La inestabilidad política en EE.UU., la fortaleza del dólar y la fiscalidad española convierten a España en un destino estratégico para quienes buscan diversificar su patrimonio, según comentan desde K&N Elite
El nuevo mandato de Donald Trump en la Casa Blanca ha desatado una oleada de incertidumbre en buena parte del electorado estadounidense. Pero también ha generado un efecto colateral inesperado: un renovado interés de ciudadanos norteamericanos por trasladarse a Europa o diversificar parte de su patrimonio fuera del país. Y entre los destinos favoritos para hacerlo, España destaca como uno de los más atractivos, especialmente para quienes buscan seguridad jurídica, estabilidad económica y calidad de vida
Según datos del Colegio de Registradores, las compraventas de viviendas por parte de ciudadanos estadounidenses en España han pasado de 620 en 2020 a 2.199 en 2024, lo que representa un aumento del 255% en apenas cuatro años. Este crecimiento, que ya se había acelerado con la pandemia y el auge del teletrabajo, ha encontrado un nuevo impulso con el cambio de clima político en Estados Unidos y con un dólar especialmente fuerte frente al euro, lo que aumenta el poder adquisitivo de los compradores norteamericanos.
"Estamos viendo un perfil de inversor muy definido: personas que ya han vivido situaciones de tensión política en su país y que ahora buscan algo diferente. España representa para ellos una oportunidad no solo de inversión, sino también de vida", explica Rafael Santana, director de K&N Elite Madrid, firma especializada en operaciones con clientes internacionales en el segmento medio-alto y alto del mercado.
Madrid: estabilidad, rentabilidad y proyección internacional
Madrid se ha consolidado como uno de los grandes polos de atracción para este tipo de comprador. Por primera vez, la capital española ha superado a París como segundo destino más atractivo de inversión inmobiliaria en Europa, solo por detrás de Londres, según datos de PwC y el Urban Land Institute.
La ciudad ofrece una combinación única de seguridad jurídica, crecimiento económico, buen clima, servicios públicos de calidad, una vida cultural intensa y una fiscalidad más favorable que otras grandes capitales europeas. A esto se suma una importante comunidad internacional y una conexión directa con América gracias a los vuelos diarios y al idioma.
"En zonas como Salamanca, Almagro o Chamberí estamos viendo un claro aumento de operaciones con clientes norteamericanos, tanto para residencias como para inversiones patrimoniales. Muchos ven en Madrid lo que hace años encontraron en Miami o Nueva York: un mercado dinámico, pero todavía con recorrido", señala Santana.
Además del interés por la vivienda en propiedad, K&N Elite ha detectado un aumento de solicitudes de arrendamiento por parte de profesionales, emprendedores o familias que se instalan por periodos medios y que, tras una primera experiencia positiva, terminan adquiriendo una residencia habitual o una segunda vivienda.
Costa Blanca, Costa del Sol y Comunidad Valenciana: calidad de vida como principal activo
Aunque Madrid es el epicentro de la inversión urbana, las zonas costeras también están experimentando un auge de compradores estadounidenses. Alicante, Málaga o Valencia se han convertido en destinos clave tanto para jubilados como para trabajadores remotos, gracias a su clima templado, su ritmo de vida más pausado y su creciente internacionalización.
La Comunidad Valenciana, por ejemplo, ha registrado un incremento del 40% en la llegada de compradores estadounidenses en el último año, según Idealista, impulsada por el teletrabajo, la demanda de vivienda de calidad a buen precio y la existencia de infraestructuras y servicios sanitarios de primer nivel.
"Muchos de nuestros clientes buscan tranquilidad, pero no aislamiento. Quieren estar bien conectados, con acceso a hospitales, colegios internacionales, campos de golf, marinas o restauración de calidad. Y en zonas como Jávea, Dénia o Marbella, encuentran exactamente eso", explican desde el equipo de consultores de K&N Elite.
Factores que impulsan la inversión estadounidense
Detrás de este fenómeno se encuentran varios factores clave. En primer lugar, la fortaleza del dólar frente al euro, que permite a los compradores estadounidenses adquirir propiedades en España con una ventaja cambiaria considerable. En segundo lugar, la incertidumbre política interna: el regreso de Trump al poder ha encendido alertas entre inversores y profesionales, especialmente en sectores tecnológicos y académicos, que ven en Europa una alternativa más estable.
A esto se suma la fiscalidad favorable para no residentes, especialmente en comunidades como Madrid, donde no existe impuesto de patrimonio ni de sucesiones, lo que hace aún más atractiva la inversión inmobiliaria para quienes buscan proteger su capital a largo plazo.
"Estamos trabajando con perfiles muy diversos, desde grandes patrimonios familiares hasta nómadas digitales o familias jóvenes que buscan una nueva etapa. Pero todos coinciden en una cosa: perciben España como un refugio seguro, tanto para su inversión como para su futuro", apunta Rafael Santana.
Un fenómeno con recorrido
Las previsiones del sector apuntan a que esta tendencia se mantendrá a lo largo de 2025. De hecho, CBRE estima que la inversión inmobiliaria en España crecerá un 15% este año, con el segmento residencial y el lujo como principales motores.
"España no es una moda pasajera para el inversor internacional. Es una apuesta sólida, con recorrido, y eso es lo que tratamos de transmitir en cada operación", concluye Santana.
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