La función de todo museo es compleja. Abarca distintas funciones entre las que se encuentran la conservación, el estudio, la exposición del patrimonio, y otras tareas que ejerce de cara a la sociedad. Si ese patrimonio se encuentra sumergido bajo las aguas, las tareas de la institución se vuelven todavía más difíciles.
En España, esas funciones las desarrolla ARQUA, el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, con sede en la ciudad murciana de Cartagena.
Historia de la institución
El museo tiene su origen en el antiguo Patronato de Excavaciones Arqueológicas Submarinas de Cartagena, creado en 1970, al que se asoció tres años más tarde el Centro de Arqueología Submarina de Cartagena. De esta fusión surgió en 1980 el Museo Nacional de Arqueología Marítima y el Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Submarinas, inaugurado en 1982 y del que es heredero directo el museo actual.
ARQUA es hoy en día la institución responsable de dar a conocer a los ciudadanos el Patrimonio Cultural Subacuático español y promover su conservación. Entre sus fines se encuentran el estudio, valoración, investigación, conservación, difusión y protección del Patrimonio Cultural Subacuático español, en colaboración con las distintas administraciones autonómicas y sus centros de investigación, y en cooperación con los Estados Parte firmantes de la Convención de la UNESCO.
El museo es además sede del observatorio permanente del Plan Nacional de Protección del Patrimonio Arqueológico Subacuático.
La institución está gobernada por el patronato, presidido por el ministro de Cultura de turno y formado por 11 vocales natos y siete vocales. Sus funciones son fomentar e impulsar la participación de la sociedad en el conocimiento y disfrute de las colecciones del museo y en el sostenimiento del mismo.
Además de talleres y exposiciones permanentes, en ARQUA se desarrollan proyectos como el de conservación in situ del patrimonio o de excavaciones submarinas en la Región de Murcia, entre otros.
Un entorno inigualable
El lugar escogido para albergar el museo es también único. Pocas ciudades españolas tienen una relación tan directa con el mar y la evolución histórica que el mismo ha propiciado, como Cartagena.
Y es que Cartagena tiene su origen en la antigua Qart Hadasht, ciudad fundada por el pueblo cartaginés, descendiente directo de fenicios y que, como sus abuelos orientales, supieron dominar el Mediterráneo y hacer de él el medio idóneo para desarrollar una cultura y una economías únicas basadas, principalmente, en el comercio entre tres continentes. Rebautizada por los romanos como Carthago Nova, en referencia a su antigua enemiga, y como Carthago Spartaria por los bizantinos, Cartagena siguió mirando al mar.
Cuando la rentabilidad de la minas abiertas y explotadas a lo largo de los siglos XIX y XX decreció, la ciudad volvió nuevamente su mirada hacia el mar para transformarse en puerto de exportaciones y una de las principales bases de la Armada española junto conRota y El Ferrol, y convertirse en capitanía de la provincia marítima homónima y en el quinto puerto de España en volumen de mercancías en circulación.
Recuerdo de su pasado cartaginés y romano son el teatro romano, el Augusteum -colegio de sacerdotes del emperador Augusto-, las murallas púnica y bizantina, y otros edificios y monumentos de inigualable valor artístico y arquitectónico.
Un museo para todos
El museo abre de martes a sábado de 10:00 a 20:00 (hasta las 21:00 del 15 de abril al 15 de octubre), y domingos y días festivos (excepto el 24, 25 y 31 de diciembre, el 1 y el 6 de enero, el 1 de mayo y en una de las fiestas locales) de 10:00 a 15:00.
El precio de las entradas, perfectamente detallado en la página web de la institución, es de 3 euros para el público general y de 1,50 para grupos de más de cinco personas; aunque el museo también cuenta con entrada gratuita para determinados casos como menores de 18 años y mayores de 65, miembros del ICOM, o en algunas fechas señaladas como el 12 de octubre, el 18 de mayo (Día de los Museos), 18 de abril (Día del Patrimonio Mundial) y otras. Asimismo, existen bonos de los que pueden beneficiarse tanto en ARQUA como en todos los museos de titularidad estatal.
Los grupos vinculados a instituciones educativas pueden asegurarse la visita guiada acompañados por los guías de la institución, previa solicitud, reservando con una antelación mínima de una semana. La visita guiada por la exposición permanente dura aproximadamente una hora y cuarto, e incluye la proyección de un documental sobre el pecio Mazarrón II. En el caso de las visitas por parte de colegios, pueden reservar tanto una visita guiada como los talleres que el museo oferta de forma gratuita.
La nueva sede del museo es un complejo de unos 6.000 m2 de superficie con una sala de exposición permanente de 1.600 m2 y una sala de exposiciones temporales de 500 m2. El Museo dispone, además, de servicio de biblioteca, un área destinada a la difusión, un salón de actos, una cafetería-restaurante, tienda, etc. Por lo que ningún visitante se sentirá incómodo al visitarlo.
Por cuanto ofrece, ARQUA es una alternativa para todos los miembros de la familia, y una oportunidad de conocer nuestro patrimonio sumergido al alcance de todos.
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