Menuda lección de humildad nos dió Suiza el miércoles por la tarde, una selección de segunda categoría a la que todos veíamos derrotada. La verdad es que, no sé ustedes, pero yo no me veía en ese papel de “favorita”, “candidata” o como quieran llamarla que nos habíamos otorgado entre todos. Lo del miércoles es un despertador, pero con mazo, de esos como los que salen en la peli de Mortadelo y Filemón.
Fue una derrota sin paliativos. Vale que tuvimos la pelota, de forma masiva. Un increible 74% frente al 26% de los centroeuropeos. España fue dueña de balón, pero no del partido. Suiza estuvo magistral en defensa, sin pasar apuros; hizo su partido y tuvo su recompensa. Respecto a nosotros, ¿de qué nos sirve tener tanta posesión si tuvimos tan pocas ocasiones claras (sólo tres: la de Piqué, la de Iniesta y la de Villa, más el tiro al palo de Alonso)? ¿De que sirve sobar y sobar la pelota sin buscar la profundidad? El partido, además, estuvo mal concebido. ¿Cómo se puede jugar con una Suiza con un solo punta y tres mediocentros defensivos? ¿Cómo es posible que durante la primera parte se jugara al “tran-trán” y casi siempre por el centro, sin utilizar las bandas, sobre todo la desierta derecha? Las preguntas quedan en el aire, aunque eso sí, posiblemente no es Aragonés el más adecuado para criticar a Del Bosque. Que el ex seleccionador no es el paradigma de la elegancia y la sensatez está claro, pero esto huele a revanchismo.
Volviendo al partido, no es la primera vez que le sucede esto a esta selección. En cuanto un equipo se enrosca sobre su área y se pone en plan catenaccio, España suda tinta china para romper la lata. Recordemos, precisamente en Sudáfrica el año pasado, como EEU nos eliminó en las semifinales de la Copa Confederaciones haciendo lo mismo que Suiza: todos atrás y a convertir esa oportunidad que siempre se presenta en el fútbol. Vale que no nos imaginamos a Alemania, Inglaterra, Francia, Brasil, etc encerrándose atrás contra España como equipuchos del tres al cuarto, pero es que antes de esos compromisos, tenemos una Chile y una Honduras que si pueden hacerlo la próxima semana. Preocupante.
Creo que España ha sido víctima de sí misma y del clima que le rodea. Hemos muerto de gloria. Los comentarios generalizados por todos los periódicos, deportivos o no, era para criticar a las grandes candidatas por su falta de juego o de pegada (Argentina, Brasil, Italia, Francia, Inglaterra...). Ahora resulta que somos la única selección candidata que ha empezado perdiendo. Lo peor es que negros nubarrones se ciernen sobre el futuro de la Roja. Un par de datos: sólo en el 20% de las ocasiones el equipo que ha perdido el primer partido se ha clasificado para octavos. Jamás una selección que haya perdido el primer partido se ha proclamado campeona del mundo.
Estos datos son fáciles de obtener, están siendo aireados no solo en la prensa española, sino de forma muy particular, en la extranjera. Llama poderosamente la atención la forma en que la prensa internacional (incluso la seria, tipo “The Times” de Londres) se está ensañando con La Roja. Es increíble y hasta significativa la forma en que se le está dando cera a los nuestros más allá de nuestra fronteras, mostrando una flagrante falta de respeto, como por ejemplo los “amigos” argentinos e italianos (“Muchas gracias, Suiza”, titula la Gazzetta dello Sport, el “Marca” italiano).
Todo esto nos ha puesto de bajón. Como en este país somos así, ya se elevan las voces que vaticinan el mayor de los fracasos. Los hay que aseguran que, al tener muy complicado ser ahora primeros, el cruce con Brasil nos eliminará. Y hasta hay algunos que ya dicen que no pasaremos de la fase de grupos. Yo renegaba de la euforia de estos días atrás. Y ahora reniego de los que ya nos ven eliminados, Creo que, con un par de retoques, este equipo aún puede liarla.
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