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Totalitarismo mediático en Paraguay

Luis Agüero Wagner
Luis Agüero Wagner
miércoles, 22 de diciembre de 2010, 13:01 h (CET)
Si como decía William Burroughs, la única ética posible es hacer lo que uno quiere hacer, los empleados de medios paraguayos, más empresa que prensa, carecen en absoluto de este atributo, maniatada como está hasta su alma por sus patrones.

La realidad de los hechos confirma la advertencia de Chomsky, cuando asegura que las grandes empresas y el fascismo tienen una misma raíz intelectual, que les dice que su voluntad está por encima de la gente.

La periodista Daniela Candia, invitada a un programa radial, desnudó en ese contexto la abyección lacayuna de los periodistas del canal 9 SNT de Paraguay, en manos de un conocido empresario centroamericano con varios negocios irregulares. Las humillaciones que deben soportar quienes no quieren perder sus salarios en el medio, incluyen ser filmados permanentemente en su lugar de trabajo, ser controlados por GPS en sus desplazamientos y verse obligados a firmar cartas de respaldo cuando es despedido un compañero.

Miembros del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP) y otras organizaciones afines se manifestaron esta semana en contra de la directiva de Canal 9 Televisión Cerro Corá, a raíz del despido de la periodista y delegada gremial Daniela Candia.

El grupo de manifestantes conformado por unas 50 personas se concentró frente a la teledifusora en horas de la mañana, para exigir la reposición de la empleada que goza de fueros laborales.

El hecho también involucra al ministerio del Trabajo del cura Fernando Lugo, cuya inoperancia queda al desnudo con el incidente.

Periodismo humillado por la mafia
El servilismo y la abyección lacayuna del periodismo en Paraguay tiene su historia, de la cual vale la pena recordar algunos hitos.

Durante el proselitismo que llevó a la presidencia al cura Fernando Lugo, impulsado por la prensa de la SIP, el presidente Nicanor Duarte Frutos, en el fragor de la campaña, se refirió a la forma en que los periodistas paraguayos son humillados por la mafia que maneja en Paraguay los medios de comunicación, la cual los obliga a aceptar en retribución por su trabajo bonos de supermercardos o deteriorados automóviles introducidos ilegalmente al país.

Normalmente estos periodistas son obligados a hacer suyas las causas de sus patrones, a la sazón personajes incapaces de redactar una esquela, y que utilizan a sus medios y periodistas para sus guerras de mafias.

Por citar un ejemplo, cuando en junio del año 2007 el SPP emitió un comunicado sobre el caso RCTV, evitando tomar partido por la red de canales cuya licencia fue cancelada por Hugo Chávez, la patronal mafiosa de la prensa paraguaya no descansó hasta humillar a su propio sindicato.

Con una enérgica campaña forzaron una nueva reunión donde la dirigencia del sindicato fue humillada y obligada a retractarse, condenar enérgicamente a Hugo Chávez y además pedir disculpas a sus patrones. En la segunda convocatoria para redactar el nuevo comunicado, brillaron entre los antichavistas muchos de los que en más de una ocasión visitaron las embajadas de Venezuela y Cuba mendigando la solidaridad caribeña, para después condenar un comunicado favorable a lo actuado por la revolución bolivariana.

Incidentes semejantes dan la pauta de lo atadas que están las líneas editoriales de los medios de Paraguay a los designios de los grupos criminales que los manejan, y el grado de abyección imprescindible para ejercer la profesión de periodista.

Se sabe que en el local del Sindicato de Periodistas del Paraguay, son frecuentes eventos benéficos, rifas y otras primarias modalidades de recaudar modestas sumas de dinero, para ayudar a periodistas desempleados, enfermos, carentes de seguro médico, asistencia social y muchas otras vitales coberturas que hoy se ofrecen en cualquier país mínimamente organizado a los trabajadores y ciudadanos en general.

Jamás puede verse, la verdad sea dicha, haciendo causa común con un miembro de su gremio ni a Aldo Zucolillo, a Alcibíades González Delvalle ni a la numerosa y bien ubicada familia Rubìn. Una sola moneda jamás cayó de sus bolsillos para solidarizarse con algún colega en desgracia en estas frecuentes colectas organizadas por el Sindicato de Periodistas, cuya radio comunitaria fue sospechosamente asaltada en una oportunidad en las mismas narices de un destacamento policial situado en pleno Centro de Asunción sin que nadie se escandalice por ello.

La falta de conciencia gremial entre estas figuras emblemáticas del terrorismo mediático autorizado por la embajada norteamericana, resulta por demás agravada por el hecho de que estas personas son cada vez más conocidas por la solvencia económica que adquirieron, tras interminables años de administrar bienes inmuebles de generales de Stroessner, recibir tierras en retribución por animar los cumpleaños del dictador, engrosar sus cuentas bancarias con importantes sumas de dinero público recibido por propaganda oficial adjudicada de manera arbitraria e ilegal, e incluso por adjudicarse dinero de gobiernos extranjeros para emprender campañas siguiendo directivas de lejanos centros de poder.

Aunque algunos de ellos como Humberto Rubín repita una y mil veces que el dictador Stroessner le clausuró la radio, quienes se ocupen algo del tema podrán descubrir que en realidad apagó sus equipos para ahorrar los dólares que la National Endowment for Democracy le facilitó para seguir pagando sueldos a sus empleados.

Del servilismo a la persecución sindical
Respecto al canal 9 de Paraguay, que hoy destaca en persecución sindical contra sus periodistas, vale la pena recordar su negro pasado como alabardero del dictador Stroessner, su montaje con dinero público sustraído por el hijo del dictador y la utilización de predios fiscales para sus instalaciones.

Eduardo Arce, secretario de organización del gremio periodístico, anunció más medidas de acción y denunció amedrentamientos, coacciones y amenazas de más despidos contra los periodistas en Canal 9 Cerro Corá.

La empresa, notoriamente respaldada por las autoridades del gobierno luguista, se mantiene en su posición ante los despidos y presentó 2 cheques de liquidación en la tripartita en Justicia y Trabajo para la cronista Daniela Candia. La periodista rechazó el dinero y anunció que irá a juicio por restitución en su puesto de trabajo, alegando persecución sindical.

Candia, delegada del SPP en el medio, venía participando activamente de las tripartitas de negociación sobre denuncias de quebrantamientos de derechos de los trabajadores. Según el sindicato de periodistas esta es la causa del despido de la trabajadora.

El gobierno arzobispal del Paraguay encabezado por el cura Fernando Lugo, hoy aliado al general golpista Lino Oviedo, es uno de los principales beneficiarios de la “línea” del canal 9, siempre zalamera con el mandón de turno, y el gobierno retribuye ignorando el conflicto.
No sin razón el poeta estadounidense Robert Lee Frost sentenciaba que mercaderes e industriales no debían ser admitidos a la ciudanía, porque su género de vida era abyecto y contrario a la virtud.

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