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Conociendo a… Jesús Arenas

Entrevista al actor, monologuista y humorista albaceteño, miembro del Gacha’s Comedy, uno de los festivales de humor más importantes de Castilla-La Mancha
Alfonso Miñarro López
martes, 29 de octubre de 2024, 10:04 h (CET)

Jesús Arenas, natural de Villarrobledo (Albacete), es un auténtico todoterreno del humor y la música. Con una profunda conexión con sus raíces manchegas, Jesús hace reír a carcajadas en escenarios de todo el país, convirtiéndose en un embajador de la cultura de su tierra. A lo largo de su carrera, ha sido reconocido con varios premios como actor y monologuista, además lidera el Gacha’s Comedy, uno de los festivales de humor más importantes de Castilla-La Mancha.


Con una sólida formación en clarinete, su ingenio y talento no se detiene ahí, Jesús ha sabido fusionar sus dos grandes pasiones – el humor y la música – creando espectáculos únicos como Jazztoy aquí, sinfónico y No te montes películas, combinando la magia del cine, la música en vivo y el humor, acompañado por bandas locales, logrando una experiencia irrepetible en cada lugar donde actúa.


Jesús Arenas


Como humorista, ¿se siente identificado con los estereotipos manchegos que popularizó José Mota a través de personajes como La Blasa o el Tío de la Vara? ¿O trata de huir de esos estereotipos y crear un humor más universal que pueda conectar con un público más amplio?

En cierto modo, soy hijo del humor de Cruz y Raya. Ellos marcaron bastante mi gusto por el humor. Me acuerdo de que cuando iba a ensayar con la banda, mi madre me grababa el programa porque se emitía los viernes por la noche y no me lo quería perder. Aunque mi humor ha evolucionado y es distinto al de ellos, creo que hay un hilo conductor y, para nada rechazo esa influencia, porque siento que, de alguna forma, lo que hago está conectado con ellos porque creo que hay algo que nos une, quizás por ser de la misma tierra y compartir un sentido del humor similar.


Es cierto que, al final, el humor tiene que intentar llegar al mayor número de personas posible, pero creo que no debemos rechazar aquello que nos ha formado o posicionado y, gente como José Mota, Goyo Jiménez, o los de Muchachada Nui han abierto muchas puertas y me siento un poco apadrinado por ese tipo de humor. Al mismo tiempo, intento hacer cosas distintas, que se conecten más con la actualidad, pero sin olvidar ese legado que me ha marcado tanto.


El Club de la comedia, se convirtió en su momento en la meca del monólogo cómico, dándose a conocer numerosos humoristas. ¿Qué elementos considera esenciales para un monólogo exitoso, y en su experiencia, qué le resulta más desafiante: el proceso de escritura del guión o la interpretación en sí?

Es cierto que muchos programas de comedia han ido variando hacia el formato de llevar famosos, y en ese cambio se ha perdido un poco la esencia original. Creo que la clave del monólogo es que no es algo que cualquier actor pueda hacer de manera efectiva. No es simplemente interpretar un papel, sino que debe tener una naturalidad, una veracidad, que no puede estar impostada. Por eso hay pocos actores que realmente triunfan en el mundo del stand-up comedy, porque es un terreno distinto, mucho más cercano al público y menos dependiente de la clásica actuación.


En cuanto a si me parece más difícil, la escritura o la interpretación, creo que la escritura es lo que lleva más trabajo. Escribir un buen monólogo requiere darle muchísimas vueltas a un tema, y lo primero es encontrar algo que realmente te llame la atención a ti y que creas que va a resonar con la gente.


La escritura requiere de mucho ensayo y error, y es lo más complicado porque te enfrentas a la página en blanco y a la incertidumbre de si algo va a funcionar. Además, dar con algo realmente brillante, necesita dedicar mucho tiempo y esfuerzo, mientras que la interpretación, aunque también lleva tiempo, es un proceso más orgánico.


¿Quiénes han sido sus referentes en el mundo del espectáculo?, ¿ha tenido la oportunidad de colaborar con alguno de ellos en algún momento?

Recordar mi infancia me ha marcado mucho. Solía ver con mi madre, por ejemplo, a Lina Morgan y a Paco Martínez Soria. Fíjate que son referencias súper antiguas, pero muy relacionadas con la realidad de lo que había en casa, como cuando veía a Miguel Gila con mi abuela. Nos hemos reído mucho juntos.


Luego, las influencias que me han marcado a mí, han sido otras. La gente de nuestra tierra, como los de Muchachada Nui, Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, también me ha influido mucho.


Creo que el monologuista que más me ha marcado es Goyo Jiménez. Siempre me ha parecido brillante. Además, he tenido la posibilidad de hacer cierta amistad con él. De vez en cuando nos vemos y hablamos, y es uno de esos regalos que te da este gremio: poder juntarte con gente a la que admiras mucho.


Uno de los momentos más chulos que he vivido fue coincidir tres o cuatro veces con Enrique San Francisco, que también fue un referente para mí, y haber actuado con él en varias ocasiones es algo muy importante y emotivo en mi trayectoria, que lamentablemente no se va a repetir.


¿Dónde suele buscar la inspiración?, ¿qué mecanismos utiliza normalmente para validar nuevos gags antes de incorporarlos a sus espectáculos?

Normalmente, alguien que vive de la comedia, tiende a ver todo desde esa óptica humorística. Mi inspiración viene mucho de lo que me va ocurriendo en el día a día. Mi próximo espectáculo, por ejemplo, trata de un viaje que hice hasta Islandia, cruzando varios países en ferry y conduciendo muchas horas. Durante el viaje, me iban ocurriendo cosas, y sobre eso trabajo.


Mi humor no es tanto de desarrollar una idea abstracta, sino de partir de lo que me va pasando, y de lo que me rodea: la vecina, los amigos, situaciones cotidianas. Así voy creando pequeños bloques, sobre las que luego hablas. En cuanto a técnicas, hice un par de cursos de escritura de comedia, que me dieron herramientas que sigo utilizando.


Ahora que vivo en Madrid, tengo la suerte de poder probar mi material en Open Mics, estos micros abiertos donde puedo experimentar con lo nuevo y ver cómo funciona. Antes, cuando no tenía esa opción, iba metiendo trozos nuevos en mis espectáculos para probar si algo funcionaba o no. A veces, lo que te parece gracioso cuando lo escribes no lo es tanto al presentarlo.


Además, trato de escribir casi todos los días, ya sea guiones para vídeos o ideas para monólogos. Al final, tienes que estar siempre entrenado para encontrar ese ángulo divertido en las cosas cotidianas.


¿Cómo diría que ha evolucionado el humor en los últimos años?

Recientemente escuché a mi compañero Raúl Massana decir que el humor evoluciona a medida que lo hace la sociedad. Me hizo reflexionar sobre si es la sociedad la que cambia el humor, o si es el humor una herramienta que contribuye a la evolución social.


En cualquier caso, creo que es positivo que ciertos tipos de humor vayan depurándose. Por ejemplo, hoy en día un chiste machista, o uno que se burla de personas con discapacidades o de la comunidad LGBTQ+, ya no tiene cabida como antes. Y eso es un signo de que estamos avanzando como sociedad.


No se trata ni de condenar a quienes hacían esos chistes en su momento, ni a quienes alguna vez se rieron de ellos, porque al final, todos somos hijos de nuestra época, pero es innegable que hoy causan incomodidad y refleja que hemos dado un paso adelante, que hemos evolucionado en empatía y sensibilidad, siendo, a mi parecer, un claro indicio de progreso.


¿Cree que está todo inventado o todavía hay espacio para dar una vuelta de tuerca?

Esa es una buena pregunta, especialmente ahora con el auge de las redes sociales, donde cada día hay millones de propuestas de gente haciendo cosas diferentes.


La verdad es que no sabría qué decirte, pero creo que siempre hay un hueco. Es difícil encontrarlo, pero existe la posibilidad de hacer algo distinto y siempre hay artistas que sorprenden con algo nuevo y con propuestas frescas que nadie había pensado antes.


Además, al igual que en la moda, donde muchas cosas son cíclicas y vuelven llevarse, como por ejemplo el pantalón de campana, en la comedia y en el arte en general ocurre algo similar. Sin ir más lejos, actualmente estoy haciendo unas imitaciones que he titulado "héroes jubilados" y a muchas personas les recuerda el trabajo que hacía Joaquín Reyes con Muchachada Nui. Así que, en cierto sentido, todo se va actualizando y regresando a estar presente.


Al igual que un deportista se prepara a través de intensos entrenamientos para enfrentar la presión de una competición, ¿cómo cree que los ensayos le ayudan a manejar el miedo escénico antes de subir al escenario?, ¿Suele ser metódico con los ensayos, siguiendo un plan específico para prepararse antes de cada actuación?

Por un lado, cuando estoy preparando un espectáculo nuevo, mis ensayos son más sistemáticos. En esas ocasiones, me dedico a practicar todos los días el texto, repitiéndolo, quitando y poniendo partes hasta que tenga la soltura necesaria y me lo aprenda bien. Esa es la fase más intensa, sin embargo, en el día a día de los espectáculos, no soy tan metódico.


Desde que empecé a actuar, especialmente desde que hago espectáculos con bandas de música, he tenido que compartir el escenario con 50 o 60 personas que están en los camerinos y alrededor. Esto ha hecho que mis protocolos no sean muy exhaustivos, porque, con tantas personas en los camerinos y los cambios constantes detrás del escenario, no puedes seguir un método rígido.


En cuanto al miedo escénico, yo sigo sintiéndome nervioso antes de salir, y creo que es algo normal, aunque depende del lugar. Hay sitios donde te sientes más seguro, y otros en los que te pones más nervioso. Recientemente, estuve en un nuevo local de un club de comedia en Madrid, y al no conocer el espacio, me sentí menos ubicado y más nervioso, aunque es cierto que, con la práctica, aprendes a controlar esos nervios. La clave está en subirse al escenario muchas veces, porque no hay otra forma de adquirir confianza.


Jesús Arenas 2


A alguien como usted, que se dedica al noble oficio de hacer reír, ¿qué es lo que menos gracia le hace de la sociedad actual?

De la sociedad actual, quizás lo que menos gracia me hace es que todos nos miramos demasiado el ombligo. Parece que te puedes reír de todo, excepto de lo que te afecte a ti. Eso me parece un claro ejemplo de poca comprensión y falta de apertura de mente. No puede ser que, un chiste sobre calvos no me ofenda porque tengo pelo, pero si es sobre gordos y me sobran kilos, entonces me moleste.


Este problema no ocurre solo en el humor, sino en la sociedad en general. Nos estamos polarizando cada vez más, y parece que llegar a acuerdos se percibe como una debilidad. A mí, personalmente, me parece que uno de los grandes logros del ser humano es la capacidad de llegar a acuerdos, de saber entenderse y escuchar a los demás. Cuando aplicamos esto al humor, se ve más claro todavía: puedes reírte de todo, menos de lo que a mí me ofende, y creo que eso es un grave error.


Y fuera del escenario, ¿le resulta complicado en los tiempos que corren mantener esa guasa contagiosa que le caracteriza cuando está actuando?

La verdad es que soy bastante parecido al que sube al escenario. No hay mucha diferencia entre el Jesús que está actuando y el de la vida diaria. Sin embargo, la gente más cercana sabe que no estoy siempre de broma, que necesito mis momentos de calma y silencio. Es algo que creo que nos pasa a todos. A veces, la gente tiende a pensar que uno, como cómico, va a estar siempre haciendo chistes o con el mismo tono, pero nadie puede estar 24 horas riéndose o haciendo reír.


Soy un tío de guasa, eso está claro, y suelo tomármelo todo con humor. Pero también sé cuándo no es necesario ser el centro de atención. Me parezco mucho al que ven en el escenario, pero también existe un Jesús fuera de él que no siempre tiene la presión de ser el que hace reír.


Haciendo honor a la frase “de casta le viene al galgo” ¿hay alguien en su familia de quien crea haber heredado su carisma y sentido del humor?

Profesionalmente, nadie en mi familia se ha dedicado al humor, pero mi madre siempre ha sido bastante bromista y, de hecho, mis amigos siempre dicen que la gracia me viene de ella.


Por el lado de mi padre, mi familia también ha tenido siempre un sentido del humor muy marcado. Tengo primos que son mortales, y algunos de mis tíos siempre han sido muy de hacer bromas. En general, la parte de mi familia paterna ha sido muy dada a las risas.


Ahora que lo pienso, creo que algo que me ha influido mucho, es que en Villarrobledo hay un carnaval que es muy de parodias, de pequeños teatrillos en la calle, de chascarrillos. Desde pequeñito he vivido ese carnaval, y sin darte cuenta, eso te va calando poco a poco, va gestando algo dentro de ti.

