Enero es el mes para proponerse realizar cambios y adoptar hábitos más saludables. El problema, es que también es el mes en que abandonamos todas estas ideas, año tras año. De hecho, está comprobado que el 20% de los propósitos de año nuevo se dejan en las primeras semanas de enero , mientras que el 80% lo hace durante el año.
¿Por qué nos cuesta tanto cumplir los propósitos e año nuevo?
Los principales motivos que nos impiden realizar lo que nos proponemos es:
· Mala definición y planificación de la meta; normalmente nos marcamos objetivos poco realistas y muy difíciles de alcanzar. Nuestras expectativas son demasiado altas, por lo que nos es imposible conseguirlas, y esto nos genera frustración.
· Impaciencia; lo queremos todo aquí y ahora. Pero los cambios exigen tiempo. Un estudio reciente de Wardle et al. (2010) afirma que se necesitan 66 días para establecer un nuevo hábito. No obstante, no debemos interpretar esta cifra como un dato incuestionable, puesto que otras variables psicológicas (como la motivación o la perseverancia) y otras de personalidad ejercen una importante influencia en dicho proceso.
· Pensamientos “derrotistas” o absolutistas: “nunca lo conseguiré”, “total, ¿para qué? Es imposible…”. Lo que nos decimos a nosotros mismos condiciona la realidad. Seamos claros: no existen límites en el establecimiento de un nuevo hábito, todos somos completamente capaces de aprender algo nuevo ya que la plasticidad cerebral es una característica intrínseca de nuestro cerebro, que se encuentra constantemente formando nuevas neuronas (a través de un proceso denominado neurogénesis).
¿Cómo consigo cumplir mis propósitos?
ideas, año tras año.Enero es el mes para proponerse realizar cambios y adoptar hábitos más saludables. El problema, es que también es el mes en que abandonamos todas estas ideas, año tras año.
Debería dar igual la fecha a la hora de establecer los propósitos que queremos marcarnos para tener unos hábitos de vida más saludables, u objetivos que satisfagan nuestras necesidades.
·Consigue establecer un único objetivo en lugar de intentar alcanzar varias metas a la vez.
·Define el objetivo siguiendo la regla SMART, es decir, asegúrate que el cambio que vas a instaurar sea Específico, Medible, Relevante y Rastreable. Por ejemplo: “voy a ir al gimnasio los lunes, miércoles y viernes por la mañana en este mes”, frente al objetivo inespecífico y poco alcanzable: “este mes iré al gimnasio”.
·Reflexiona sobre los beneficios de incorporar ese hábito en tu vida.
·Establece subobjetivos para alcanzar la meta, por ejemplo, graduando el proceso en pequeños pasos o acciones alcanzables.
·Aléjate de cualquier estímulo distractor.
·Incorpora la nueva actividad en tu rutina diaria. El primer paso es el más importante. No hay estudios que demuestren que empezar el día 1 de cada mes o el inicio de semana obtenga mejores resultados.
·Práctica, práctica (y más práctica): es el elemento clave del aprendizaje. Realiza la actividad según lo planificado, para facilitar la adquisición y automatización de la misma.
·Evita las excusas del tipo: “Si total, por un día no pasa nada…”, “Ya empiezo mañana…”, puesta que merman la fuerza de voluntad.
·Controla los pensamientos irracionales: “Cuánto esfuerzo, para luego nada, como siempre”, “Nunca lo conseguiré” … son pensamientos poco realistas que boicotearán el proceso de establecimiento del hábito y nos tentarán a abandonar nuestro camino.
·Focalízate en el proceso, no en el resultado.
·Prémiate por el esfuerzo invertido. Cuando consigas alcanzar la primera semana o primer mes del cambio, date un premio (material o no).
·Implica a los demás: el apoyo social es muy importante.
Enero es el mes para proponerse realizar cambios y adoptar hábitos más saludables. El problema, es que también es el mes en que abandonamos todas estas ideas, año tras año.
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