Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Disyuntiva | Decisiones | Elecciones | Opciones | Reflexiones

Elegir, es un decir

Discernir bien es crucial antes de escoger
Rafael Pérez Ortolá
viernes, 14 de marzo de 2025, 10:46 h (CET)

Las primeras impresiones no siempre son las más fidedignas, aunque tampoco conviene desdeñarlas sin más; estamos acostumbrados a los descubrimientos sorprendentes y equívocos. Nos encontramos en esa tesitura al confrontar la capacidad de poder elegir, con la libertad y el aprovechamiento de las decisiones derivadas. Cuando se multiplican las opciones nos sentimos con mayor libertad, sin parar mientes en las servidumbres asociadas a la capacidad de elegir. El hecho de ejercitar una ELECCIÓN entraña muchos condicionantes simultáneos, que no siempre valoramos, por estar inmersos en actividades rutinarias o imbuidos de prepotencias injustificadas. Abundan las bondades y patrañas en torno a la actitud de elegir, el muestrario no deja libre a nadie.


En el tobogán rutinario desaparecen las deliberaciones, se suceden las actuaciones con una suerte de naturalidad irreflexiva; en ese trayecto, no cabe hablar propiamente del acto de elegir. Aunque en el subconsciente se asienten conocimientos previos, de tan asumidos, ya no hace falta pensar en ellos. A lo sumo, los razonamientos suenan como ancestrales, quizá ni se recuerdan sus argumentaciones. Tampoco contribuyen a su consideración, la acumulación de problemas sin resolver, ni el apremio agobiante del tiempo, al que añadimos prisas atolondradas. La presencia de los AUTOMATISMOS nos evita muchas deliberaciones y nos cierra el camino a la participación, perdiendo protagonismo y eludiendo responsabilidades.


En la urdimbre de la vida, si algo abunda son las ramificaciones, con toda clase de conexiones y repercusiones. Como derivación inevitable, percibimos la incapacidad, tanto personal como colectiva, para registrar la totalidad de los eventos y sus engranajes. Por eso, en el asunto tratado hoy, se nos plantea a diario el reto de elegir sin conocer a fondo las opciones y sus fundamentos. Nos vemos obligados a proceder enfrentados a la FRAGMENTACIÓN que llegamos a detectar; no podemos evitar los cabos sueltos inaccesibles, quedando de manifiesto la incompletud de nuestras actuaciones. Conscientes u olvidadizos, el hecho real confirma esa insuficiencia, con todo el cargamento de inseguridad que arrastra y la frivolidad que permite.


Como ya es archisabido en estas calendas sabelotodo, quizá no tanto, no existen garantías para la Verdad con mayúsculas. Cuando escogemos una afirmación como auténtica, nos conviene no perder de vista los retazos de la misma dejados de lado. Elegir algo supone renunciar a otras opciones. Más de una vez, después de quedarnos satisfechos por haber escogido algo, acabamos comprobando las mejores prendas de la opción desechada; se trate de objetos materiales o ideas asumidas, las repercusiones se observan con frecuencia con efectos retardados. Los ANTAGONISMOS cobran una prestancia inusitada, encienden las disputas y tensan las valoraciones. Con la perplejidad si ambas versiones adquieren valor similar, sin contundencia decisoria.


Las perspectivas se expanden como una especie de fuegos artificiales, con rasgos imprevisibles en cualquiera de sus momentos expresivos. Se juntan las pretendidas objetividades con las variaciones de la sensibilidad de protagonistas y observadores. Al escoger, sacamos a colación las pertenencias ancestrales, incluidas las del subconsciente, y las apreciaciones ligadas a las cualidades y querencias propias actualizadas; procedemos a una peculiar tarea creativa e insustituible:


La tarea de elegir

Elegir es un sufrir

Si parto de cero,

Por escasez de números


Elegir es un sufrir

Si del sentir me ocupo

Me pierdo en lo diverso


Elegir es un sufrir

Por el conocimiento

No alcanzo a todos


Elegir es un sufrir

Optar por lo cierto

Descubre los tropiezos


Elegir es un sufrir

Bien cargado de anhelos

De las trabas al pairo


Pero sufrir al elegir

Se acomoda al presto vivir

Con el sencillo decidir

Del placentero compartir


Si dar sentido a nuestras decisiones es complicado, conferir orientaciones adecuadas a las organizaciones sociales rozará la utopía, son tantas las maneras de afrontar las situaciones. Con frecuencia se crean estructuras con buenos propósitos y al llevarlas a la práctica chirrían de forma alarmante. Al comprobar su realización, ciertas utopías, se transforman en todo lo contrario y desastroso. Cuando a la hora de elegir nos basamos en uno de esos diseños, ensimismados; podemos olvidar que detrás se encuentran las personas. Con los PROTOCOLOS puede ocurrir algo así, su buen fundamento para evitar despistes graves; se desvirtúa con la mencionada postergación de los individuos afectados y eso contamina nuestra elección.


Otra controversia en relación con las decisiones propias surge de las repercusiones derivadas de ellas, las consecuencias de cuantas actuaciones originaron. Quizá lo habitual sea el control de dichas decisiones, conexiones y sus efectos. No obstante, ese control se dificulta a medida que avanzan los procedimientos; no digamos, si las decisiones adoptadas fueron defectuosas o claramente maliciosas. De cualquier forma, el DESCONTROL progresivo de los efectos desencadenados resulta natural por la ampliación sucesiva de factores implicados. No vale ignorar esas derivaciones, el grado de responsabilidad por su desarrollo es patente. Si se asume o no su realidad en los comportamientos sociales, se me antoja como otra realidad muy preocupante.


Como mínimo, nos desenvolvemos en unos ámbitos crípticos y el tránsito por sus trazados adquiere perfiles laberínticos. Los gustos personales, emociones y pasiones, también intervienen. La hebra reservada a la PERSONALIDAD propia se ve obligada a discernir entre la idiotez infeliz de los lamentos, la adscripción servil y el posicionamiento participativo, junto a otras opciones. Son muchas las circunstancias y limitados los recursos.

Noticias relacionadas

En esta primera entrega de reflexiones en torno a los símbolos cruciales de la Pascua, queremos invitarlos a analizar el significado filosófico y teológico de la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén. El domingo de Pascua irrumpe en la historia como la culminación de un drama que se gestó en el corazón de un Israel expectante, marcado por profundas tradiciones y anhelos de liberación.

Pues claro que hay vida en el espacio exterior... ¿O no? El interrogante es tan antiguo como la propia Humanidad, lo que pasa es que el enigma va por zonas y por ciclos para nosotros, los terrícolas, es decir, unas veces aquí y otras allá, ahora, hace décadas, o hace siglos.

Quien crea que el Día de San Patricio es sólo una excusa para empinar el codo con cerveza verde y ondear tréboles como si fueran banderas, no ha entendido absolutamente nada, ni de la historia, ni del personaje; y, mucho menos del lugar, porque Irlanda, en tiempos del joven Patricio, era cualquier cosa menos un cuento de hadas con gaitas y duendes.


 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto