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Encuentro similitud entre las actitudes de la clase política y las relaciones que mantenían los neardentales hispanos hace más de 40.000 años. Estos, como aquellos, se pasan la vida en constantes trifulcas por el dominio sobre la “cueva nacional”. Tan solo les falta ser caníbales, aunque hay una suerte de “canibalismo mental” entre ellos.
En España, la política se ha convertido en un espectáculo donde las promesas de campaña se quedan en el aire y los debates se asemejan más a un circo que a un foro de discusión seria. Los ciudadanos cansados de ver cómo sus necesidades no son atendidas, observan con frustración cómo los gobernantes se enzarzan en peleas y acusaciones, mientras los problemas reales quedan sin resolver.
Supongo que las charlas motivacionales tienen un hilo argumental de historias de superación para erigirse como fieles ejemplos de llegar a ser mejores personas. En la práctica recurrente de nuestro país, que incluso se podría contar con las buenas intenciones de los sucesivos gobiernos, se presentan a lo largo de la historia reciente portadores de las contradicciones de las señaladas buenas intenciones.
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