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Seguimos en crisis, aunque el Gobierno lo niegue

Rajoy y sus ministros intentan hacernos creer que la crisis ya ha pasado y que la situación de España es inmejorable
Guillermo Valiente Rosell
viernes, 24 de febrero de 2017, 00:12 h (CET)
España sigue en crisis. Por mucho que al Gobierno y a sus afines les duela reconocerlo y lo nieguen permanentemente, nuestro país sigue presentando unas cifras económicas preocupantes. Y lo más grave es que esos datos no son sino el reflejo de la vida diaria de los ciudadanos españoles, cuya situación, mayoritariamente, continúa siendo extremadamente preocupante.

El desempleo en España sigue por encima del 18%, el segundo porcentaje más alto de Europa tras el de Grecia. Y la media de la zona euro es inferior al 10%, cifra cercana a la que presentan nuestros vecinos Francia y Portugal. Sin embargo, parece que los españoles tenemos que asumir que Spain is different y que no tiene importancia que nuestro país presente unos niveles de desempleo inasumibles y muy superiores a los de los países vecinos.

La gravedad de la situación es mayor si atendemos a que esa tasa de desempleo del 18% asciende hasta un 42% entre los menores de 25 años. Y este dato tiene unas consecuencias nefastas para el futuro de todos los españoles. Un desempleo juvenil de ese calibre supone que millones de jóvenes españoles no puedan desarrollar su vida de manera independiente, con lo que se retrasa la edad de contraer matrimonio, tener hijos, etc., lo que repercute en un envejecimiento poblacional cada vez más acusado. La realidad es que España es un país envejecido en el que no existen oportunidades para los jóvenes, que tienen que emigrar o resignarse a ver como desperdician los mejores años de su vida esperando encontrar un empleo que no llega. Y a esto hay que añadir la dificultad para sostener el sistema de pensiones a medio y largo plazo con unas cifras de paro tan elevadas.

Pero todo esto al Gobierno no parece importarle. Ha adoptado un discurso falsamente optimista y habla de la crisis como algo del pasado. Es lógico que esto lo haga un Gobierno que prometió crear “dos millones de empleos” pero que en realidad no sabe cómo crearlos y lo fía todo a una reforma laboral que no solo no ha solucionado el paro, sino que ha abaratado el despido y ha aumentado y normalizado los contratos basura.

El discurso del presidente Mariano Rajoy es una ofensa constante a todas aquellas personas que siguen sin encontrar un trabajo y que difícilmente lo encontrarán con las políticas económicas defendidas por el Gobierno. España no puede seguir basando su economía en el turismo y en el sector servicios. Necesitamos apostar por un modelo productivo que no dependa de vaivenes exteriores y que genere empleo estable y de calidad. Si el Gobierno no está dispuesto a llevar a cabo las transformaciones que España necesita, que al menos no intente convencernos de que todo va bien y la crisis ya no existe.

Cada vez que Rajoy habla de que la crisis ya ha pasado y de que España está creciendo a un ritmo imparable está insultando a los desempleados, a los jóvenes sin futuro, a los pequeños empresarios que se ven obligados a cerrar sus negocios y, en definitiva, a todos los españoles.

Es muy grave que tengamos un Gobierno que no sepa solucionar los problemas del país, pero mucho más grave es que trate de ocultarlo diciendo que esos problemas no existen.

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