Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Conflictos internacionales | Crisis económica | Calentamiento global | Pandemia

​Desorden global

Las tensiones entre naciones, como la guerra de Ucrania y el conflicto de Oriente Medio, han exacerbado la inestabilidad mundial
Conchi Basilio
martes, 22 de octubre de 2024, 08:47 h (CET)

En los últimos años,  el mundo ha experimentado una serie de crisis que han generado un estado de desorden global, desde conflictos geopolíticos hasta crisis económicas y desafíos ambientales, estos problemas están interconectados y tienen consecuencias profundas para la humanidad.


Las tensiones entre naciones, como la guerra de Ucrania y el conflicto de Oriente Medio, han exacerbado la inestabilidad global. Estos conflictos no solo causan sufrimiento humano, sino que también afectan a las economías y las relaciones internacionales, por una parte, la pandemia del COVID-19 ha tenido un impacto devastador en las economías de todo el mundo, por otro, el calentamiento global y sus efectos, como el aumento del nivel del mar, las olas de calor y los fenómenos meteorológicos extremos, están causando desplazamientos masivos de personas y afectando a la producción de alimentos.


La brecha entre ricos y pobres está aumentando, tanto dentro de los países como entre naciones, esta desigualdad genera tensiones sociales y puede llevar a disturbios y conflictos.


Con la pandemia han resaltado las debilidades del sistema de salud global, la falta de acceso a vacunas y tratamientos en muchas partes del mundo, ha exacerbado la crisis sanitaria.

Los conflictos y el cambio climático están forzando a millones de personas a abandonar sus hogares, creando crisis de refugiados y migrantes que ponen presión sobre los sistemas de asilo y los países o comunidades receptoras.


La inestabilidad económica y social puede llevar a la caída de gobiernos y la aparición de regímenes autoritarios, la falta de gobernanza efectiva puede agravar los problemas existentes.


Todo ello en conjunto ha tenido un efecto destructivo en la salud mental de las personas, según la Organización Mundial de la Salud, casi un millón de personas en el mundo sufren de algún tipo de trastorno mental y las tasas de depresión y ansiedad han aumentado significativamente.


La degradación del medio ambiente, debido a la actividad humana está afectando a la biodiversidad y la capacidad de la Tierra para sostener la vida, con implicaciones a largo plazo para la supervivencia humana.


La crisis económica ha aumentado la pobreza y la desigualdad, lo que puede llevar a una mayor polarización social y política.


La colaboración mundial, la diplomacia y el multilateralismo pueden ayudar a encontrar soluciones sostenibles, invertir en infraestructura de salud, programas educativos, adoptar prácticas de desarrollo sostenible que protejan el medio ambiente, fortalecer las instituciones democráticas y garantizar la gobernanza transparente y responsable puede ayudar a reducir la inestabilidad política y promover la paz.


Educar sobre los desafíos globales y la importancia de la acción colectiva puede fomentar una mayor participación y responsabilidad. El desorden global requiere una apuesta integral y coordinada, sólo a través de la cooperación internacional y la promoción de prácticas sostenibles, podemos trabajar hacia un futuro más estable y equitativo para todos, algo que en estos momentos bien parece una quimera, debido a la falta de comprensión y empatía, algo de lo que cada vez más personas carecen. 

Noticias relacionadas

El mundo es inhumano. Y efectista, muy efectista. Los mismos que ahora se muestran compungidos por las terribles escenas de acoso sufridas por Antonio, el quinceañero santanderino con parálisis cerebral del IES Torres Quevedo, que piden a gritos dimisiones, que aportan los datos personales de los agresores, incluidos los domicilios, que se juntan para apalizarlos y darles una lección, son los que lo han permitido.

Las masas nunca se han revelado, porque ese trabajo corresponde a las elites surgidas para la ocasión, pero el hecho es hay que mantenerlas entretenidas, simplemente para que no se alboroten. En la era de la información manipulada, para entretenerlas simplemente hay que ofrecer espectáculo. La política toma nota de que para continuar con la fábula de la democracia hay que tener al votante permanente entretenido y es esta la función que asume el espectáculo político.

El rechazo a la tecnología y sus secuelas parece estar inscrito en alguna porción de nuestro ADN. No nos gustan los cambios y tendemos a pensarlos, muchas veces, como cosas del diablo, entendido este en sentido amplio. Como ejemplo de ello, en la Inglaterra de fines del siglo XVIII y principios del XIX se desarrolló el movimiento “ludita”, citado en cualquier manual historiográfico.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto