A menos de tres semanas de que lleguen las fechas navideñas, los hogares se preparan para poner a punto sus menús, sacar sus piezas más especiales y recibir a sus seres queridos. Que la celebración sea todo un éxito depende, en gran medida, de cómo haya dispuesto el anfitrión el desarrollo del día y de qué indicaciones ha podido dar a sus invitados. Para conocer los detalles y consejos que se deben tener en cuenta al organizar este tipo de celebraciones y al decorarlas, charlamos con la organizadora de eventos Mila Vara, de Mila’s Weddings, con experta en bordados María Galán, de Lahuar y con la diseñadora de vestidos de fiesta Valérie Moreau.
“La Navidad es una temporada de encuentro y de alegría, pero también puede convertirse en un escenario incómodo porque haya reuniones familiares con cierta tensión. Es importante tener presente a quién invitamos y a qué lo invitamos para hacer la vida lo más cómoda posible a esas personas que asistan. Ese es el buen anfitrión”, introduce Mila Vara, de Mila’s Weddings. “Ante este tipo de situaciones, lo importante es citar a los convidados con tiempo y recurrir a los marcasitios para que dos personas que no se llevan especialmente bien no estén sentadas juntas”.
Además de ello, “estas fechas son para lucirse, tanto en el menú como en la decoración, de la mesa a los rincones más especiales de casa”, señala Mila’s Weddings. “Esto implica que en lo que se refiere al menú cuidemos esos platos estrella, sean salados o dulces (e incluyamos alguno que puedan comer todos, sobre todo si hay intolerantes o alérgicos) y también que repartamos tareas, es decir, si alguno de los invitados tiene una especialidad culinaria, es el día de ofrecerla”. A todo ello se suma que “el perfecto anfitrión será ante todo cordial, previsor y atento con los asistentes. Y es conveniente que en lo que respecta al montaje de la mesa se vuelque en poner sus mejores galas: cubertería, cristalería, centros florales, los candelabros o velas que son tendencia, una vajilla especial y, sin duda, esos manteles que han pasado de generación en generación, son bonitos y están repletos de historia”.
La organizadora de eventos reconoce no ser partidaria de los plásticos de un solo uso sobre la mesa, tampoco de las bandejas o los manteles de papel. No aconseja aquellos realizados a partir de tejidos sintéticos, brillantes y de apariencia muy artificial: “creo que no se perciben igual que un mantel familiar, que puede decorarse con flores de invierno, lazos, piezas vintage e incluso frutas y verduras sobre la mesa, como también hemos visto en las bodas de este año”.
Con la idea de reutilizar lo antiguo coincide María Galán, experta en bordados históricos y diseño a medida desde su firma Lahuar. “A la hora de poner la mesa o decorar en época navideña, no hay que olvidarse del legado familiar, de esos recuerdos con historia que se conservan en forma de mantelería, cubertería y detalles decorativos. Conviene rescatarlos del cajón o la vitrina y darles uso. También existe la opción de crear todo un nuevo ajuar, gracias al trabajo de una bordadora que pueda dar forma a un bordado en un nuevo mantel o en servilletas, como es tendencia”.
Por su parte, la diseñadora belga afincada en España Valérie Moreau recomienda tener presente la etiqueta y el protocolo en estas fiestas. “En lo que respecta a la etiqueta, los más puristas aconsejarán traje de chaqueta a los hombres y vestido largo o de cóctel a las mujeres. También está admitido el dos piezas para ellas, aunque se impone en los últimos años un carácter más festivo gracias a las lentejuelas, los brillos o el habitual rojo navideño. Si hubiera alguna norma en lo que respecta a la vestimenta, el perfecto anfitrión tendrá que comunicarlo a los invitados”.
Además, la diseñadora apunta que se deben tener en cuenta otros detalles que sumarán puntos a la velada. “Escoger decoraciones que no obstruyan la vista entre los invitados. Apostar por conversaciones y dinámicas distendidas, que fomenten la sonrisa entre convidados. Si es posible, mejor recordar a los invitados comportarse respetuosamente, evitando temas polémicos, como la política y la religión. Y, cuando todo haya pasado, como anfitrión, agradece la asistencia con un mensaje personalizado a cada uno de los que acudieron. ¡Es un detalle diferencial!”.
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