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Todos los parientes del Cura

Luis Agüero Wagner
Luis Agüero Wagner
martes, 5 de abril de 2011, 07:02 h (CET)
Dice la historia, maestra de la vida, que entre pontífices venecianos la transmisión de dignidades de tío a sobrino esta asegurada. Basta recordar que el sucesor de Eugenio fue a su vez su sobrino Pablo II, Papa de la Iglesia católica de 1464 a 1471.

La carrera del sobrino de Eugenio IV, cuyo nombre era Pietro Barbo, fue igualmente descollante. A poco de ser nombrado su tío Papa, la carrera del futuro Pablo II inició su fulgurante despegue, de forma similar al de los parientes del clérigo-presidente del Paraguay Fernando Lugo tras el 20 de abril del 2008.

De archidiácono de Bolonia, Pietro pasó a obispo de Cervia y Vicencia y finalmente, en 1440, fue nombrado Cardenal. Cuando el sobrinazgo finalmente lo catapultó al Papado, Paulo intentó deshacerse de los funcionarios del Vaticano que tenían doble sueldo, mal que fue transmitido hasta nuestros días a los ministros de obispos que llegan a presidente, aunque su osadía provocó una ola de indignación entre los redactores de documentos papales similar a la de los periodistas paraguayos cuando amenazan con despojarles de la publicidad oficial. En 1466, los poetas y retóricos de la ciudad levantaron su voz de protesta y la represión no se hizo esperar.

La peor parte se llevó el poeta Platina, quien fue dos veces encarcelado y torturado, peripecias que lo llevaron a vengarse escribiendo una interesante biografía sobre Paulo II, el Vital Pontificum. Gracias a ese tratado hoy sabemos que Pablo sostenía prácticas sodomitas y que su vanidad era tan grande que quiso adoptar el nombre de Formoso II (hermoso II).

Muchos otros Papas medievales criaban a sus hijos ilegítmos como sobrinos y les daban preferencia, elevando a la mayoría a cardenales de la iglesia, y a veces lograban perpetuar una dinastía papal. Calixto III, de los Borja, convirtió a dos sobrinos en cardenales y uno de ellos llegó a convertirse en el Papa Alejandro VI. El mismo Alejandro VI promovió al hermano de su amante Julia Farnesio como cardenal, el cual luego se convertiría en el Papa Pablo III. Este último Papa tampoco se privó de practicar el nepotismo al promover como cardenales a sus dos sobrinos (de catorce y dieciséis años), y así siguió la tradición hasta nuestros días, para llegar a dignos exponentes contemporáneos como el cura presidente Fernando Lugo.

Tiempo de Parientes

Decía el escritor francés Alfred d`Houdetot que un pariente pobre es siempre un pariente lejano. Desgraciadamente, debemos añadir que cuando se trata de un pariente lejano de un político paraguayo, se convierte en cercano para las arcas del estado.

Dentro de ese contexto, un nuevo escándalo envuelve al cura Fernando Lugo, ahora por su costumbre de ubicar a sus parientes con jugosos salarios en la administración pública.

El cura presidente Fernando Lugo debe ser denunciado también por tráfico de influencias y nepotismo al nombrar a parientes en el Estado, afirmó un diputado opositor en el Parlamento paraguayo, y desató un escándalo de recriminaciones sin fin que hoy acaparan los espacios de la prensa.

El Legislador también sugirió a la titular de la Función Pública, Lilian Soto, no perseguir solo el tráfico de influencias cuando se trata de personajes antipáticos como Víctor Bogado y Blanca Duarte, sino también a los casos que se dan dentro del mismo poder ejecutivo del cual forma parte.

Respondiendo al fuego enemigo con munición gruesa, los diputados opositores consiguieron que la Cámara de Diputados apruebe un pedido de informes al Ejecutivo para identificar a los parientes de Lugo que trabajan en el Estado hasta el cuarto grado de consanguinidad y/o segundo de afinidad del Jefe de Estado, nombres y apellidos, preparación académica, si ingresaron por concurso de méritos o directamente en reparticiones públicas, entes autónomos y autárquicos y las binacionales a partir de agosto de 2008 hasta la fecha.

El diputado afirmó que cuando tengan la lista de los parientes, se pedirá que la Secretaría de la Función Pública adjunte a la querella que presentó Lilian Soto.

El secretario de Lugo, Miguel Angel López Perito también es otro entusiasta impulsor del nepotismo en la función pública, acusó por su parte la sobrina del cura. Para colmo, debe agregarse que el susodicho tiene el defecto de ser enamoradizo y cambiar de pareja con alta frecuencia,

Cada pareja de López Perito le cuesta al erario público una fuerte erogación, considerando que sólo la primera de sus amantes durante el período constitucional en curso, formaba parte de una numerosa familia de diez hermanos.

Cuando la prensa acusó a López Perito de nepotismo, éste se defendió afirmando que las amantes no son parientes.

Los parientes, los peores

La inefable sobrina del presidente Lugo, Mirtha Maidana, aseguró que hay casos desconocidos de parientes de su tío en la Función Pública, para confirmar lo que aseveraba el cura cuando afirmaba que los parientes son los peores.

Hasta el momento la prensa logró identificar a unos 10 funcionarios ligados al mandatario.

Los parientes del presidente en la Función Pública son: Mercedes Lugo (hermana), los sobrinos Fernando Lugo, Mirtha Maidana, Félix Méndez, Guillermo Lugo, Daniel Maidana, Lourdes Altamirano, Angel Maidana y Sonia Maidana.

También hay una extensa nómina de presuntas amantes e hijos encubiertos, de éstos últimos incluso se sospechan que hay más de uno en el gabinete de ministros.

Una tradición “Obispal”

La historia de la iglesia católica recoge la memoria del Papa veneciano Eugenio IV, proclamado Sumo Pontífice en el año 1431. La carrera política de Eugenio, cuyo verdadero nombre era Gabriela Condulmer, había sido fulgurante.

A los 24 años se había convertido en Obispo de Siena, a pesar de la repulsa de la clase política en dicha ciudad, contraria al nombramiento de un obispo extranjero.

Poco tiempo después, Eugenio IV accedió al puesto de tesorero Papal, luego se convirtió en Cardenal de San Marcos y San Clemente, para posteriormente llegar a Cardenal de la Basílica de Santa María en Trastevere, antes de convertirse en Papa tras firmar con los demás cardenales un acuerdo que antecedió a los que suscriben los políticos paraguayos para sellar alianzas electorales.

El tratado consistía en que juraba distribuirse con ellos la mitad de las ganancias de la Iglesia, además de consultarles toda interrogante relacionada con las finanzas de la institución.

De todas maneras, la carrera política de Eugenio no hubiera sido tan brillante si no hubiera sido sobrino de su antecesor, el Papa Gregorio XII.

Esta tradición “obispal” también tiene sus exponentes contemporáneos en el Paraguay del cura Fernando Lugo, quien hoy cogobierna el Paraguay en alianza con el militar retirado Lino César Oviedo, aunque tal maridaje le cueste al país la monumental corrupción que hoy aqueja a la cementera estatal. Para colmo de males, suena el nombre de un santo sacerdote allegado al cura Lugo, el reverendo padre Rafael Tanasio, como el capo mafioso de la banda gangsteril que se dedica a saquear la Industria Nacional del Cemento.
Ya advertía un viejo refrán anónimo, si quieres mantenerte vivo y sano, de tus parientes mantente lejano.

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