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Los Evangelios de Oxirrinco

Contienen enseñanzas y dichos atribuidos a Jesús, muchos de los cuales tienen paralelismos con los de Mateo, Marcos y Lucas
María del Carmen Calderón Berrocal
viernes, 7 de marzo de 2025, 08:37 h (CET)

Los Evangelios de Oxirrinco son fragmentos de evangelios apócrifos hallados en la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco a finales del siglo XIX y principios del XX. Se encontraron entre los numerosos papiros descubiertos en esa zona, que incluyen textos cristianos, literarios y administrativos.


Pero… qué son los Evangelios Apócrifos


Los evangelios apócrifos. Estos son textos sobre la vida y enseñanzas de Jesús que no fueron incluidos en el Nuevo Testamento canónico por la Iglesia. Pueden dividirse en varias categorías:


- Los Evangelios de la infancia. Son el Evangelio de Santiago (Protoevangelio de Santiago) que relata el nacimiento de María y la infancia de Jesús; y el Evangelio de la Infancia de Tomás, que se centra en los milagros de Jesús cuando era niño. También están los Evangelios gnósticos (influenciados por el gnosticismo) y entre ellos el Evangelio de Tomás, que es una colección de dichos de Jesús, sin narrativa, con un enfoque en el autoconocimiento. El Evangelio de Felipe, que contiene enseñanzas esotéricas sobre la naturaleza de Cristo y los sacramentos. El Evangelio de María Magdalena, que presenta a María Magdalena como una discípula con enseñanzas secretas de Jesús. El Evangelio de Judas, que muestra a Judas como alguien que cumple un papel necesario en la historia de Jesús.


- En segundo lugar, están los Evangelios de la Pasión y Resurrección, que son el Evangelio de Pedro, que narra la crucifixión y resurrección con detalles no incluidos en los evangelios canónicos. El Evangelio de Nicodemo (Actas de Pilato), que describe el juicio de Jesús y su descenso a los infiernos.


- En tercer lugar, están los Evangelios judío-cristianos, que son el Evangelio de los Hebreos, mencionado por los padres de la Iglesia y que fue utilizado por cristianos judeocristianos. El Evangelio de los Nazarenos, similar a Mateo, pero con añadidos; y el Evangelio de los Ebionitas, una versión modificada del Evangelio de Mateo.


Los evangelios apócrifos muestran la diversidad de creencias en los primeros siglos del cristianismo. Fueron rechazados por la Iglesia oficial en los concilios donde se estableció el canon bíblico y, algunos de estos textos, fueron ocultados y descubiertos siglos después, como en Nag Hammadi (1945).


Al margen del canon bíblico


El canon bíblico es la lista oficial de libros que forman la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Estos libros fueron reconocidos por la Iglesia como inspirados por Dios y son la base de la fe cristiana.


El proceso de formación del canon bíblico ocurrió a lo largo de varios siglos. Se seleccionaron los libros basándose en la autoridad apostólica, en el caso del Nuevo Testamento; en el uso generalizado en las comunidades cristianas; en la coherencia doctrinal con la fe cristiana; y en la inspiración divina según la Iglesia.


El Canon del Antiguo Testamento se basó en los libros sagrados del pueblo judío. La versión griega del Antiguo Testamento, llamada Septuaginta, incluía algunos libros que más tarde fueron rechazados por los judíos pero aceptados por los cristianos. Existen diferencias entre Biblias. La Biblia Católica incluye los deuterocanónicos (Tobías, Judit, Macabeos, Sabiduría, etc.), en cambio la Biblia Protestante los excluye, basándose en la versión hebrea de los judíos.


El Canon del Nuevo Testamento se formó entre los siglos I y IV d.C. Los primeros cristianos usaban varios escritos, pero la Iglesia estableció el canon definitivo con 27 libros aceptados, incluyendo los 4 Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas, Juan), los Hechos de los Apóstoles, las Cartas de Pablo y otros apóstoles y el Apocalipsis de Juan.


Ayudaron a definir el canon bíblico algunos concilios importantes como el Concilio de Hipona (393 d.C.), el Concilio de Cartago (397 d.C.), confirmado por el Concilio de Trento (1546 d.C.), en respuesta a la Reforma Protestante.


Algunos libros fueron excluidos, como los llamados Evangelios Apócrifos y otros Escritos por varias razones, entre las que estarían el no tener origen apostólico, contradecir la doctrina cristiana oficial, haber sido escritos en fechas más tardías (siglos II-IV) o presentar influencias de movimientos como el gnosticismo, quedando como libros apócrifos la colección de dichos de Jesús que constituyen el Evangelio de Tomás; o el Evangelio de Judas, donde Judas es visto como héroe. Por sus enseñanzas esotéricas se rechazó el Evangelio de María Magdalena y, por contener detalles no canónicos sobre la Pasión de Jesús, se rechazó el Evangelio de Pedro.


