| ||||||||||||||||||||||
La frase de doña Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, marquesa de Casafuerte, española desde 2007, exdiputada del PP, no es dramática, es demagógica. Quizás un intento de salir de la nada en la que se encuentra. No nos extraña que la quitaran de portavoz. Muchos de estos políticos nos recuerdan a esos escupefuegos de circo que son incombustibles, siempre que sea dentro del orden establecido.
Estamos presenciando, de la forma más clara y más rotunda, cómo el dinero, los negocios, las conquistas, las supremacías por raza, riqueza, armamento... se han convertido en las nuevas armas para conquistar y reorganizar el nuevo mundo.
En este posible cambio de era, es necesario que recapitulemos nuestra Historia, generalmente maquillada. No hay que dejar que la irresponsabilidad siga haciendo ruido. No vamos a decir que Europa sea por antonomasia el continente de la paz; ahí sus guerras internas, externas, coloniales, encubiertas, etc. Pero, olvidando ese pasado, y restringiéndonos a la II Guerra Mundial, parece que esta enfrió durante un tiempo las veleidades bélicas internas.
El orgullo, el egoísmo y la codicia son las mayores amenazas para la estabilidad emocional humana y el progreso ético. Los que ya tienen mucho quieren mucho más, los que han acumulado armas y bombas durante muchos años quieren iniciar una guerra para vender sus productos a otras naciones.
Cada día, millones de niños y niñas en el mundo ven truncado su futuro debido a conflictos armados, desastres naturales y desplazamientos forzados. En el marco del Día Internacional de la Educación, la Campaña Mundial por la Educación (CME) hace un llamado urgente a la comunidad internacional para priorizar la educación en emergencias como un derecho fundamental y una herramienta clave para reconstruir sociedades en contextos de crisis.
Creo que la guerra es uno de los graves problemas de la historia que los humanos arrastran, siglo tras siglo. En Europa, sea de una manera o sea de otra, hemos estado padeciendo cientos y miles de guerras, de distinto origen, distinta finalidad, distintas tácticas y estrategias, pero, al final, con las mismas consecuencias, enormes sufrimientos y enormes injusticias.
Si bien el conflicto entre Israel y Palestina obedece a cuestiones de corte político y étnico que no podemos soslayar, en el fondo ostenta una decidida etiología mítica y religiosa. Esto es coyuntural ya que, de no tenerlo en cuenta, dificultaría comprender el alcance de los acontecimientos actuales. En otras palabras, si sostenemos la fuerte influencia bíblica y coránica podemos afirmar con cierta seguridad que no es visible una solución de fondo como muchos esperan.
La posibilidad real de que el Estado hebreo pase de una guerra externa a una interna es algo que constantemente advierte el general (r) Benny Gantz. Él es el político israelí con mayores probabilidades de convertirse en el próximo primer ministro de su país, ya que las encuestas favorecen a la oposición.
En el contexto de la actual invasión rusa de Ucrania y la guerra entre Israel y Hamás, el renombrado escritor y periodista norteamericano David Sanger corresponsal nacional del Diario The New York Times en la casa blanca y de Seguridad nacional, ha publicado un libro que brinda un profundo análisis sobre las repercusiones globales de las dos guerras y sus implicaciones para el resto del mundo y en particular para Europa y Asia.
El mismo miércoles 27 de noviembre en que comenzaba la tregua Israel-Líbano, herederos de Osama Bin-Laden atacaron Alepo, la segunda ciudad siria, para conquistarla en media semana. Una semana después tomaron Hama, la cuarta urbe del país. Su siguiente objetivo debe ser marchar al sur a Homs para luego ir a Damasco, las cuales son la tercera y la primera ciudad de dicha república, respectivamente.
Las narrativas que pretenden un orden mundial completamente asegurado, en torno a una potencia hegemónica con un poder absoluto o a un supuesto sistema multipolar, se resienten ante la mínima crisis y frente a los cambios cuantitativos basados unidimensionalmente en la economía o en lo electoral.
Partimos de la idea, junto a muchos otros, de que la UE no va bien ni en lo político ni en lo económico ni en lo social; ni siquiera en lo cultural. No digamos en lo bélico. Seguramente la Comisión Europea —especialmente la Sra. Von der Layen y el Sr. Borrell, ambos elementos incomprensiblemente pugnaces-- está encantada de su labor, lo cual es más preocupante.
Con preocupación leo en las noticias internacionales, que una nación poderosa, en respuesta al fortalecimiento de sus armas defensivas ante la invasión de su territorio, puso en acción en el aire, sus poderosas naves estrategicas mas grandes Tupolev TU-160 llamadas "Cisnes Blancos", dimensionando la gravedad del conflicto.
Septiembre es de esos meses que, pese a lo aparentemente inofensivo de su naturaleza, marcan una trascendencia clara en el año. El noveno mes cumple la función básica de devolvernos a la realidad en todos los sentidos. También en el ámbito de la política y de las relaciones internacionales.
Desde el 10 de octubre al menos un niño muere asesinado y otros 10 resultan heridos debido a la ofensiva militar que Israel desarrolla en Líbano, en combate con la milicia chií libanesa Hezbolá, reportó este jueves 31 el Fondo de las Naiones Unidas para la Infancia (Unicef).
Recuerdo allá por el año 2015 cuando Jorge Bergoglio (papa Francisco I) declaró bajo una seguidilla de atentados terroristas que “estamos ante una Tercera Guerra Mundial que se pelea por todas partes”. Aunque, según mi opinión, el papa no siempre ha acertado en sus juicios, creo que, en esa ocasión, tenía parte de razón. Desde entonces el violento panorama ha ido creciendo exponencialmente.
El 16 de octubre cayó en combate Yahya Sinwar, el hombre más buscado por Israel. Para el premier hebreo Benjamín Netanyahu esto fue un colosal éxito que debiera levantar su alicaída popularidad. Sinwar fue quien reemplazó a Ismail Haniyeh como líder del buró político del “Movimiento de Resistencia Islámico” (Hamás) seis días después de que el primero de octubre fue asesinado en Teherán.
En los últimos años, el mundo ha experimentado una serie de crisis que han generado un estado de desorden global, desde conflictos geopolíticos hasta crisis económicas y desafíos ambientales, estos problemas están interconectados y tienen consecuencias profundas para la humanidad.
La relación entre el comercio y la guerra es bien conocida. No hace falta ser experto en historia de la humanidad para saber que, quizá junto a las motivaciones religiosas, los conflictos por la distribución de la riqueza y la búsqueda de ventajas comerciales han sido las principales causas de enfrentamientos bélicos entre los grupos de población y las naciones.
Las fuerzas armadas de Rusia y Ucrania, así como las de Myanmar y Siria, han utilizado este año municiones en racimo en sus combates, a pesar de la campaña internacional para la proscripción y eliminación de estas armas, según se confirma en un informe emitido esta semana por la organización Human Rights Watch (HRW).
|