El mes de septiembre supone el inicio del curso universitario para cientos de miles de jóvenes en toda España. Aunque la mayoría ya tienen organizada su nueva vida, las dudas sobre qué elección tomar mantienen hasta el final de agosto la incógnita de cuál será su hogar. Las opciones son tres y las condiciones económicas son claves en la elección: colegio mayor, residencia o el alquiler de una vivienda de manera temporal.
Según destacan los expertos, el alquiler de vivienda sigue siendo la vía más flexible y popular para los jóvenes estudiantes. Y eso a pesar del aumento de precios que se está dando en las principales zonas del país. “El alquiler temporal te da una mayor flexibilidad a la hora de organizar tu día a día y tu futuro. Además, también tienes una libertad que a esa edad es muy requerida”, indica Alberto Añaños, CEO de la plataforma especializada en alquiler de habitaciones LIVE4LIFE.
Los datos de la compañía sitúan el precio medio de una habitación en Madrid en los 510 euros. A ello habría que incluir los gastos habituales, pero siempre dependiendo del consumo que haga cada uno de los inquilinos. En ciudades como Valencia, Sevilla o Granada se mueve en torno a los 300, con Granada como referencia en precios bajos y Valencia superando a las otras dos.
Por el contrario, vivir en una residencia universitaria en Madrid puede suponer el desembolso de más de 750 euros por una habitación compartida. A esa cifra es habitual que se le tenga que sumar la media pensión o pensión completa, que puede alargar el desembolso hasta los más de 1.100 euros. En los colegios mayores, donde solo pueden acudir alumnos de la universidad adscrita, la cifra incluso supera los 1.500 euros mensuales.
Ciudades de igual tamaño como Barcelona no reducen esos precios. En otras menos masificadas, pero de gran relevancia a nivel universitario, los precios sí que pueden ser más rentables frente al alquiler de una habitación individual, aunque sin las ventajas de intimidad y libertad que supone.
“Es una decisión muy importante, pero diferente según el tipo de universitario. En la residencia al final tienes menos independencia porque los gastos, la comida y la vida diaria están dentro de una misma burbuja. En el alquiler de vivienda eso es completamente diferente”, subraya Añaños. Según el especialista, pese a los mitos de alquilar a jóvenes, cada vez es más habitual por el buen entendimiento entre inquilinos y propietarios.
El alquiler a jóvenes universitarios supone varias cosas, destacan: reducir al máximo el riesgo de okupación, garantizar el cobro gracias al habitual respaldo paterno y saber que a final de curso el alquilado se marchará a su ciudad natal. "Además, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Vivienda, el precio se ajustará basándose en la demanda. Es posible que, si en unos meses continúa en vigor, los precios bajen por el aumento de oferta en el alquiler temporal”.
Septiembre, por lo tanto, tendrá que comenzar con cientos de miles de estudiantes iniciando una nueva vida. Según datos ministeriales, más del 30% de los matriculados cambian de provincia, lo que indica la necesidad de buscar vivienda o residencias.
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