Una de las ultimas malevolentes ideas de este ávido de recaudación, que en noramala nos gobierna, es poner un impuesto a las familias que además de pagar en nómina la Seguridad Social, tienen una póliza privada de seguro de salud.
A finalizar el año 2023, aproximadamente, había un 12,4 % de hispanos con una póliza de estas, o lo que es lo mismo, un 25,8% de la población española, es decir, más de una cuarta parte de españoles. Datos facilitados por la Memoria Social del Seguro. El gasto sanitario privado supone un 30% del total de este. Cabe que nos preguntemos el porqué de ese número tan elevado, siendo así que la Seguridad Social en España es uno de sus mayores y mejores tesoros. La razón de ello esla rapidez, trato preferencial, y comodidad en comparación con el sistema público. Quizá la más importante de todas sea la rapidez, pues según las listas y la especialidad médica, puede haber una demora de un año o más en una cita pata determinada especialidad. Se han dado casos en los que el paciente ha fallecido antes de la fecha de la cita fijada para la consulta.
No se queda atrás el cuidado y atención que se recibe en consultas privadas en las que no existe la masificación e incomodidades de la pública.
Nos consta por experiencia que muchos, por no decir todos, de los médicos que trabajan en la Seguridad Social, tienen consulta privada, en la mayoría de los casos, atendiendo a los que tienen una póliza particular.
Entonces, si el mismo médico que puede ver al paciente en la Sanidad pública lo puede atender en su consulta privada, deducimos que no es porque en aquella no diagnostique bien el padecimiento que sufre el enfermo, y en esta privada sí.
No nos cabe en la cabeza esa dicotomía, pues su conciencia, su celo y profesionalidad, a lo que se añade del Juramento de Hipócrates, siendo una persona diga, y estimamos que todos los médicos lo son, no dará un diagnóstico distinto, según el lugar en el que atiendan al paciente.
Es más, existe como un asentimiento tácito de que, en casos de mayor importancia, como la Seguridad Social no hay otra para solventar una situación de gran gravedad. La razón es bien sencilla, esta tiene mayores y mejores recursos para adquirir los últimos adelantos de utillaje y aparataje habidos en el mercado de la salud, mientras la privada no dispone de ellos.
Además todas las aseguradoras que ofrecen servicios sanitarios son empresas y la finalidad de estas, es obtener mientras más beneficios mejor para poder pagar a sus accionista buenos dividendos.
La Seguridad Social es un servicio público del Estado que se costea con nuestros impuestos, por ello hay que corregir a quienes consideran que es gratuita, pues, si no fuese por nuestras cotizaciones, no existiría.
Ciertamente sí lo es para los extranjeros, que son atendidos por ella, sin haber cotizado en su vida, por lo que produce un agravio comparativo con los que si lo han hecho, y un posible detrimento y daño al que ha cotizado, pues se puede dar el caso de que el no cotizante ocupe un plaza que corresponda al que si lo ha hecho y, por eso, este no pueda disponer de ella y quede desatendido.
Tenemos aquí, que quien tiene una póliza privada, paga dos veces para poder recibir cuidados por su salud y puede ver preterido su caso en beneficio de un no cotizante. Además, el español que va a la medicina privada, cuando hace uso de esta, contribuye a descargar de trabajo al médico de la Seguridad Social que le corresponda. No pido que se le premie por ello, pero, por lo menos, que se le reconozca y no sea relegado.
Bien, ya tenemos que el referido paga dos veces por cuidar de su salud, con lo que si el Gobierno social-comunista lo exprime con otro impuesto, ya serán tres: el que hace a la Seguridad Social, el de su póliza y el nuevo impuesto. ¿Qué podrá suceder si este nuevo se implanta? Varios perjuicios:
-Primero, el ciudadano se dará de baja de su póliza privada, recargando la Seguridad Social
- Habrá pérdidas de puestos de trabajo en las mutuas que necesitarán menos trabajadores. Según el último informe de la Fundación IDIS son 300.224 los que prestan sus servicios en esta actividad, que redundará en el aumento del número de parados
- Quedarían sin servicio y se inutilizaría el 57% de los hospitales privados con el grave perjuicio que se causará a la Sanidad social que si ya está saturada más aún lo estaría si estos hospitales privados se inutilizan. Hoy la Seguridad Social tiene que valerse de muchos de estos por falta de plazas en los públicos
- Ítem más si ello ocurriese, al aumentarse la Sanidad pública con el contingente de los que asisten a la privada, ya hemos dicho que son el 25% de la población, como es lógico ocasionaría una mayor masificación y desatención a los parientes, pues los médicos se verían desbordados en perjuicio de la salud de los pacientes ya que dispondría de menos tiempo para atenderlos.
¿Qué persigue con esta mala idea que ronda por la cabeza de nuestros gobernantes? ¿perjudicar a los ciudadanos? ¿grabarlos con un impuesto más como han hecho con los bancos y las eléctricas que, al final, lo costearemos los sufridos ciudadanos, pues la sobrecarga a los referidos caerá sobre nuestras espaldas? ¿Qué persigue, castigar a los ricos?
Quien tiene una póliza privada no es rico. Es simplemente quien se priva de otras necesidades en beneficio de su salud. Que pregunte a sus conmilitones cuántos de ellos tienen póliza privada de estas.
Los socialistas tienen un mal precedente con lo de acabar con los ricos. Cuentan que, en cierta ocasión, Largo Caballero se desplazó a Suecia y, en la visita al primer ministro le dijo: Pronto acabaremos con los ricos en España.
El sueco le contestó: Nosotros hemos acabado con los pobres.
Esta debería de ser la finalidad de los socialista, no acabar con la pobreza suya propia por la rampante corrupción de los que nos gobiernan a pesar de las muchas causas que tienen abiertas en los tribunales, y sí con la de sus conciudadanos. Todos las conocemos pues diariamente son noticias de portada en todos los medios de comunicación.
La sed insaciable de impuestos de este nunca satisfecho Pedro Sánchez originará el empacho y hartura de los españoles, a los que nos da motivo para que pensemos que lo que pretende es arruinarnos.
Bien, que continúe por ese camino, ya recibirá la respuesta en las urnas.
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