Ya hemos visto la riqueza de la lengua española en frases hechas, máximas y refranes. No escapa ni un solo campo de la vida. Para toda ocasión tiene un español una frase justa y bien traída que se hace popular y dibuja nuestro peculiar modo de ver el mundo, así como un sentido del humor que nos define y nos representa allende los mares.
Frases hechas hay “para dar y tomar”: desde “pasar una noche toledana” porque decidimos “irnos de picos pardos” a “pasar las de Caín” porque “por hache o por be”, “siempre nos toca a nosotros el mochuelo”, pasando por Flandes, donde a veces somos capaces de “poner una pica”, aunque no sin poco esfuerzo.
Salvarse por la campana
Aunque todos preferimos no ponernos en riesgo, ya que “más vale prevenir que curar”, no nos importa salvarnos por la campana si se da el caso. El origen de esta expresión es bastante curioso y, si uno lo piensa despacio, también algo macabro: para encontrarlo tenemos que remontarnos a no hace demasiado tiempo, cuando la medicina estaba todavía en pañales y era muy fácil equivocarse a la hora de determinar la muerte de un paciente.
Por esta razón, a los ataúdes se les enganchaba una pequeña campanita que el “no muerto” hacía sonar si despertaba, por lo que podía ser salvado del enterramiento. Por tanto, y ya es sabido, la expresión significa salvarse en el último momento.
Por si las moscas
De origen incierto, existen varias teorías que tratan de explicar de dónde nace esta expresión. Las más comunes son, por un lado, la que hace referencia a la costumbre de tapar por los alimentos y la bebida para evitar que los desagradables insectos los infectaran con enfermedades y podredumbre. Una teoría bastante probable; al menos más que la siguiente, aunque esta última sea mucho más sorprendente y divertida.
Por otro lado, hay quien sostiene que el origen de la expresión se remonta a 1285, cuando las tropas francesas, lideradas por Felipe III el Atrevido, sitian Gerona en el transcurso de la guerra, y se ven forzadas a huir despavoridas cuando las moscas de la tumba de San Narciso comenzaron a atacarlas sin descanso ni piedad. En cualquier caso, la expresión nos llama a la prevención.
Estar al loro
Todos estamos al loro de lo que ocurre en el mundo, aunque no todos sepamos interpretarlo. Y aunque no de difícil interpretación, sí de confuso origen es esta expresión; ya que existen variaciones en su etimología: según algunos, proviene de la expresión italiana “sono loro” (son ellos), que los soldados oían durante la Guerra Civil; aunque parece muy poco probable que este sea su verdadero origen.
Lo que sí parece mucho más creíble es que “loro” es la palabra cheli, que en los años ochenta vivió su época dorada con la conocida como movida madrileña, para referirse al aparato de radio (“parrot” en inglés), y que de ahí el hecho de que su significado sea el de estar informado de cuanto acontece. Así, estar al loro es, en realidad, estar junto a la radio.
A buen puerto ir por leña
Si hay una expresión que ha dejado de usarse casi por completo, es esta. Ha ido desapareciendo, tal vez, porque la tecnología naval es tan avanzada hoy, y los materiales con los que trabajan los calafates ya nada tienen que ver con los antiguos listones de madera con los que se levantaban los gigantes del mar.
Y es que el origen de esta expresión reside en la costumbre de los barcos de acercarse a puerto para abastecerse de leña y de madera para las futuras reparaciones del navío. Cuando una persona acude al sitio equivocado o al menos indicado para conseguir un objeto o un objetivo, decimos de manera irónica que a buen puerto va a por leña.
|