Iglesias, la tendencia actual es utilizar tratamientos continuados que se mantienen hasta la progresión, con el objetivo de prolongar la respuesta y retrasar la recaída. “Esta estrategia ha generado resistencia a los fármacos utilizados, por lo que, en los últimos años, se han desarrollado nuevos medicamentos con mecanismos de acción diferentes para tratar la enfermedad resistente”, incide.
Los avances en investigación y la medicina personalizada están ayudando a conocer cada vez más esta enfermedad, que generalmente se diagnostica en pacientes mayores de 65 años, y los anticuerpos biespecíficos suponen una estrategia novedosa de rescate basada en un nuevo mecanismo de acción para los pacientes que habían recibido los tres tratamientos previos.
Indicaciones de los anticuerpos biespecíficos y futuro en mieloma múltiple
Los anticuerpos biespecíficos son fármacos reservados para pacientes triple refractarios, que se administran en monoterapia, vía subcutánea, hasta progresión de la enfermedad. En cuanto a los efectos secundarios más característicos, destacan el síndrome de liberación de citoquinas, la toxicidad neurológica y las infecciones.
“Tienen un perfil de toxicidad propio, con efectos secundarios esperables y manejables que requieren un seguimiento estrecho, especialmente durante los primeros ciclos. Esto hace necesaria la supervisión por parte de un equipo multidisciplinar y deben ser administrados en centros hospitalarios que dispongan de una Unidad de Cuidados Intensivos para tratar las posibles complicaciones”, puntualiza la doctora.
Iglesias destaca la importancia de la incorporación de este tipo de terapias al actual arsenal terapéutico para prolongar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes con mieloma múltiple y sostiene que, gracias a la investigación y la innovación, se están cubriendo necesidades médicas no cubiertas. “Con la reciente aprobación de la terapia CAR-T frente a BCMA, y a la espera de los resultados de los ensayos clínicos que combinan los anticuerpos biespecíficos anti BCMA con anticuerpos monoclonales anti CD38 y con otros anticuerpos biespecíficos anti GPRC5D, lo mejor para los pacientes con mieloma está por llegar”, finaliza la experta de MD Anderson Madrid.
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