Todos estos textos citados fueron marginados por la Iglesia y algunos fueron destruidos, aunque siglos después fueron redescubiertos en hallazgos como los manuscritos de Nag Hammadi (1945) y los que protagonizan este artículo.


Las diferencias entre el Canon Católico, Protestante y Ortodoxo son que el canon católico en el Antiguo Testamento posee 46 libros (incluye deuterocanónicos) y en el Nuevo Testamento 27 libros, conteniendo en total 73 libros; el canon protestante tiene en el Antiguo Testamento 39 libros (excluye deuterocanónicos), en el Nuevo Testamento tiene 27 libros, sumando un total del 66 libros y el canon ortodoxo tiene en el Antiguo Testamento 49 libros (añade 3 Esdras y otros), en el Nuevo Testamento tiene 27 libros, sumando en total unos 76 libros.


El canon bíblico se formó a lo largo de los siglos y fue definido por la Iglesia. Los evangelios apócrifos y otros escritos fueron rechazados porque no cumplían con los criterios de autenticidad exigidos en el momento.


Descubrimiento, ubicación de los Evangelios de Oxirrinco y Principales Fragmentos


Los papiros fueron desenterrados por los arqueólogos Bernard Grenfell y Arthur Hunt entre 1896 y 1907 en Oxirrinco (actual El-Bahnasa, Egipto). Estos documentos están escritos en griego koiné y datan entre los siglos II y IV d.C.


Se han identificado varios fragmentos de textos evangelísticos que no forman parte del Nuevo Testamento canónico. Algunos de los más relevantes incluyen:


P. Oxy. 1 (posible fragmento de un evangelio apócrifo). Fragmento de un evangelio apócrifo descubierto en Oxirrinco, Egipto, por Bernard Grenfell y Arthur Hunt en 1897. Este papiro es uno de los primeros hallazgos de la famosa colección de papiros de Oxirrinco y está escrito en griego koiné, datando aproximadamente del siglo III d.C. El fragmento contiene dichos atribuidos a Jesús, algunos similares a los de los evangelios canónicos, pero con variaciones significativas. No se ha podido identificar con exactitud su origen, pero se cree que pertenece a un evangelio apócrifo independiente o relacionado con el Evangelio de Tomás. En el texto se narran enseñanzas morales y parábolas de Jesús dirigidas a sus discípulos, resaltando la importancia de la verdad y la fe. Algunas partes del fragmento están incompletas debido a los daños en el papiro. Contiene frases que reflejan sabiduría y autoridad, algunas con paralelismos en los evangelios canónicos, aunque expresadas de manera distinta. Por ejemplo:


"No murmuren el uno contra el otro y no actúen con malicia; porque todo será revelado y nada quedará oculto".


Este mensaje es similar a pasajes del Evangelio de Lucas y Mateo sobre la revelación de los secretos ocultos, pero con un estilo que sugiere una tradición independiente.


Guarda relación con otros Evangelios Apócrifos. Muchos investigadores creen que P. Oxy. 1 podría ser parte del Evangelio de Tomás o un evangelio perdido similar. Sin embargo, las diferencias en la redacción sugieren que podría tratarse de un texto independiente que compartió fuentes con otros evangelios apócrifos. Algunos consideran que este fragmento pertenece a la tradición de los logia (dichos de Jesús), al igual que el Evangelio de Tomás y que proviene de una comunidad cristiana primitiva diferente a la que compiló los evangelios canónicos. La importancia de su descubrimiento estriba en que el P. Oxy. 1 es un testimonio valioso sobre la variedad de las tradiciones cristianas en los primeros siglos y cómo circulaban diferentes relatos sobre Jesús. Su hallazgo ayudó a confirmar que existían evangelios alternativos fuera del canon, algunos con enseñanzas distintas a las de la Iglesia oficial.


Este papiro, junto con otros de Oxirrinco, muestra que en los primeros siglos del cristianismo había una gran diversidad de textos y doctrinas, algunas de las cuales fueron descartadas con el tiempo.


P. Oxy. 654 (relacionado con el Evangelio de Tomás). Es un fragmento de evangelio apócrifo descubierto en Oxirrinco, Egipto, también por Bernard Grenfell y Arthur Hunt en 1904. Está escrito en griego koiné y data aproximadamente de los siglos II-III d.C. Después de su descubrimiento, los estudiosos notaron que el texto contenía dichos atribuidos a Jesús (logia) que no aparecen en los evangelios canónicos. Más tarde, cuando se halló la versión completa del Evangelio de Tomás en copto en Nag Hammadi (1945), se confirmó que P. Oxy. 654 es un fragmento griego de este evangelio apócrifo. Este fragmento, junto con P. Oxy. 1 y P. Oxy. 655, representan algunas de las versiones más antiguas conocidas del Evangelio de Tomás.


