| ||||||||||||||||||||||
|
|
La crisis migratoria en la Unión Europea y de manera especial en España, se agudiza. Al margen de las complejas causas que inciden en los flujos migratorios, y de la ineficaz e insuficiente política común de la Unión Europea, pienso que estamos ante una emergencia migratoria que necesita de respuestas inmediatas desde el punto de vista humanitario.
Las limitaciones del actual modelo de acogida demandan un pacto de Estado, cuya iniciativa debe partir del Gobierno socialista, que debe pensar más en el bien común de la sociedad y menos en satisfacer las demandas restrictivas frente a la inmigración de sus socios independentistas catalanes.
Es necesario un pacto de Estado basado en el principio de solidaridad, a través de un acuerdo bilateral con las Comunidades Autónomas, destinado a una acogida integral que se combine con una política exterior bien definida de limitación con los países de origen de las personas migrantes.
En España, los “nuevos pobres” son un grupo cada vez más creciente de personas que, a pesar de tener empleo, no pueden acceder a una vivienda digna, debido a los bajos salarios y los altos precios de las viviendas, tanto para alquilar como para comprar.
Los prebostes de todo el mundo se afanan en perpetuar su presencia en cualquier tipo de celebraciones propagandísticas que se produzcan en su campo de acción. No se trata de los “telesforos”: esos seres casi desconocidos, que aprovechan la toma de un plano del discurso o declaraciones del político de turno para asomar la “gaita” por donde pueden.
Verdad es que ideología suena a palabra maldita y fea y que verdad, exenta de carga ideológica, pasa por sentido común y certeza absoluta. En el Evangelio de san Juan se hace decir a Jesús de Nazaret que “yo soy el camino, y la verdad, y la vida.” La frase, literal o recortada, luce en numerosos frontispicios de iglesias cristianas.
|