Por supuesto, debes llevar algo de comedia dentro de ti, una manera de ver la vida desde ese punto de vista humorístico, pero no es lo mismo crecer en una familia seria que en una familia como la mía, en la que te estás partiendo de risa casi todo el tiempo. Así que sí, en mi caso, definitivamente hay algo hereditario. Creo que lo llevo en los genes.


Su paisana Rozalén, en la canción Y busqué, reflexionasobre enfrentarse a suspropios miedos, afirmando que “La que arriesga, es la que gana”, ¿en su caso personal suele asumir riesgos a menudo, o por el contrario prefiere ser más cauteloso?

Me encanta que menciones a Rozalén, un orgullo de nuestra tierra, estandarte de Albacete y de Castilla-La Mancha. La admiro muchísimo y me parece tremendo lo que hace. Me impresiona cómo se atreve a pisar charcos que muchos de nosotros no queremos pisar. Admiro mucho a Rozalén y me parece que hace un trabajo excelente.


En cuanto al tema de arriesgar, creo que siempre he sido alguien que toma riesgos. Tenía una plaza de profesor de clarinete y la dejé hace unos cuatro o cinco años, para dedicarme al 100% a la comedia. Incluso dentro de la comedia, siempre he hecho cosas arriesgadas, como montar un festival o crear espectáculos súper disruptivos que nadie más hacía, como monólogos acompañados por bandas de música.


Siento que estoy en constante construcción como artista. Cuando estás en ese proceso, estás desafiándote a ti mismo. Creo que eso es parte de ser un artista: si te metes en algo creativo, es porque te gusta cambiar y hacer cosas distintas. Así que sí, diría que soy más de arriesgar que de quedarme en un estado de calma. De hecho, el próximo espectáculo que quiero sacar es un formato nuevo que no había hecho hasta ahora, porque me gusta no estancarme.


Ahora que parece que hay cierta tendencia al ayuno intermitente en el consumo de alimentos, ¿personalmente le resultaría más difícil mantener este tipo de ayuno, o el relacionado con el uso de dispositivos electrónicos?

En mi caso, el ayuno de comida me resulta difícil. La verdad es que trabajo día a día para no ponerme como un tráiler, pero la otra forma de ayuno que comentas, me parece casi igual de necesaria: el ayuno mediático y de dispositivos. Si sigues la dinámica de estar viendo todo y estar al tanto del día a día, creo que eso te puede hacer mucho daño, especialmente con el tema de las noticias.


Es algo que hace tiempo decidí evitar. Por ejemplo, cuando estoy en Madrid no veo noticias; directamente no tengo televisión. Lo que consumo es lo que yo quiero ver en mi ordenador. En cuanto a los dispositivos, creo que todos, en mayor o menor medida estamos enganchados. Es un problema que tiene nuestra sociedad, porque no puedes ver una película sin sacar el móvil, ni leer un libro durante una hora sin que te pique la curiosidad de saber si tienes algún mensaje de WhatsApp pendiente.


Estoy intentando trabajarlo; por eso, me pongo controles de horario en el móvil. Sin embargo, eso no quiere decir que tenga el asunto controlado. Al menos soy consciente de que hay un problema, y es algo que hay que combatir, porque si no, terminas viviendo dentro de una pantalla.


Tras once ediciones organizando la Gala Solidaria “Ayudando con la Risa”, convertida en todo un clásico dentro de la programación cultural de Villarrobledo, ¿en qué consiste la gala y qué le sigue motivando personalmente a seguir haciéndolo año tras año?

Me sigue motivando mucho porque es un día muy especial: Se celebra el 3 de enero, el día que falleció mi padre. Es como un homenaje a él. Desde el principio quise cambiar el aire de ese día, que siempre fue muy gris, porque mi familia estaba bastante fastidiada, y me pareció una buena forma de darle un nuevo significado.


Además, lo hago apoyando a las asociaciones de Villarrobledo. Cada año cambiamos de asociación, y la verdad es que eso ayuda mucho, tanto a ellos como a mí personalmente. De hecho, te aseguro que soy el que más ha ganado con esta gala, porque he llegado a conocer la realidad de mucha gente que lo está pasando realmente mal.


Conocer de cerca la realidad de estas asociaciones, reunirme con los padres o las familias, y escuchar sus historias, es lo que me recarga las pilas cada año y le da sentido al esfuerzo que hacemos todo el equipo para recaudar dinero y dar visibilidad a ciertas enfermedades o realidades que, de otro modo, pasarían desapercibidas.


