La vida es cambio, de eso no cabe duda. Cuanto más vivimos más cambiamos, una gran noticia ¡te deseo una vida larga y llena de cambios! Hoy me gustaría hablarte sobre las distintas formas de afrontar los cambios…
Los cambios, por lo general, tienen mala fama. Cuando uno está estupendamente que vengan a cambiarte algo no te sienta demasiado bien…
Pero la vida es así de caprichosa. Insiste en cambiarnos todo lo que se le antoja.
Vivimos múltiples cambios:
Entornos de trabajo que cada vez nos piden más resultados.
Nuestra salud cambia (y generalmente vamos ¡a peor!)
Cambian las personas a nuestro lado, muchas dejan de estar con nosotros.
Cambian las políticas de un país.
etc…
La vida es cambio, eso no lo podemos mejorar, lo que sí podemos hacer es tener diferentes estrategias que nos ayuden con esos cambios. Te presento cuatro y tú elijes con cuál te quedas.
Formas de afrontar los cambios
Resistirte y quejarte
Cuando algo cambia, una de las opciones con las que contamos es con la queja, con patalear porque el cambio no nos gusta. Este tipo de estrategia suele acabar siendo agotadora, además de generar en tu entorno un clima un tanto enrarecido. La queja no es un buen método (leer más aquí).
Cuando algo cambia en tu vida y te dedicas a quejarte, no haces más que expandir una energía tóxica a todo tu alrededor. Cuanto más tiempo estés en ese estado, tanto más toxicidad se liberará.
Cuanto menos tiempo pasemos en la queja, mucho mejor irán nuestras vidas.
La queja es natural, el ser humano no busca el cambio como fuente de felicidad. Lo que busca es la estabilidad, pues ésta le asegura la superviviencia, el fin último de la especie. Así que si viene mi empresa a cambiarme algo, mi pareja, o el universo ¡pues me toca bastante las amígdalas!
La emoción que subyace a estas personas que afrontan el cambio de esta forma es el odio.
Resignarse
Hay personas que ante un cambio bajan la cabeza y se sienten desdichadas.
Las personas que se resignan no exteriorizan su enfado en forma de queja, pero lo hacen en forma de desilusión, hacia adentro.
Lo peor de resignarse es que te deja con muy poco “espíritu”, con muy poca motivación y sintiéndote el último de la fila. Al resignarnos inhibimos todos nuestros poderes interiores, y es una forma de morir en vida.
Al resignarnos estamos diciendo “no puedo con esto”, así que mejor inhibo toda fuente de poder que haya dentro de mí.
La emoción que subyace en estas personas que afrontan el cambio de esta forma es la depresión (de la familia de la tristeza)
Aceptar
Esta estrategia es para mi la joya de la corona, cuando aceptamos estamos eligiendo el camino de la sabiduría, ya no existe queja, ya no hay rabia, hay aceptación.
Cuesta mucho aceptar y dejar ir, “surrender” como diría Eckhart Tolle, rendirse. Aceptar es una forma de decir “está bien, acepto que esto sea así, no voy a oponer resistencia”.
En la aceptación no hay energía inhibida, no hay resignación, ni tampoco queja. En la aceptación hay sabiduría.
Hay muchas cosas que no podremos cambiar, para las cuales la aceptación es el mejor camino.
Si quieres profundizar en este campo, el último libro que estoy leyendo es “Dejar ir. El camino de la entrega” de David Hawkins.
Lo positivo de la aceptación es que no hay detrás una energía tóxica, sino algo más elevado. En la persona que acepta lo que no puede cambiar existe valentía, existe coraje y no una merma de sus poderes internos, sino todo lo contrario.
La emoción que subyace a las personas que adoptan esta estrategia es la satisfacción, una prima-hermana de la alegría.
Cambiar
Ésta también es una estrategia ganadora, no hay duda. No voy a quejarme, no voy a resignarme: lo voy a cambiar.
Como puedes imaginar, esta forma de afrontar los cambios, incluye una valentía y un coraje admirables. Sin entrar a juzgar si es más o menos inteligente que aceptar las cosas, creo que aquellas personas que salen cada día a la calle con el propósito de cambiar algo se merecen todo mi respeto y valoración. Porque no es fácil.
Si tu empresa está avanzando en su expansión internacional, puedes quedarte parado/a o puedes mejorar tu inglés de una vez por todas (o te pillará el toro, believe me)
Es más fácil sentirse víctima, es más sencillo gritar y quejarse… sin embargo cambiar las cosas no está tan de moda. Por eso yo admiro a las personas que lo hacen.
La emoción que subyace en las personas con esta capacidad es el poder interno.
Ahora es tu turno
El cambio ha llegado a tu vida o va a llegar muy pronto. ¿Qué vas a hacer?
De entre todos los cambios que vas a vivir a partir de hoy (acuérdate de esta afirmación), ¿cómo quieres afrontarlos?
Que tengas un gran día.
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