La ciudad de Guadalajara, capital de Jalisco, México, es, sin duda, un punto de referencia importante a nivel nacional e internacional. Se le conoce de diferentes maneras, como “La Ciudad de las Rosas”, “La Perla Tapatía”, “La Perla de Occidente” y otros simplemente le dicen “Guanatos”. Recuerdo en mi infancia recorrer sus calles caminando desde San Juan de Dios hasta Chapultepec o las veces que iba en bicicleta desde La Aurora hasta La Minerva. Incluso, una vez me accidenté y llegó la ambulancia por mí a la Vía Recreativa.
Paraninfo de la Universidad de Guadalajara. Foto: cortesía de Bethsabé Ortega, en colaboración con Víctor Manuel Montero Gaytán
También recuerdo las ocasiones en que asistía, durante las vacaciones, a los viajes financiados por la Secretaría de Turismo para conocer los municipios de Jalisco. Las personas son diferentes en cada estado, pero en Guadalajara son enigmáticas, cálidas, platicadoras, hospitalarias, sencillas, amables (claro, no todas, pero en general, eso las distingue). En cada viaje a distintos municipios de Jalisco, como Tequila, Puerto Vallarta, Teuchitlán, San Juan de los Lagos, Arandas, Mixtlán, Lagos de Moreno, Tototlán, Yahualica de González Gallo, entre otros, me encontraba entre amigos, aunque a veces ni siquiera nos conocíamos. Así se sentía.
En Toluca (donde vivo actualmente), cuando me encuentro a un tapatío o tapatía, puedo reconocerlo de inmediato. Tal es el resultado del carácter que esta ciudad forja en las personas. Aunque ya no vivo allí, cada año la visito (cuando puedo) y recuerdo. Para mí, representa un pasado un poco borroso, pero que, al probar algo de su gastronomía, despierta mi memoria, casi como el efecto de la magdalena de Proust.
Al comer unos tacos de barbacoa, el queso adobera, la carne en su jugo, una torta ahogada, una jericalla, un menudo o un tejuino, vienen a mí recuerdos de lo que viví en la Perla Tapatía. En este imaginario surgen voces y libros que buscan justamente hallar sentido, entablar una conversación con la atmósfera de la ciudad y hacer de su historia un mapa de encuentros. Bethsabé Ortega se ha encargado de ello en los últimos años, y como resultado, este año ha publicado el libro Elogio a Guadalajara (Versografía, 2025).
Portada del libro Elogio a Guadalajara (Versografía, 2025). Foto: cortesía de Bethsabé Ortega, en colaboración con Víctor Manuel Montero Gaytán
Su proyecto se basa en dos obras (hasta ahora) que recuperan visiones, experiencias y sabores a partir de textos poéticos recopilados de poetas contemporáneos. En primer lugar, Ciudad Poema (2022), que es un análisis literario y una muestra poética de lo que significa "ciudad". Este proyecto contó con el apoyo del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), en el área de Literatura y Patrimonio Cultural. En segundo lugar, la obra Retrato de Jalisco por poetas adolescentes (2023), que compila poemas de estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica José Luis Leal Sanabria número 79, con el objetivo de destacar la juventud y sus vivencias, marcando el camino de las nuevas generaciones.
Fotos: cortesía de Bethsabé Ortega, en colaboración con Víctor Manuel Montero Gaytán
De estas dos obras nace Elogio a Guadalajara, una selección de 34 textos poéticos que enaltecen la historia de la Perla Tapatía y sus tradiciones. No hay mejor manera de celebrar una ciudad que por medio de la poesía. A través de los versos de este libro, la colectividad habla y configura la visión actual de lo que significa Guadalajara, desde distintas perspectivas y generaciones.
Lo que más resalta de este proyecto es el amor, la inspiración y el esfuerzo por hacer visible nuestra identidad jalisciense e invitar a otros a unirse al diálogo con la ciudad: imaginar y construir un futuro mejor, compartir imaginarios y reflexionar sobre el corazón de este ‘río que corre sobre piedras’.
El libro se divide en distintos ejes temáticos: “Jalisco lindo y querido”, “Sones tapatíos”, “¡Viva la tierra del tequila!”, “El alma arquitectónica y social”, “Latido verde”, “Singularidades” y “Elogio a Guadalajara”. En este compendio encontramos poemas de Raúl Bañuelos, Roy Françoise, Carmen Villoro, Laura Solórzano, Berónica Palacios Rojas, Luis Armenta Malpica, Mariana Pérez Villoro, Jorge Orendáin, entre otros. Cada sección se acompaña de fotografías tomadas por Bethsabé Ortega, en colaboración con Víctor Manuel Montero Gaytán. Bethsabé, además de ser la antologadora, es investigadora especializada en literatura mexicana, profesora y poeta. Su formación le permite asumir con gran compromiso este tipo de proyectos.
Reunir voces en un libro sobre un lugar invita a reflexionar sobre el entorno en que vivimos, el que recordamos y el que deseamos. La poesía, como herramienta de transformación social desde sus mundos imaginarios, abre espacios para repensar lo que queremos como sociedad. Elogio a Guadalajara, de Bethsabé Ortega, no solo es un retrato de identidad, sino también una forma de crear comunidad a partir del arte.
La presentación de este libro tendrá lugar el miércoles 12 de febrero, a las 18:00 horas, en el Ágora del Exconvento del Carmen, precisamente en la celebración del 483 aniversario de la ciudad.
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