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En los últimos años, el mundo ha experimentado una serie de crisis que han generado un estado de desorden global, desde conflictos geopolíticos hasta crisis económicas y desafíos ambientales, estos problemas están interconectados y tienen consecuencias profundas para la humanidad.
Durante la desaceleración económica, las empresas suelen reducir la contratación o recortar los empleos ya existentes, todo esto afecta directamente a las familias y las comunidades, generando cada vez más preocupación por su seguridad laboral, creando mayor desempleo, lo que conlleva estrés financiero, ansiedad y muchas dificultades para cubrir las necesidades básicas de las familias.
La inflación está volviendo lentamente al objetivo de la Reserva Federal en términos interanuales. Pero si nos fijamos en la reciente desaceleración de los datos del PCE, básicamente ya estamos ahí. En los últimos tres meses, el IPC subyacente ha aumentado a un ritmo medio anualizado del 2,1%.
La población española parece ser consciente de la actual situación económica global, con todos sus retos y lo que estos implican de cara al consumo. De ahí que más de la mitad de los españoles consideren que lo más inteligente es mantener sus niveles de consumo actuales, aunque para el 38% de la población la percepción es algo más conservadora, según la reciente edición del Informe Perspectivas del Consumidor de Kantar Insights.
El mes de septiembre supone el inicio del curso universitario para cientos de miles de jóvenes en toda España. Aunque la mayoría ya tienen organizada su nueva vida, las dudas sobre qué elección tomar mantienen hasta el final de agosto la incógnita de cuál será su hogar. Las opciones son tres y las condiciones económicas son claves en la elección: colegio mayor, residencia o el alquiler de una vivienda de manera temporal.
El sector de la construcción en España no consigue mejorar el inicio de año y empeora los datos en su segundo trimestre, dejando un resultado en los primeros seis meses de 2023 de descenso del 12% tanto en obras como en presupuesto. En lo que va de ejercicio, se han realizado 4.679 actuaciones con cifras de 46.311 M€, lo que supone una caída de cerca de 4.000 obras y 6.000 M€ respecto al mismo periodo de 2022.
Hoy nuevamente se ha producido una decisión del Banco Central Europeo muy perjudicial para las familias y empresas españolas. Se trata de la subida de los tipos de interés, una cuestión sobre la que ya nos habíamos manifestado en diferentes ocasiones en contra, en tanto que las subidas desproporcionadas del IPC se ha paralizado en España y no es necesario enfriar la economía tal y como se ha venido haciendo este año por parte del Banco Central Europeo.
En economía, el peor escenario posible es siempre el de la incertidumbre, el de no tener claro el futuro del próximo Gobierno de España. Se produjo una situación parecida hace unos años con una repetición de elecciones, que conllevó una pérdida aproximada del PIB del 0,5%.
¡Que no nos confundan! Lo que nos jugamos en estas elecciones es si continúa el saqueo de bancos y monopolios o redistribuimos la riqueza. Por dos razones. La primera, porque en nuestro país es imprescindible una alternativa al principal problema que tenemos: la crisis de inflación monopolista y la subida de los intereses financieros. Y la segunda, porque tenemos la alternativa: hay que redistribuir la riqueza.
En su nuevo ensayo, el economista Juan Torres advierte que la próxima crisis económica será diferente y más difícil todavía. Un contexto geopolítico y estratégico con enormes peligros potenciales hará más complicado hacerle frente, y la acumulación de fracturas estructurales en el sistema complejo que es la economía internacional supone un riesgo sistémico que amenaza con el colapso.
Según datos de toda procedencia, más del 41% de la población reconoce abiertamente tener dificultades para pagar el recibo de la electricidad y el gas, y mantener el nivel de alimentación que tenía antes de que la inflación se disparara. Y la subida de las hipotecas ahoga ya a más del 20% de las familias hipotecadas. Al mismo tiempo, los grupos económicamente más poderosos no tienen ninguna crisis sino una inflación de beneficios.
Una inflación que no parece remitir, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre económica, entre otros factores, enfrentan a los ciudadanos a un nuevo escenario económico complicado y a un aumento del coste de vida que ya no pilla de sorpresa. Además, la cercanía de los periodos de temporada alta o peak season, como Black Friday o las Navidades, hacen que la incertidumbre socioeconómica esté más latente que nunca dentro del sector retail, frenando así el consumo.
Mucho presumir el Gobierno de crecimiento, pero estamos en el vagón de cola de la UE. No se recuperará nuestra economía hasta 2025; Bruselas y el BCE dicen que España será la última en salir de la aguda crisis debido a las políticas mediocres y procomunistas que se han aplicado; grandes empresas que habían confirmado su instalación en España, postergan la decisión y exigen garantías al Ejecutivo.
Los banqueros no sienten la inflación -el sueldo de sus cúpulas sube un 5%- y 14 integrantes del Consejo de administración de Iberdrola se reparten 89.700 euros al día como si fuera sueldo. Pero los hogares españoles son los segundos en toda Europa que más capacidad de ahorro están perdiendo: nuestros salarios crecen cuatro veces más despacio que la inflación.
Según una encuesta, 2 de cada 5 españoles temen sufrir pérdidas entre sus ahorros a causa de la crisis económica actual. Y es que según los datos publicados por la OCDE, la previsión de aumento de la inflación es del 8,1% para finales de este año, casi 5 puntos más de lo estimado y casi 5 puntos más que los datos del año anterior.
Miles de personas han tomado esta sábado la residencia del presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, en la explosión de una revolución popular que culmina meses de protestas contra las autoridades por la devastadora crisis económica que azota la nación, la más grave desde la declaración de su independencia de Reino Unido en 1948.
El 12 de junio se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, un momento para poner el foco en los niños, niñas y jóvenes trabajadores a quienes se les roba su infancia, educación y el futuro que se merecen, en un año en el que las consecuencias de la COVID-19 y la crisis económica amenazan con revertir años de progreso en la lucha contra el trabajo infantil.
Cuando las economías se hundieron a causa de la Covid-19, los líderes políticos y los economistas de los grandes organismos internacionales decían que no se sabía cuándo llegaría la recuperación pero que, una vez que comenzara, las economías registrarían una recuperación muy potente y duradera.
Sin embargo, la pandemia del COVID-19 supondrá la aparición de un nuevo virus patógeno,(el DDD) que podría acabar arrasando todo rastro de brotes verdes en la economía española al poseer un ADN dotado de la triple enzima D (Deuda Pública desorbitante, Deflación secular y Desempleo endémico) y que podría generar una década de estancamiento en la economía española, (rememorando la Década perdida de la economía japonesa).
Desde la caída del Gobierno del General Alfredo Stroessner en aquel alborotador mes de Febrero del 1989, los niveles de pobreza en la República del Paraguay han venido deteriorándose. Actualmente el Paraguay, ubicado en el corazón de Sur-América, bendecido por: un clima excepcional, fuentes de energía renovable y tierras agrícolas de alta productividad, tiene más de tres millones de habitantes sumidos en la pobreza extrema y padecen malnutrición crónica.
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