El Deportivo Alavés jugará la primera final de la Copa del Rey en sus 96 años de historia después de eliminar este miércoles al Real Club Celta de Vigo culminando así un milagro futbolístico al alcance de muy pocos tras ascender a Primera División hace apenas nueve meses. El equipo babazorro, que fue campeón el pasado curso en Segunda, está cuajando uno de las mejores temporadas de su historia. El ascenso ha venido acompañado de grandes partidos, momentos imborrables para el seguidor vitoriano y una final que será su gran obsesión en los próximos meses hasta que llegue mayo.
Su técnico, el argentino Mauricio Pellegrino, ha conseguido un equipo sólido, bien construido y con una idea muy clara de juego. Ese es su gran virtud, saber que todos corren, todos presionan y todos defienden. Desde la solidaridad ha logrado el entrenador argentino poner a su Alavés en las cotas más altas.
Y todo pese a que la temporada pasada acabó con la sorprendente destitución del míster que les llevó a la máxima categoría del fútbol español: José Bordalás. "Es bonito disfrutar, pero hay que trabajar porque hay que intentar hacer el mejor Alavés posible", dijo el máximo accionista del club Josean Querejeta. Sobre Bordalás dijo que "no era su momento".
Así se zanjó la etapa de un entrenador que devolvió al club albiazul a Primera una década después y que despertó el sentimiento dormido de una ciudad que empezaba a recordar los mejores momentos del pasado. El nuevo proyecto de los vascos arrancó con 16 incorporaciones, 19 contabilizando los que llegaron en el mercado invernal.
La apuesta era arriesgada para un Alavés que se reforzó con una mezcla de hambre y experiencia para no pasar apuros en su regreso a Primera. Al margen de lo que hubiese sido más lógico, el conjunto de Vitoria comenzó el curso empatando en el Vicente Calderón (1-1) y ganando en el Camp Nou (1-2). Toda una declaración de intenciones.
Su primera derrota no llegó hasta pasado un mes de competición --donde ocupan una cómoda duodécima plaza-- y avanzaron con paso firme en el torneo del 'K.O'. Nàstic de Tarragona, Deportivo de la Coruña, Alcorcón y Celta de Vigo han sido sus víctimas hasta la gran final sin haber perdido un solo partido. Nueve meses para la historia de un club que ha roto cualquier expectativa y que ha demostrado que en el fútbol los cuentos de hadas también son posibles -de vez en cuando-. La final, presumiblemente en el Calderón, será quien ocupe sus sueños de aquí hasta el próximo mes de mayo.
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