La escritora española Noelia Castillejo retrata con profunda sinceridad todas las cosas que podemos hacer cuando sentimos dolor, incluso aquellas que parecen menos “racionales”. En Incienso y cristales, una atormentada madre busca respuestas luego de la pérdida de su hija y recurre a una médium que más tarde llegará a descubrir una verdad mucho más profunda y dolorosa.

La lectura es conmovedora y atrapa desde las primeras líneas, pues Castillejo sabe abordar el tema del duelo y la pérdida con marcada sutileza, ofreciendo una cálida compañía mientras se desarrollan todas las acciones. Esta novela ofrece una voz narrativa con solidez y navega entre las dudas que una persona llena de incertidumbre puede plantearse en su mente.
Entre las páginas de Inciensos y cristales hay territorios en los que la vida parece perder el sentido y el tiempo queda detenido. La geógrafa de profesión, Noelia Castillejo sabe muy bien revelarlo en esta historia íntima en la que se ven involucrados un inspector, una médium, una madre desesperada, un novio que levanta sospechas, unas amigas de cuya lealtad se podría dudar y una muerte que altera el curso de los días de todos los personajes.
La vida de Clara, la protagonista, parece haberse detenido desde que su hija falleció. Ahora ella no siente la casa como un hogar y lleva consigo una culpa indescriptible ante la ausencia que llena cada espacio. Sin embargo, cuando conoce a Isabel, una médium, todo cambia porque, aunque Clara se siente incrédula, ella intenta conectar con quien ya ha dejado este plano.
Mientras tanto, Javier, el inspector, no deja de pensar en el caso de la muerte de la hija de Clara, ya que siente que algo importante se le está quedando por fuera. De manera inesperada, la novela ofrece un final que pocos esperaban. Sin embargo, de lo que se trata es de reconocer lo que se ha perdido, de darse la oportunidad y el tiempo de sentir el dolor e intentar continuar con la vida.
En esta obra también se esconde de forma sutil una crítica hacia el sistema social que impone “seguir adelante”, cuando humanamente parece imposible. Clara siente un dolor que no le permite volver a trabajar o seguir con una vida cotidiana como el resto, pero parece que nadie le entiende. Aparte de ello, en esta novela los lectores somos invitados a reflexionar sobre aquellas creencias que elegimos para sobrevivir al dolor y al vacío y cómo cada persona tiene una forma de sentir diferente cuando alguien se marcha.
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