Los días pasan, los meses pasan, los años pasan y nosotros pasamos. 30, 40, 50, 60… y un día tu vida habrá pasado a ser una de esas lágrimas en la lluvia que se perderán en el tiempo. Últimamente me estoy centrando en un pequeño reto: vivir cada momento como si fuera el último.
Disfruta del momento, sólo tienes eso
La cuestión es que la otra mañana me despedía de Belén y de Noa antes de subirme al ascensor. Como siempre, cada despedida, al igual que cada llegada son momentos importantes y en mi familia esos momentos son momentos de abrazar, besar y tocar. La cuestión es que le daba a Noa un beso, es tan pequeñita que no sabes por dónde besarla, por mucho que te apetece hacerlo, tienes que estudiar primero la forma de no asustarla, claro. Pero es maravilloso, como puedes imaginar se me cae la baba ahora mismo.
Mientras le daba ese beso pensé “¿y si éste fuera el último beso que le doy?, por cualquier razón, ¿y si fuera éste el último?” Este pensamiento me hizo repetir mi beso, hacerlo más lentamente, disfrutarlo más y tener más sensaciones, hacerlo de una forma en la que casi me hubiera gustado dejar una parte de mí y también, como no, llevarme una parte de ella.
Si vivieras tu vida como si cada momento fuera el último disfrutarías mucho más de cada momento por pequeño que fuera.
En ocasiones nos tomamos la vida for granted, lo damos por hecho, damos un beso mientras pensamos en lo tarde que llegamos al trabajo; nos duchamos mientras pensamos en una nueva línea de negocio. La otra mañana me afeité perfectamente en la ducha sin ser consciente de cómo lo había hecho ¡con lo maravilloso que puede ser ese momento, yo estaba pensando en otras cosas!
Pues ahora el reto es diferente, es disfrutar de cada momento, como si fuera el último.
Vivirlo dulcemente, sentirlo, notarlo y reflexionar sobre la importancia del momento que vivo. ¡Hay tantos momentos!
Belén y yo somos especialistas en saber parar para disfrutar del momento, es una característica de nuestra relación de pareja, hay otras. No acabamos de empezar las vacaciones de la semana que viene (Teruel), las de Navidad (ya sabes, Granada) y ya hemos contratado y acomodado mi agenda para las vacaciones de Febrero (Sevilla) y las de Marzo en Fallas (San Sebastián). Nos gusta pararnos para sentirnos, nos parece necesario para no perder el Norte.
Veo que muchas parejas pierden el Norte, que se olvidan que el centro sobre el que gira todo lo demás es la pareja, que es la unión tan fuerte que algún día tuvieron lo que les hace salir adelante.
No me interesa pasar por la vida sin sentirla, no estoy aquí para otra cosa que para tener sensaciones y cuando me centro en el momento presente, cuando vivo cada momento como si fuera el último, parece que disfruto mucho más de la vida. Lo demás es conseguir metas, ganar dinero y poco más. Pero lo interesante de verdad es sentir.
Hay quien se permite estar enfadado con otras personas, yo creo que enfadarse con los demás es inútil, además, ¿imagina que mientras estáis enfadados a alguno de los dos os ocurre algo? Sería muy difícil de asumir, enfadarse con alguien a quien quieres y que sea la última vez que ves a esa persona.
Creo que tenemos que amarnos en el sentido amplio de la palabra, en el sentido más incondicional. Requiere un esfuerzo notable, pero merece la pena. Lo demás son números, inflación, rentabilidades medias, modelos de negocio y la lógica del día a día. Algo que podría aburrir a un calamar si no fuera por nuestra capacidad de enamorarnos, de nuestras parejas, de nuestros hijos, familiares y de la vida ¿estás enamorado/a de la vida?
Pero a ti no te mueve la lógica, te mueve la emoción. Estás aquí gracias a la pasión y sólo cuando te reconozcas una persona apasionada por la vida la podrás vivirla en toda su extensión.
Te invito a vivir cada momento como si fuera el último. Incluso este momento (aunque sea conmigo).
Que tengas un gran día.
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