Saludos cordiales mis muy queridos lectores. En primer lugar, quiero desearos unas muy felices fiestas acompañados de vuestros seres queridos y mis mejores deseos para el año que se avecina. Hoy, les comparto una charla que tuve con la maravillosa artista Concha Eguidazu Jordano en la presentación de su primera obra en solitario “Renacer” en el espacio UCOCultura de la ciudad de Córdoba, España.
Os aseguro que os va a encantar. Concha tiene una sensibilidad que la hace única y especial, espero que disfruten de esta entrevista tanto como yo lo hice al realizarla.
¡Mis abrazos poéticos y besos de chocolate! M. Piña Concha Eguidazu Jordano, enhorabuena, ¿cómo estás?
Concha Eguidazu: Muy bien, muy contenta. Hoy es un día muy especial para mí. Estoy de enhorabuena porque han venido muchas personas queridas a la inauguración de mi exposición "Renacer", un trabajo de muchos años que estoy presentando en un entorno tan bonito como este.
M. Piña Esta exposición es quizás la más personal que has realizado. Háblanos de "Renacer", ¿qué significa para ti?
Concha Eguidazu: Para mí, "renacer" es volver. En muchas culturas se habla de las almas que renacen, pero también es aplicable al día a día: es una forma de empezar de nuevo todos los días.
M. Piña Me ha fascinado la exposición. Además, la acogida ha sido fantástica. Estás en un espacio maravilloso, UCOCultura, acompañada por el vicerrector de Estudiantes y Cultura, Israel Muñoz Gallarte, y Fernando Lara. ¿Cómo ha sido este día para ti?
Concha Eguidazu: Muy emocionante. Me he sentido muy arropada, con familiares, amigos, gente joven e incluso niños. Es precioso ver cómo el arte conecta a tantas personas.
M. Piña Tu obra tiene una fuerte carga espiritual. ¿Por qué crees que es así?
Concha Eguidazu: Porque el arte me sirve para conocerme más a mí misma y, a la vez, reconocer que somos parte de un todo. Es una herramienta para descubrir nuestra luz y también nuestras sombras, abrazarlas y aceptarlas. El arte es terapéutico; ayuda a sanar, superar y renacer.
M. Piña Además de artista, eres arquitecta. ¿Cómo combinas ambas profesiones?
Concha Eguidazu: No es fácil. La arquitectura es muy demandante, pero en los últimos años he decidido dedicarle más tiempo al arte. He cambiado mi manera de trabajar como arquitecta para que mi profesión sea el mecenas de mi pasión. Es un desafío, pero mi espíritu de lucha me impulsa. “El arte es terapéutico; ayuda a sanar, superar y renacer”
M. Piña Me ha llamado mucho la atención tu escultura sobre la justicia, que no está representada de manera tradicional. ¿Puedes explicarla?
Concha Eguidazu: Claro. No me identifico con la representación clásica de la justicia, que veo altanera y vengativa. He querido mostrar una justicia más humana y equilibrada. Por ejemplo, la balanza se representa con las manos en punta y los ojos están cerrados, no vendados. Es una invitación a reflexionar sobre la justicia interna que todos llevamos dentro.
M. Piña En tus obras también hay piezas como "El inmigrante", "Esperanza" y "Salto cuántico". ¿Qué mensaje quieres transmitir?
Concha Eguidazu: Que todos podemos vernos reflejados en mis obras. "Salto cuántico" es muy importante para mí porque habla de trascender nuestras limitaciones y alcanzar un nuevo nivel de conciencia.
M. Piña Concha, muchas gracias por compartir tu arte y tu visión conmigo y mis lectores. Enhorabuena por "Renacer".
Concha Eguidazu: Gracias a ti, María y a todos los que hacen posible que el arte llegue a más corazones.
Sobre Concha Eguidazu Jordano
Nacida en Córdoba en 1971 y de orígenes Bilbaínos, Concha Eguidazu Jordano es, como ella se define, un alma libre que, en su viaje, atendiendo a la razón, elige ser arquitecta; titulada en la universidad de Sevilla en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, viene ejerciendo como arquitecta en Córdoba donde está Colegiada desde el año 2000.
Años más tarde quiso volver al corazón, recordando su pasión desde niña por el arte, formándose en procesos y técnicas referentes a la escultura, en la Escuela de Artes y Diseño de Mateo Inurria de Córdoba, titulada en 2019.
Desde entonces conjuga su profesión como arquitecta con su pasión por el arte. Ambas le permiten completar su propósito en esta vida, por un lado, el ser útil a los demás con el trabajo y por otro sembrar, con las obras que van saliendo de sus manos, semillas que aporten luz y esperanza a la humanidad.
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