El esfuerzo está sobrevalorado, nos hemos pasado de la raya hablando de este término y hemos hablado poco de la inteligencia práctica. Hoy me gustaría hablar a favor de la ley del mínimo esfuerzo.
“Esfuérzate”, “trabaja duro”, “tienes que intentarlo mil veces…” Todos lo hemos escuchado, bien en boca de nuestros padres, bien de tutores u otras personas que nos dicen que el “esfuerzo” lo es todo.
Estoy de acuerdo… parcialmente.
Conozco muchas personas que se han esforzado mucho y que han conseguido muy poco.
Conozco demasiadas personas que no paran de dar golpes en el lugar equivocado, que siembran cada dia en tierra yerma, que hablan con la persona equivocada, que tienen demasiado interiorizado aquello de “esfuérzate”, como si eso fuera la clave de todo éxito.
Qué duda cabe que para conseguir algo valioso en la vida hay que trabajar duro, eso es de cajón. No hace falta decirlo, si no quieres esforzarte por algo difícilmente conseguirás resultados en esa área.
Hay algunas cosas que decir a favor del esfuerzo: te ayuda a sacar tu coraje interior, te hace entrenar todos tus músculos, te prepara para lo peor… pero tampoco hay mucho más.
Hace 30 años para tener éxito sólo era necesario “hacer”. En estos tiempos, además hay que… pensar.
El esfuerzo sin inteligencia no sirve de nada. Y si tuviera que elegir entre uno de los dos, sin duda elegiría la segunda.
Por eso si soy fan de una cultura personal y empresarial concreta es de la cultura de la inteligencia: “Hacer las cosas de la forma más eficiente posible”.
Cuando hablamos de eficiencia siempre hay que incluir dos términos:
Conseguir lo máximo.
Utilizando lo mínimo.
Podemos pensar de otra forma, podemos decir que lo importante realmente es el esfuerzo, pero trabajar 50 horas a la semana en el proyecto equivocado es de lo más frustrante.
Conozco muchas empresas que en tiempos de crisis han cerrado la persiana, con mucho esfuerzo eso sí ¿actuaron de forma inteligente? una gran parte no lo hizo.
Si pudiera añadir algo más a mi vida, sería inteligencia, cada vez más. El esfuerzo se da por hecho, uno tiene que tener sangre en las venas, coraje interior, ganas, “espenta” como dicen los valencianoparlantes de mi tierra.
Es nuestro conocimiento, nuestra inteligencia lo que nos llevará a crear un mundo mejor, no tanto el esfuerzo. Si ponemos en común todo lo que sabemos, trabajamos en equipo, colaboramos, somos solidarios y pensamos en el bien común, a buen seguro que lograremos metas extraordinarias.
La humanidad, a la larga, tiende a ser una sociedad en la que cada vez son necesarios menos esfuerzos y más decisiones inteligentes. Es un proyecto a largo plazo, lo sé, quizás yo no lo vea. Pero en casi todos los terrenos estamos viendo los mismos cambios:
Hace miles de años la tierra se araba con herramientas manuales.
Posteriormente se hizo con bueyes
Posteriormente se construyeron los tractores con conductor.
Lo siguiente serán tractores que trabajarán de forma autónoma sin conductor (esto lo veremos en 15-20 años)
Lo siguiente será que ya no será necesario arar la tierra porque nuestro sustento se producirá de otra forma (esto ocurrirá en unos cientos de años y nos cuesta imaginarlo).
Y en cada uno de esos cambios, hay menos esfuerzo y más inteligencia.
Esfuérzate, pero en la dirección adecuada.
Que tengas un gran día.
|