En la apertura de la segunda jornada de la Champions League, que por el momento repite la tónica goleadora de su predecesora, el conjunto de Glasgow acusó los titubeos en defensa ante un rival rutilante y vertiginoso en ataque: el desenlace de un encuentro que acogía dos de las hinchadas más fervorosas de esta edición se saldó con un 7-1 que aúpa al conjunto de Dortmund a la primera posición de la tabla.
Las inmejorables sensaciones del equipo visitante presagiaban, por fin, un cambio en la tendencia de su puesta en escena ante adversarios de envergadura pertenecientes a la máxima competición. Ambos contendientes acudían a la cita en el Signal Iduna Park con la medida confianza que otorga una victoria sin sobresaltos en el duelo previo, pero el derroche ofensivo que mostraron los escoceses ante el Slovan Bratislava careció de resultado con el pasado finalista.
Imagen: Europa Press
La respuesta a la conversión del temprano penalti cometido por el veterano guardameta Scheimechel, que situó el empate en el marcador, fue un espejismo de igualdad que dos minutos más tarde se esfumaría con otro golpe certero del Borussia; el quinto clasificado en la Bundesliga, en una primera mitad soberbia y con Adeyemi como principal baluarte, disipó las posibles dudas y en los primeros 45 minutos ya había amarrado la victoria con un 5-1.
Con los ánimos ya deplorados en los verdiblancos, el segundo tiempo transcurrió con menor caudal en la zona de tres cuartos local; aunque, con su figura más destacada renqueante y sustituida a los pocos minutos de la reanudación, todavía sacó rédito y amplío la ventaja con dos tantos más que, en este estrenado formato, no sólo adquieren mayor trascendencia sino que alientan a los clubes a desplegar todos sus pertrechos.
Precisamente, esta jovialidad a la que acostumbran los de Brendan Rodgers y su denuedo por lanzarse a la caza de la portería opuesta, no surtió el efecto que sí luce en la desangelada Scottish Premiership e incluso con escuadras como la eslovaca. El naufragio en el país germano invita a replantear el horizonte europeo más próximo, puesto que aún aguarda enfrentamientos de altura con Atalanta, Leipzig o Aston Villa, aspirantes a verdugos de su laxa y temeraria zaga.
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