Este domingo, escuché una frase en televisión que a mí, personalmente, me gusta mucho, aunque no exactamente como yo suelo recordarla: “La historia se repite”; esa es la definición simple de lo que se conoce como “La ley del péndulo”; pero esas expresiones deben exponerse de forma que definan mejor lo que, en el fondo, quieren decir: “La historia se repite por las ideologías, pero no en su forma de interpretación”.
Un ejemplo sencillo y fácil de entender: “Adolf Hitler, dictador, totalitario y con poder psicológico que arrastraba las masas”. “Francisco Franco, dictador post bellum civile, totalitario con ideas pero sin medios”. “Donald Trump, Presidente demócrata totalitario, ambicioso y con mucho poder”. “Vladimir Putin, Presidente de un régimen totalitario, expansionista y comunista”.
La Historia se repite, SÍ; las ideas evolucionan y si el poder hace lo mismo, nos enfrentaremos a realidades vividas con anterioridad pero ahora “configuradas con el “poder” que da fuerza y capacidad a las ideas de los gobernantes que diseñan cada nueva historia”.
La nueva historia, “fusión de poderes económicos, tecnológicos y nacionalistas”, diseñará otra nueva realidad social.
La otra realidad, socialmente real, es la que se encuentra fuera de esa nueva “HISTORIA”: la pobreza, la emigración, las desigualdades sociales y los gobiernos dependientes del PODER TOTALITARISTA que haya configurado el movimiento del PÉNDULO, por cierto cada vez más controlado.
Adaptación, NO; seremos individuos libres dentro de un tablero cuadriculado por los diseñadores DEMOCRÁTICAMENTE nombrados pero rodeados de poder personal y de determinados súbditos, económicamente poderosos, necesitados de comercializar su mercancía ideológica o pragmática.
Por eso se dice que la HISTORIA SE REPITE, porque el hombre siempre evolucionará para conseguir aquellas ideas “buenas” que no se desarrollaron por las incapacidades burocráticas, por la bajeza moral consentida por los gobiernos y por los totalitarismos empobrecedores del pueblo.
Alcanzada la NUEVA HISTORIA, el ser humano, de nuevo caerá y buscará adorar los becerros de oro, porque su mismo poder les ha humillado por dejar la masa social “fuera de las puertas del palacio” y las necesidades ya no se comprendían...
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