La gala se llena cada año y se ha convertido casi en una tradición navideña en Villarrobledo. Es muy bonito que, además, sea por una causa benéfica, y principalmente consiste en "engañar" a amigos míos, artistas, para que vengan gratis a participar. Mezclamos comedia con magia, baile y música, y hacemos un evento de un par de horas. También organizamos sorteos con productos donados por la gente, lo que la hace multidisciplinar.


Empezamos siendo un grupo de amigos, pero ahora somos un equipo de al menos diez personas. Cada uno se encarga de algo: decorados, recogida de premios, parte técnica, luces... Entre todos montamos un espectáculo muy profesional, con decorados nuevos cada año y cuidando todos los detalles. Otro aspecto destacable de la gala es que nadie cobra y todos ponemos nuestro granito de arena de forma desinteresada.


Participa en un show titulado “Cuatro motes manchegos” junto a otros tres cómicos. Puesto que, en localidades como la suya, suele ser más fácil identificar a alguien por su mote familiar que por su propio nombre, si tuviésemos que localizarlo en su pueblo, ¿cuál es su mote y de dónde viene?

Tienes que preguntar por Jesús "el Bu". En mi familia siempre nos han llamado "Bu". Mi padre era Miguel "el Bu", mi tío, Ángel "el Bu", y mis tías son Clara "la Busa" y Sole "la Busa". Aunque la verdad es que nunca me he puesto a investigar de dónde viene exactamente el mote, creo que está relacionado con asustar a los niños o algo por el estilo.


Recientemente han sacado un libro en Villarrobledo sobre los motes, y no descarto leerlo para averiguar más sobre el origen de "Bu". Me parece interesante, porque en los pueblos, como tú dices, muchas veces te conocen más por el mote que por tu propio nombre.


Jesús Arenas 1


¿Recuerda cuando ...


... la icónica actriz Concha Velasco, anunció en casa aquello de “quiero ser artista”, ¿intentaron quitarle esa idea de la cabeza o lo apoyaron desde el principio?

Algo se veía venir. Llevo relacionado con el arte y los escenarios desde los 9 años, cuando empecé a tocar el clarinete y siempre he estado metido en grupos de teatro, pero es verdad que, cuando anuncié que dejaba de ser profesor para intentar vivir 100% de la actuación, la cosa se puso tensa.


Los padres, - en este caso mi madre -, siempre quieren el camino recto, huyendo de la incertidumbre que conlleva mi trabajo: que un mes tienes cuatro actuaciones, el siguiente a lo mejor ninguna, y al próximo tal vez doce. Esa inestabilidad nunca les gusta a los padres, y fue como: "¿Qué haces, hijo mío? ¿Estás loco?". Pero también es verdad que, desde el principio, he tratado de ser serio, de no andar dando bandazos, porque creo que eso es lo que más les preocupa, cuando te ven sin rumbo.

Cuando uno toma decisiones así, se remueven los cimientos. En casa siempre hay esa preocupación. Ellos te quieren bien, y muchas veces la forma de protegerte es ir a lo seguro, aunque no sea lo que tú buscas, como en mi caso, que quería hacer otras cosas y explorar otros caminos.


... fue la primera vez que realizó una función?, ¿Cómo se sintió antes de subir al escenario?

Recuerdo las dos primeras veces que actué. La primera, que casi ni contabilizo, fue en Socuéllamos, un pueblo cercano al mío. Actué para una peña de la feria y me pagaron con un bocadillo de chorizo. ¡Esa fue mi recompensa! ¿Qué te parece? Fue la primera vez que yo mismo escribía un monólogo.


La segunda vez, -que es donde yo empiezo a contabilizar de verdad-, ya hubo cartel anunciando la actuación, y se cobraba entrada, fue en Quintanar de la Orden, en la escuela de música donde trabajaba como profesor. Como siempre estaba de guasa, me animaron a hacer algo durante la semana cultural. Así que hice una actuación titulada Jazztoy aquí, que mezclaba música y monólogos, y la verdad es que salió bien. Y creo que eso es lo peor que te puede pasar: que te salga bien a la primera, porque ya te animas a seguir. ¡Y mira, ya llevo 12 años en esto!


... tuvo algún momento de “¡Tierra, trágame!” sobre un escenario y cómo gestionó ese momento?

