La Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE) ha alertado sobre la situación de la siniestralidad laboral en el trabajo autónomo, con los últimos datos de enero a noviembre de 2024. Según las cifras, se registraron 30.514 accidentes con baja, un descenso del 4,6% respecto al mismo periodo del año anterior, con 28.517 accidentes en jornada laboral (-4,7%) y 1.997 accidentes in itinere (-4,3%). Sin embargo, la Organización llama la atención sobre el aumento de los accidentes graves, que subieron de 644 a 664 casos (+20), lo que refleja un preocupante incremento del riesgo en las condiciones de trabajo del conjunto del colectivo. Asimismo, aunque se redujeron los accidentes mortales (de 69 a 57), “cada pérdida humana en el ámbito laboral supone una tragedia que debe evitarse a toda costa”, señala María José Landaburu, secretaria general de UATAE.
Desde UATAE destacan que haya una reducción en el total de accidentes, pero el aumento de los casos graves evidencia que muchas y muchos autónomos siguen trabajando sin las garantías de seguridad necesarias. “Este problema no puede ser ignorado: proteger a los autónomos debe ser una prioridad para las administraciones”, apunta Landaburu. Por eso, UATAE recuerda que las y los autónomos enfrentan mayores dificultades que las y los asalariados en materia de prevención de riesgos laborales. A menudo, “la falta de recursos económicos y de formación específica en prevención les deja en una situación de vulnerabilidad”, indica Landaburu. Además, “las características de determinados sectores, como la construcción, el transporte y la agricultura, incrementan el riesgo de accidentes graves y mortales”.
En ese sentido UATAE, sigue trabajando y planteando una serie de medidas para garantizar la seguridad y la protección social del conjunto del colectivo. Como el impulso de planes de formación específicos en prevención de riesgos laborales dirigidos a las y los autónomos, especialmente en sectores de alto riesgo. Ampliar la protección social, incluyendo medidas específicas en caso de accidente grave y ayudas de apoyo para la reincorporación laboral. Además, de fomentar a través de ayudas concretas la inversión en equipos de protección individual adaptados a las necesidades de las y los trabajadores por cuenta propia. Todo ello, debe ir acompañado como expone Landaburu de, “garantizar una mayor supervisión por parte de las administraciones para que no se incurra en ilegalidades”, porque “es necesario que las políticas de prevención y las campañas de sensibilización lleguen también al colectivo autónomo”.
La Unión de Autónomos reitera su compromiso de trabajar con las administraciones públicas para impulsar políticas que reduzcan la siniestralidad laboral en el trabajo autónomo. “Proteger la vida y la salud de las y los autónomos no es una opción, es una obligación, las cifras no pueden seguir ocultando la realidad, las y los autónomos necesitan apoyo y herramientas para garantizar su seguridad laboral y su bienestar”, concluye Landaburu. Desde UATAE instan a incluir estas medidas en la agenda de políticas laborales para 2025, subrayando que la prevención y la protección social son esenciales para construir un modelo de trabajo autónomo sostenible y digno.
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