Declarada, junto a su vecina Úbeda, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, Baeza, poseedora de un gran legado renacentista, es una de las más bonitas localidades de Andalucía y de España.
Cierto es que, por razones históricas, de enseñanza y arquitectónicas, fue conocida como “la Salamanca de Andalucía”, pero también es verdad que tiene una personalidad tan arraigada y definida que compararla con otra urbe resulta, en cierta forma, injusto. Hay tal cantidad de testimonios históricos, arquitectónicos y turísticos que es, por sí misma, acreedora de una escapada para disfrutar de esas calles y muros que celosamente guardan su rico pasado.
Me vienen a la memoria, más allá de sus impresionantes palacios (como el de Jabalquinto, del que guardo un especial recuerdo por su espectacular fachada), iglesias, plazas y callejuelas, la figura de Don Antonio Machado, el gran poeta español que vivió en esta localidad durante siete años. Dicen que su etapa en Baeza, a la que vino tras la muerte de su mujer para impartir clases como profesor en un instituto, fue una de las más prolíficas de su producción literaria.
Baeza es también una muestra de la diversidad que atesora la provincia de Jaén. Linares, Bailén, Úbeda, la propia capital o Cazorla son evidentes demostraciones de un territorio que tiene mucho más que infinitas extensiones de bosques de olivos. Jaén es variada y atrayente. Mucho por descubrir. Todo un paraíso interior que te espera. Un ejemplo de ello se llama Baeza.
Por cierto, no te puedes marchar sin probar su dulce típico: “los virolos”. Un hojaldre tremendamente suave y fino, procedente de una panadería familiar de esta ciudad, cuyo nombre tiene un curioso origen.
Webs:
www.baezaturismo.com , www.jaenparaisointerior.es
|