Sí, recuerdo un par de momentos bastante drásticos en los que pensé: "Esto no es para mí". Creo que la diferencia entre dedicarte a esto o no está precisamente en esos momentos, en los que decides si tirar para adelante cuando las cosas van muy mal. Por ejemplo, una actuación en Alcañiz, en un bar. Estuve una hora y ni una sola risa, ni siquiera me prestaban atención. Fue uno de esos momentos radicales en los que piensas: "No sé si debería seguir en esto".


Otra situación similar me ocurrió en Nerpio. Me programaron en un sitio que no tenía sentido: una discoteca, en un puente festivo, cuando la gente venía de fuera y lo único que quería era hablar y saludarse, no escuchar a un tipo hablando al micrófono. Eso fue un desastre total.


De vez en cuando este oficio te pone en tu sitio. Hace muy poco me pasó otro "tierra, trágame" en una terraza de Madrid, en un evento privado. La gente ni siquiera se giró para verme. Estuve 45 minutos hablando para nada, intentando captar su atención, pero fue imposible.


Muchas veces, desde fuera parece que todo es éxito, que siempre llenas teatros, pero para nada es así. Esto es una lucha constante. A veces parece que el universo te está diciendo: "Te estás relajando demasiado".


Ahora lo digiero mejor. Ya no dudo tanto de mí como al principio. Me acuerdo de estar actuando en Alcañiz y, durante toda la actuación, pensar: "No valgo para esto. ¿Qué hago aquí, a cinco o seis horas de mi casa? Esto no es para mí".


... recibió su primer gran aplauso al final de una actuación? ¿Cómo se sintió en ese momento?

Uno de los momentos más especiales para mí son las actuaciones en casa, en Villarrobledo o en Albacete, -que también lo considero mi hogar-. Y uno de los días más especiales fue la primera vez que actué con Enrique San Francisco. Fue en el Gran Teatro de Villarrobledo, él tenía su espectáculo y yo iba como invitado. Estaba súper nervioso, porque iba a actuar con una leyenda del humor, y la gente me recibió con muchísimo cariño. Fue increíble y recibí una ovación tremenda. Esa ovación en un teatro lleno, en mi pueblo, es un recuerdo que tengo muy marcado.


Otro momento muy especial fue la primera vez que actué en el Teatro Circo de Albacete, con Los Montes Manchegos. Conseguimos llenarlo de gente joven y la verdad es que no éramos muy conocidos. Los aplausos fueron tremendos.


Hay otro día que recuerdo con mucho cariño. Fue en Irún, que es lo más lejos de mi casa que he actuado dentro de España. También fue un día espectacular, con ovación y la gente de pie. Lo recuerdo con mucho cariño porque fue uno de esos días en los que dices: "Hoy lo he cuadrado".


Jesús Arenas 3


... conoció a algún artista que siempre admiró? ¿Cómo fue ese encuentro y qué le sorprendió de esa persona?

Te puedo contar cómo conocí un poco más a Goyo Jiménez. Fuimos juntos en el coche, y si ya lo admiraba sobre el escenario, imagínate cuando lo tienes al lado, hablando contigo, comentando cosas... Fue espectacular.


También, cuando conocí a Santi Rodríguez, -el frutero de Siete Vidas- que ahora es uno de mis mejores amigos. Santi es una de las mejores personas que conozco, y me sigue cuidando como si fuera un padre. Cuando lo conocí era la primera vez que estaba cerca de un famoso. Recuerdo que me trató con una ternura increíble, me atendió y habló conmigo, alejándose de los demás famosos para venir a conversar con un chaval nervioso que acababa de empezar.


Desde entonces, Santi es el famoso con el que más relación tengo. Me ha dado muchísimos consejos que he ido aplicando a lo largo de mi vida. Lo que más me sorprendió fue cómo me trató, porque uno imagina que alguien así va a ser más distante, pero resulta que es más cercano que tu vecino del cuarto.


... degustó unas típicas gachas manchegas con su tocino correspondiente?

¡Esa es la mejor pregunta, la has clavado! La verdad es que siempre lo recuerdo. Llevo un tiempo sin comer gachas, ¿sabes? Pero ya está empezando la temporada buena, que es el invierno, así que pronto le tocará a mi madre hacerlas, con tocino y todo. Siempre las recuerdo con cariño. Yo creo que son de mis comidas preferidas, y las tengo muy presentes; creo que sueño con ellas todos los días.

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