Contiene varios logia (dichos de Jesús), aunque algunos están incompletos debido a los daños en el papiro. Entre ellos, se han identificado:


Dicho 36:

"No os preocupéis desde la mañana hasta la tarde y desde la tarde hasta la mañana acerca de lo que os pondréis." (Similar a Mateo 6:25-34, sobre la confianza en la providencia de Dios).


Dicho 37:

"Cuando quitéis vuestra ropa sin avergonzaros y piséis vuestra ropa como los niños pequeños, entonces veréis al Hijo del Viviente y no temeréis." (Interpretado como una metáfora de abandonar las ataduras terrenales para alcanzar la iluminación espiritual.)


Estos pasajes muestran una perspectiva gnóstica de la enseñanza de Jesús, enfatizando el desapego del mundo material para alcanzar el conocimiento divino.


Es uno de los textos cristianos más antiguos y es una evidencia temprana del Evangelio de Tomás, que algunos estudiosos creen que tiene raíces en tradiciones orales paralelas a las de los evangelios canónicos.


Las diferencias con los evangelios del Nuevo Testamento estriban en que enfatiza la sabiduría y el autoconocimiento como claves para la salvación, en lugar de la fe en la muerte y resurrección de Jesús.


La conexión con el gnosticismo viene determinada porque su contenido sugiere una visión más mística y filosófica de la figura de Jesús, lo que lo hace importante para entender las distintas corrientes cristianas de los primeros siglos.


Es un fragmento fundamental para el estudio de los evangelios apócrifos y la diversidad del cristianismo primitivo. Su relación con el Evangelio de Tomás refuerza la idea de que hubo múltiples tradiciones sobre Jesús, algunas de las cuales fueron marginadas por la Iglesia oficial.


P. Oxy. 655. Como los anteriores se trata posiblemente parte de un evangelio desconocido que se atribuye a Tomás. Es un fragmento de evangelio apócrifo descubierto en Oxirrinco, Egipto, al igual que los anteriores por Bernard Grenfell y Arthur Hunt en el siglo XIX. Data aproximadamente del siglo III d.C. y está escrito en griego koiné.


Al analizarlo, notaron que contenía dichos atribuidos a Jesús, similares a otros fragmentos de Oxirrinco. Este papiro, junto con P. Oxy. 1 y P. Oxy. 654, representa una de las versiones más antiguas del Evangelio de Tomás en su idioma original griego. Debido a su estado fragmentado, el texto está incompleto, pero se ha identificado su contenido como formando parte de los logia de Jesús.

Algunos de los fragmentos que se han podido reconstruir incluyen enseñanzas sobre la búsqueda de la verdad y el autoconocimiento como clave de la salvación:


Jesús dijo:

"Que aquel que busca no cese de buscar hasta que encuentre, y cuando encuentre, se turbará. Y cuando se turbe, se maravillará, y reinará sobre el Todo".


Similar al dicho 2 del Evangelio de Tomás, con una visión gnóstica de la iluminación espiritual.

"Si sacas lo que está dentro de ti, eso que sacas te salvará. Si no sacas lo que está dentro de ti, eso que no sacas te destruirá". Dicho 70 del Evangelio de Tomás, enfatizando la importancia del conocimiento interior.


Estos fragmentos refuerzan la idea de que el Evangelio de Tomás no es narrativo como los evangelios canónicos, sino que es una recopilación de dichos atribuidos a Jesús, muchos con una perspectiva mística y gnóstica.


El P. Oxy. 655 es una de las primeras pruebas escritas de un evangelio no canónico. Las diferencias con el cristianismo tradicional o el cristianismo ortodoxo oficialmente reconocido estriban en que se enfoca en la búsqueda de la sabiduría y el autoconocimiento en lugar de la fe en la resurrección de Cristo, presentando conexión con el gnosticismo, la iluminación personal es clave para alcanzar lo divino.


El P. Oxy. 655 es otro testimonio fundamental de la diversidad de interpretaciones sobre Jesús en los primeros siglos. Su relación con el Evangelio de Tomás demuestra que existían tradiciones cristianas distintas a la ortodoxa, algunas de las cuales fueron suprimidas con el tiempo.


Concluyendo


Los fragmentos contienen enseñanzas y dichos atribuidos a Jesús, muchos de los cuales tienen paralelismos con los evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), aunque con variaciones significativas. Algunos versículos se asemejan a los logia de Jesús encontrados en el Evangelio de Tomás, sugiriendo una tradición oral común. Otras partes muestran influencias gnósticas y doctrinas alternativas a las de la Iglesia primitiva. Los Evangelios de Oxirrinco son fundamentales para entender tanto la diversidad de las primeras comunidades cristianas, la transmisión y evolución de los dichos de Jesús fuera del canon, como las influencias gnósticas en los primeros siglos del cristianismo.

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