La tan famosa y tópica cuesta de enero, supera ya cualquier desnivel digno de una etapa reina del Tour de Francia. Ni siquiera el mejor Indurain sería capaz de escalar dos meses consecutivos de subidas de precios, alta inflación y pocos ingresos
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Más facturas para 2011. | | Miguel Cañigral / SIGLO XXI
Para la economía de los españoles, la llegada de febrero ya no es sinónimo de recuperación. Si cuando existía la peseta, aquél que declaraba tener un sueldo de 200.000 pesetas, estaba considerado como un buen partido, actualmente con superar la barrera psicológica de los 1.000 euros, uno ya se puede considerar afortunado.
"Febrero antes era la salvación, era como la vuelta del hijo que se te va a la mili". Fernando, jubilado de 60 años, recuerda con añoranza los tiempos en que el dinero no lo era todo y con un "pellizquito" se podía hacer cualquier cosa.
Hoy, España vive mermada por la tasa de desempleo más alta de Europa (20,33%) y asiste sin aparente reacción a la fuga de los ingresos tan rápido como entran en la cuenta bancaria. Tal es la sangria económica que Fernando recure con ingenio al refranero español para darle titular a este artículo y a la situación actual: "Virgencita que me quede como estoy. Casi prefiero no pasar de año porque cada año nuevo es peor que el anterior".
El Indice de Precios de Consumo (IPC) situó en enero su tasa anual en el 3,3%, tres décimas más que en el mes anterior y la previsión para febrero es que suba una décima más. Las causas están claras: Subió la electricidad un 9,8% para la Tarifa de Última Recurso, unos 38 euros más al año.
Ha subido el gas y la bombona de butano. Como sube el petróleo, sus derivados no pueden quedarse fijos. El gas subió un 3,6% y la bombona 3,13%. En total, unos 33 euros entre ambas subidas.
El litro de gasolina ha tocado un récord histórico al alcanzar los 1,285 euros y eso que el el barril de crudo es más barato ahora que en 2008, cuando se llegó al anterior máximo (1,276). La última subida del precio del petróleo no se verá reflejada en nuestros gastos en transportes pero tampoco podemos saltar de alegría porque el golpe a nuestros bolsillos ya era duro antes.
Las autopistas de peaje aumentaron un 1,4%, Renfe subió el precio de la larga distancia un 2,1%, el AVE un 4,8% y Cercanías un 3,1%. El metro también sube en cada ciudad, aunque en la línea de la subida de la inflación. En Madrid y Barcelona, un 2,3%. El taxi depende de cada municipio pero Madrid sube un 1,76% y Barcelona un 3,2%.
Si usted quiere comprarse una vivienda, es buen momento porque continua la caída de precios pero recuerde que para rentas superiores a 24.000 euros se acabó la deducción fiscal por la compra de primera vivienda, y que es muy posible que suba un Euribor que acabó el año en el 1,5% y con previsiones de llegar al 2%.
El español afortunado que todavía no esté arruinado, ya está pagando un nuevo incremento tributario para rentas altas. Los que ganan entre 120.000 y 175.000, ahora pagan un 44% de IRPF.
Tampoco es buen momento para ser padres. Con el fin de 2010 también dijimos adiós al cheque bebé y su ayuda de 2.500 euros. Y en quince días, nos despediremos de la prestación de 426 euros para parados. Solo seguirán recibiendo una similar los parados de larga duración con cargas familiares. Eso sí, inscribiéndose en programas formativos.
Casi mejor no ser padres porque también suben los alimentos. La cesta de la compra se encareció en el último trimeste de 2010 un 2,1% y la subida del petróleo no ayudará a que bajen los precios.
Por último, lo único que no subirá en España son las pensiones, que solo registran un aumento del 1,3% debido a la inflación. El salario mínimo se queda en 641 euros gracias a la subida de un 1,3%.
Después de conocer todo lo que ha subido, lo que va a subir y lo que no, recuerde que se aproximan unas elecciones en la que los políticos tratarán de decirnos lo buenos que han sido durante estos últimos cuatro años.
Merece un premio
Si todavía no ha cerrado esta noticia y ha llegado hasta el final, enhorabuena, es usted un optimista.
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